Plan Maestro. Política de formación docente
Luciano Della BonaEnsayo10 de Diciembre de 2019
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Introducción
El presente informe tiene como propósito analizar la política educacional para la formación docente del Gobierno de Mauricio Macri, como resultado del trabajo desarrollado en el marco de la asignatura Política Educacional Argentina y Comparada que se inscribe en la Licenciatura en Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Luján. Para el desarrollo se tomarán como insumos el capítulo 2 “Innovación y calidad educativa” y el capítulo 3 “Formación y carrera docente” del Proyecto de Ley Plan Educativo Maestr@ (PEM), y anexos correspondientes. Se incluye también la Resolución del Consejo Federal de Educación N° 347/18 para la creación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación de la Calidad de la Formación Docente.
A partir de lo expuesto precedentemente, presentaremos en primer lugar una contextualización sobre el Gobierno de Macri entre los años 2015-2019 y específicamente el origen del mencionado Proyecto de Ley. Esta caracterización permitirá referirnos a los antecedentes normativos a los que alude la misma: Ley Federal N° 24.195/93, Ley Nacional de Educación N° 26.206/06 (LEN), Ley de Financiamiento Educativo N° 26.075/95 y Ley de Educación Superior N° 24.521/95. Esta presentación permitirá referirnos al contenido de los capítulos 2 y 3 y las concepciones político-educacionales que sostiene como: calidad de la educación, papel del Estado, rol asignado al maestro en referencia al trabajo docente. Finalmente, a modo de cierre, plantearemos algunas reflexiones sobre el Proyecto del Plan Educativo Maestr@ y el sentido que se otorga en el contexto actual.
La educación en la etapa del Macrismo. Presentación del Proyecto Educativo Maestr@
Desde la etapa del macrismo y el proyecto de Cambiemos podemos pensar que se configura un nuevo bloque de poder caracterizado por “la relevancia del perfil de los funcionarios en la nueva estructura del aparato de gobierno y un proyecto hegemonizado por los bancos transnacionales y capitales extranjeros”[1]. Da cuenta de esto el discurso de Macri en el Coloquio IDEA (2015) cuando expresa que “en un año, al que le toque organizar el Comité de IDEA será un privilegiado, porque acá va a estar todo mi gabinete para trabajar y acordar toda la política” (El Cronista, 2015)[2]. El gobierno de Cambiemos priorizó la redistribución del ingreso a sectores específicos de las clases dominantes. Ahora bien, este aspecto, marca una notoria diferencia con la etapa anterior del gobierno kirchnerista. Sin embargo Bona, L. M. (2019) menciona que pueden establecerse continuidades con el período de gobierno 2003-2015, debido a que en esa etapa estaba en proceso “una política contra-salarial y ajuste de las masas populares” (Astarita (2016) citado por Bona, L. M., 2019), o bien, como señala Svampa y Viale (2017) se profundiza el carácter neoextractivista del capitalismo argentino.
Con respecto a las clases subalternas se advierte una “dispersión”, incluídas las expresiones sindicalistas organizadas. Bona, L. M. (2019: 46) señala que desde 1983 hasta marzo 2019 el período de Macri, es el gobierno no peronista que contó solamente con cuatro paros generales, la menor cantidad en ese período. Lo que propone este gobierno no es convocar a los sectores organizados para construir un proyecto político -social, sino por el contrario, su estrategia de fragmentación es el basamento para construir un “ideario de progreso individual, meritocrático y emprendedor” (Natanson, 2016).
En el ámbito educativo, el comienzo del ciclo lectivo 2017 se caracterizó por la negativa del gobierno de discutir la paritaria docente nacional, en un contexto en el que las provincias no pudieron afrontar el alza inflacionaria y establecer de esta manera los aumentos salariales necesarios. Además, no se expresaron avances sobre los derechos laborales docentes y el incremento a los Docentes Universitarios no fue resuelto tampoco en ese período.
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Fuente: elaboración de Bona, L. M. en base a datos de BCRA, INDEC, Ministerio de Agroindustria y
Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas.
Esto puede observarse en el gráfico construido por Bona, L. M. (2019: 47), en el que la devaluación de los salarios en dólares, el salto inflacionario de 2016 y 2018, los significativos y escalonados incrementos de tarifas de transporte y energía, los despidos en el sector público, y la caída en un 18% de los salarios y jubilaciones (mínimas en este último caso) entre octubre de 2015 y septiembre de 2018, muestran la redistribución del ingreso desde las clases subalternas a sectores específicos de las clases dominantes, como los ingresos percibidos por los capitales invertidos en empresas proveedoras de servicios y los sectores agroexportadores.
El proyecto del Plan Maestro se publica en un contexto de profundización de la precarización laboral, desempleo y pobreza. Sumado a esto se escucha un discurso político por parte de la relación del trabajo docente ligado a la vocación, y el esfuerzo y mérito individual como condicionante para ser un trabajador eficiente. En los medios de comunicación puede leerse por ejemplo “Están los estudiantes, está el pizarrón, están las tizas y todos los recreos. Pero lo que está faltando es la vocación por enseñar”. (Clarín, 20/05/2017) en una nota sobre la falta de docentes para cubrir cargos en la CABA, o “La crisis de una profesión clave para el país. El prestigio docente argentino está entre los más bajos y afecta la calidad educativa” en un titular (Clarín, 07/11/2018)
En este contexto de fuertes conflictos, el 21 de marzo de 2017 el presidente Macri presenta los resultados del Operativo Aprender aplicados por el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación en octubre 2016 , calificando su resultado como “sorprendentemente malos” y haciendo alusión a la “terrible inequidad entre aquel que puede ir a una escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública”. En ese discurso expresa como políticas concretas para mejorar la educación el “Plan Educativo Maestr@”:
Para eso queremos enviar al Congreso de la Nación lo que llamamos el “Plan Maestro”, con metas específicas, que basadas en este maravilloso acuerdo, que hicimos apenas asumimos, en Purmamarca, con todos los gobernadores y sus ministros de Educación, lo podamos llevar a metas que nos comprometan claramente a resolverlo y que nos alejen de los discursos, los atajos, la mentira; y que en eso estemos comprometidos todos porque no es solamente el Presidente, los Gobernadores, los intendentes, es toda la comunidad educativa, las familias, las empresas, las universidades, los sindicatos (Discurso Presidente Macri 21/3/17)
Este mensaje da cuenta que si bien el Plan Maestr@ fue elaborado con “los aportes del Consejo Federal de Educación (CFE) y de una mesa de académicos y especialistas en la materia”, tuvo escasa difusión y espacio de discusión específico con los docentes de los distintos niveles del sistema educativo. Con respecto a las metas, las mismas se establecieron según el diagnóstico realizado por el propio gobierno nacional, eliminando debates profundos, “emitir opinión ciudadana sin discutir previamente el diagnóstico desde el cual partimos es un proceso claramente limitado”[3].
En el discurso anteriormente mencionado el Presidente Mauricio Macri afirma:
Esto tiene que ser una gesta nacional, porque sólo así vamos a estar seguros que nuestros hijos van a tener un mejor futuro y estas metas arrancan, como hemos visto, en la información de acelerar el proceso para que todos los chicos tengan educación inicial, que logremos extender más rápido la jornada en todas las escuelas del país -que estamos incumpliendo, actualmente, con una Ley que ya está vigente-, que podamos tener cada vez más profesores bilingües; en 10 años deberíamos llegar a más de la mitad de los docentes, que también puedan enseñar en inglés y el acceso a la tecnología, que es un elemento absolutamente central en la educación del siglo XXI, teniendo todas las escuelas conectadas a internet lo antes posible y eso es tal vez lo que más rápido logremos. También tenemos que animarnos a cambiar, a revolucionar la capacitación docente y la permanente evaluación.(Discurso Presidente Macri 21/3/17)
El camino hacia la Reforma Educativa
El borrador del proyecto de ley del Plan Maestr@ no propone modificar ni derogar ninguna normativa anterior. Explicita que se fundamenta en los siguientes antecedentes normativos: Ley Federal de Educación N° 24.195/93, Ley Nacional de Educación N° 26.206/06 (LEN) y Ley de Financiamiento Educativo N° 26.075/ 95. Además, al comienzo del mismo podemos observar que menciona como otra de sus bases fundantes el Plan estratégico Nacional 2016-2021 “Argentina Enseña y Aprende”, aprobado por el CFE por Resolución N° 285/16.
Una observación con respecto a las referencias legales señaladas, es que la autoridad de aplicación es exclusiva del Poder Ejecutivo Nacional a través del Ministerio de Educación y Deportes y los Ministerios de Educación Provinciales y de la CABA desconociendo la Constitución Nacional en sus art. 5 y 125[4] y la LEN art 4, 14 , 113 y 121[5], las cuales reconocen competencias de los estados provinciales y la CABA.
Otro tema que consideramos cuestionable del proyecto sería aludir que un plan de política educativa no puede imponer una nueva legalidad, coexistiendo otra normativa vigente. Podemos señalar en este caso los referidos al sistema de carrera docente por Acuerdo Marco, contrariamente al Estatuto de la carrera docente y su carácter jurisdiccional. De esta forma parecería que un acuerdo de ministros puede modificar los Estatutos Docentes provinciales. De la misma forma no se condice en el PEM, Capítulo 3 Formación y Carrera Docente que se señale que al segundo modelo de carrera docente, en ejercicio estos “puedan adherir voluntariamente”, y la meta 27.1 exprese: “Lograr en el año 2026, que el cincuenta por ciento (50%) de docentes en actividad de gestión estatal (incluyendo a todos los docente ingresantes desde el año 2019) estén adheridos al Sistema Nacional de Carrera Docente. Asimismo se desconoce la paritaria nacional docente, en la misma línea mantenida por este gobierno en cuanto a su relación con los sindicatos. Con respecto a este aspecto parecieran repetirse estrategias similares a los ‘90 donde el Poder Ejecutivo implantó políticas, en ese momento estableciendo acuerdos en función de intereses sectoriales, para mantener su gobernabilidad. De igual manera, Stella Maris Más Rocha y Susana Vior (2009) señalan que las políticas a partir del 2003 agudizaron las tendencias para-parlamentarias desplazando el poder desde legislativos hacia ejecutivos con prevalencia del PEN en la definición de cuestiones políticas y económicas-financieras fundamentalmente. En cierta manera parece repetirse esta tendencia en el proyecto del PEM.
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