Planeación En El Siglo XXI

INTRODUCCIÓN

Pensar en el aprendizaje es como construir los conocimientos y estrategias en el que cada estudiante se encuentre en movimiento para resolver las situaciones de problemas que se le presenten alrededor de su entorno y cuyo objetivo principal sea el de la planeación institucional, que se apoye fundamentalmente con propósitos, fines y valores pertinentes.

La Secretaría de Educación Pública (2013) establece como planeación institucional el conjunto de acciones de largo alcance que orienta los proyectos escolares a través del diseño y operación de acuerdos dirigidos a la solución de diversas problemáticas. Para obtener una buena calidad en la educación es consolidar la promoción de la participación social con “una visión integral del Sistema Educativo” (Latapí, 2008). Este objetivo hace referencia a las relaciones de las instituciones con la comunidad, que fortalece la formación de valores morales y cívicos.

Las propuestas educativas se mejoran como el rostro social de la planeación educativa del siglo XXI, algunos de estos rasgos se caracterizan por la vinculación entre la institución y la comunidad, que represente el espacio donde se concreta la relación entre Estado y sociedad para dar cumplimiento al objetivo de educación nacional.

La planeación en el siglo XXI

La planeación educativa es aquella que permite proveer la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje a través de instrumentos y estrategias adecuadas, tomando en cuenta el Sistema Educativo Nacional, el contexto de la escuela, el tipo de grupo, inclusive al alumno en su individualidad; es decir, la planeación se debe fundamentar mediante el contexto social donde será efectuada.

El contexto varía en ocasiones de forma radical generando una secuencia que permite encajar en él para conocer, reflexionar, valorar y sobretodo aprender, a lo largo de toda la vida.

La historia se refiere a la suma de contextos diferentes, cada uno con características, lecciones aprendidas y precipitación histórica cultural. Es por ello que la educación se mueve en diferentes contextos y con frecuencia afirmar como nación y lo que era ajeno como pueblo.

En esta coyuntura de dependencia e innovación, alineación y autoafirmación, ha hecho historia la educación. Desde que se abre paso a la oportunidad de aprovechar el contexto actual de forma que este impacte positivamente en el Sistema Educativo. Se puede visualizar, percibir y sentir un contexto global que induce y facilita el repunte educativo de fondo, tanto en la organización, gestión y transformación que asienta directamente a la equidad, calidad y pertinencia de la educación global de cada país.

Las inversiones en plataformas educativas de impacto para el futuro de nuestro país, autoevalúa con miras a la acreditación de toda la educación; las iniciativas en marcha para mejorar sustancialmente la formación y eficiencia de los profesores la estabilidad macroeconómica y la seguridad ciudadana que acompañan al quehacer del país en su proceso histórico; entre muchas otras, son componentes de un contexto favorable y desafiante para pensar y hacer una educación mejor en todos sus componentes.

Para ello se necesita activar aprendizajes claves: aprender a escuchar y aprender a dialogar haciendo de ambos, el aprendizaje como una acción permanente en el proceso educativo formal escolar y en el proceso educativo de la convivencia y desarrollo ciudadano.

Es importante realizar un análisis de cómo ha influido el contexto social en la educación en cada una de las eras por las que ha atravesado la civilización.

El siglo que ha finalizado contempló enormes progresos en el dominio de la ciencia y la tecnología, acompañados por una enorme explosión de la información y un proceso de globalización. El siglo XX ha sido un período de avances revolucionarios en las comunicaciones, dentro de las que se incluye la informática, la digitalización y la automatización, las cuales han provocado una profunda revolución, caracterizada especialmente por la aparición de dispositivos multimedia y por una expansión espectacular de las redes telemáticas. Los sistemas expertos y la inteligencia artificial han aumentado vertiginosamente la interactividad. La velocidad de procesamiento de la información crece constantemente, así como la capacidad casi ilimitada de almacenamiento. En cualquier caso, no es posible entender la configuración de esta sociedad sin la influencia de la comunicación y de la información.

Esta revolución tecnológica constituye a todas luces un elemento esencial para entender nuestra sociedad, en la medida que crea nuevas formas de socialización e incluso nuevas definiciones de identidad individual y colectiva (UNESCO, 1996: 68). Tales transformaciones han sido y están siendo tan profundas que, además de estar rehaciendo el universo científico, están logrando una nueva configuración del saber alrededor de nuevas y atractivas disciplinas, como son la genética, la informática o las ciencias de la comunicación y de la información. Esta evolución y sus consecuencias prácticas están ejerciendo una influencia considerable no sólo sobre las estrategias científicas y tecnológicas, sino sobre los propios comportamientos sociales, hasta el punto que su impacto se ha comparado con el de la invención de la imprenta por parte de Gutenberg.

Así como en los últimos siglos la transmisión de conocimientos ha usado como elemento primordial la información escrita, ahora se realiza, cada vez con mayor intensidad, a través de nuevos instrumentos. Las nuevas generaciones de alumnos nacen y crecen en un entorno telematizado, lo que ha dado lugar a que sus hábitos perceptivos y sus procesos mentales se hayan transformado, al igual que sus gustos, actitudes y emociones. Estas modificaciones no pueden pasar desapercibidas por los que nos dedicamos a las tareas escolares.

Los acelerados avances tecnológicos están modificando la vida de los ciudadanos quienes se van introduciendo cada vez más en las instituciones educativas, a pesar de la resistencia de los sistemas educativos para integrarlos. Las nuevas tecnologías comienzan a producir cambios en los métodos de enseñanza e incluso

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