Pena Capital ¿necesaria?

Pena capital, ¿necesaria?

¿Es necesaria la pena de muerte? Como sabemos, “la pena capital o pena de muerte consiste en provocar la muerte a un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito previamente establecido por la legislación”^[1]; pero ¿hasta qué punto es ésta necesaria? Y si lo fuese, ¿bajo qué condiciones y sobre qué tipo de delitos debería aplicarse?

Usualmente cuando escuchamos hablar a las personas sobre esta medida, lo que gran parte dicen es que está en contra de las leyes de Dios y/o que está en contra de los derechos humanos, ya que el primero de estos es el derecho a la vida. Pero también se encuentran los que están a favor y afirman que debe ser aplicada para detener ciertos delitos.

Actualmente “141 países han abolido la pena de muerte legalmente o en práctica. Entre estos, 103 la han abolido para todos los delitos, 6 para los delitos de derecho común y 32 cumplen una moratoria sobre las ejecuciones; en cambio, la pena de muerte se aplica en 58 países”^[2]

Es la manera de castigar un delito más antigua de la humanidad, además de ser la más utilizada. La primera manifestación en la que la pena de muerte puede ser tomada como norma aparece en la Santa Biblia:

“El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.”^[3]

Este versículo podría ser parecido a la Ley de Talión^[4] del Código Hammurabi, donde se encuentra por primera vez la legalización de la pena capital.

Pero aunque ésta sea legal aún en parte del mundo, hay diversidad de opiniones al respecto, hay quienes están a favor y quienes están en contra, pero ¿hasta qué punto es necesaria? ¿No hay otras maneras para detener o terminar con la delincuencia?

Según Amnistía Internacional^[5] “No hay datos convincentes que demuestren que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio único” lo que nos advierte que no es una sanción necesaria, ya que su aplicación no tiene ningún impacto directo sobre el resto de los delincuentes; y por lo tanto, según esta entidad, es innecesaria. Sin embargo, como anteriormente mencioné, hay gran variedad de opiniones y aunque no existan organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales conocidas a nivel global, como lo pueden ser: Amnistía Internacional, Organización de Naciones Unidas (ONU) y entre muchas otras, que están en contra de la aplicación y legalización de dicha pena, hay gran cantidad de personas a nivel mundial que están a favor de ésta, afirmando que es la única manera de detener la delincuencia.

Claramente es un método que no debe aplicarse sobre todos los delitos, ni a la ligera. Debe haber pruebas contundentes que afirmen que el acusado es culpable y que el delito en cuestión amerite la aplicación de la misma.

Han existido casos donde se descubre que el acusado es inocente o hubo un error en la sentencia, como fue el caso de Lena Baker, una mujer afroamericana que en 1945 fue sentenciada a la pena capital, luego de ser acusada del asesinato de un hombre que la tenía aprisionada, convirtiéndose así en la primera y última mujer ejecutada en la silla eléctrica de Georgia. En 2005, fue indultada^[6] póstumamente, aclarando que su sentencia debió haber sido de homicidio culposo, así evitando que se le aplicara la pena capital.^[7]

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