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Pobreza


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2014  •  Trabajos  •  17.860 Palabras (72 Páginas)  •  123 Visitas

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ÍNDICE

Índice……………………………………………………….. 2

Introducción………………………………………………. 3

Capítulo I: La pobreza, generalidades y conceptos…… 4

Capítulo II: Situación actual de la pobreza en América Latina…………………………………………………………….…. 10

Capítulo III: La Pobreza como factor de violencia y de inestabilidad social en el continente americano……..… 24

Capítulo IV: La Pobreza una amenaza, ¿Cómo enfrentarla?.................................................................. 27

Capítulo V: Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018….. 32

Capítulo VI: Conclusiones………………………………….. 51

INTRODUCCIÓN

La pobreza representa un grave problema social que tiene implicaciones éticas, económicas y políticas consideradas como de primer orden. Sectores muy amplios de la población en nuestro Continente están afectados actualmente por una marcada situación de desempleo, de abandono, de hambre, de desnutrición y de marginalidad. Esta condición atenta contra los derechos humanos y coloca, al gran número de personas afectadas, en situación de constante desasosiego social por lo que la estabilidad democrática en muchos países Latinoamericanos se ve seriamente comprometida, ya que es difícil el pensar que ella pueda afianzarse en tanto grandes sectores son excluidos de la economía y de la sociedad.

La pobreza existente en Latinoamérica, es un reflejo de la gran desigualdad que atenta contra el crecimiento económico, que dificulta los procesos de integración e impide que se den las condiciones deseadas para afrontar las exigencias del desarrollo y garantizar la seguridad del continente.

La inestabilidad social que genera la pobreza impulsa a la adopción del delito como un medio para obtener riqueza, no importa para muchos si su aceptación posee, o no, legalidad.

CAPITULO I.

LA POBREZA. GENERALIDADES Y CONCEPTOS.

Historia de la Pobreza:

Como lo refleja la Biblia, en muchos de sus paisajes, la pobreza es parte de la historia misma de la humanidad, siempre se le ha considerado como una situación normal en la vida del hombre. Los escritos de la antigüedad reflejan como la escasez de alimentos y el hambre era algo crónico y común.

Durante la edad media aparecen las primeras manifestaciones de pobreza. Precarias viviendas sirvieron de morada al hombre y su familia. Estas, con una sola habitación en unos casos, y con un máximo de dos en otros, se constituyeron en casas que fueron el producto de construcciones rústicas y ordinarias, carentes de los servicios básicos, donde el desconocimiento de las más elementales normas de higiene agravaba las condiciones precarias de vida en las que habitaban miles de personas. Otro de los fenómenos habituales para la época era el hambre, las costumbres medievales permitían apreciar una notoria contraposición entre opíparos banquetes, de los que disfrutaban las personas que integraban las clases sociales más nobles y la inanición en que se debatían otras menos afortunadas.

Durante el siglo XIII y las siguientes tres centúrias el hambre continuó. “Entre 1201 y 1600 el ritmo de su crecimiento y propagación se mantuvo constante: Siete épocas de hambre y diez años de escasez de alimentos a lo largo de cada siglo”.

El hambre y la escasez han acompañado por siglos la evolución de la vida del hombre, múltiples capítulos de la historia de la humanidad así lo reflejan, largos períodos de hambre generaron muerte y miseria. Esas largas jornadas de hambruna fueron manifestaciones intensas de la pobreza.

La pobreza se ha mantenido durante siglos como un enquistado mal difícil de exterminar. En 1798, el clérigo ingles Thomas R. Malthus dejó saber, mediante un ensayo publicado, sus conclusiones acerca de la constante tendencia observada en la población a crecer por encima de la producción y la capacidad de abastecimiento de alimentos. Esta anomalía, sin un control adecuado absolutamente necesario, siempre arrastraría a la masa humana al hambre, a la enfermedad y a la guerra. La pobreza era para él, en sus consideraciones, un algo inevitable para la mayoría de los seres humanos.

Para mediados del Siglo XVIII, durante la llamada “Revolución Industrial”, se produjeron cambios y la producción comenzó a registrar un aumento progresivo. Pero este fenómeno también involucraba el incremento de la población, el cual para inicios del siglo XIX ya mediaba en un 50%. Disminuyó el índice de mortalidad y aumentó la producción de alimentos, surgiendo además otros recursos que ayudaban a abastecer a un gran número de personas.

El Siglo XIX fue el siglo de la explosión demográfica, en ese período la humanidad creció más de lo que lo había hecho en millones de años. Pero, de la misma manera como esto sucedió, continuaron produciéndose nuevos acontecimientos que generaron hambre en la India, Irlanda, China y la URSS, por mencionar algunas de las regiones del mundo más importantes que fueron afectadas. Curiosamente, estas grandes crisis, no afectaron mayormente los países del mundo occidental.

Actualmente, el hambre y la escasez todavía prevalecen con sus amargas y terribles consecuencias, sin que este problema se haya logrado reducir significativamente o eliminar en nuestro continente.

Para América Latina la pobreza ha sido siempre un flagelo en constante evolución, que toma fuerzas y abarca, con sus tentáculos, un elevado porcentaje de la población. A la pobreza, como mal de la sociedad, debe cortársele el paso, combatirla, reducirla progresivamente hasta erradicarla. Es por ello que en nuestros Países, a través de nuestros gobiernos y nuestras sociedades, debemos hacernos eco de la advertencia que hace muchos años lanzó el Sr. James Grant, Director General de la UNICEF, quien señalaba que en pobreza “lo peor todavía está por venir” y por ello debemos prepararnos para producir las transformaciones necesarias, tomando las previsiones para actuar antes

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