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Problema De Transmilenio

2 de Septiembre de 2013

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El problema del transporte en Bogotá: una pesadilla para el ciudadano común

por Sara Elizabeth Cifuentes Thursday, Aug. 10, 2006 at 9:15 AM

Si usted es un bogotano asalariado, que tiene que levantarse muy temprano para llegar a su destino, que no ha podido comprar carro y casi siempre tiene que subirse a buses llenos o al TransMilenio en horas pico; esta nota es para usted. El TransMileno no resolvió el problema del transporte en Bogotá y se convirtió en otro elefante blanco.

A pesar de la implementación del Sistema de TransMilenio en la Capital de la República, el caos vehicular, parece no tener fin. Los trancones no cesan, aún existen barrios en donde no llegan alimentadores, ni existen otras rutas de transporte público cercanas.

En ocasiones, los bogotanos tienen que caminar largos trayectos para conseguir transporte o esperar varios minutos. En el caso concreto del TransMilenio las horas pico son un caos. Los buses repletos de gente en franca competencia para buscar un pequeño rincón, con tal de que lo lleve. En muchas de esas competencias se atascan sacos, bolsos y hasta brazos.

Cuando ya han pasado las horas pico baja el ritmo de gente, pero también la frecuencia de los buses del sistema y ni se diga de los alimentadores, pasan hasta 15 minutos esperando a que pasen. Ni hablar de los conductores que al principio muy decentes, pero ahora pueden competir con los del transporte público tradicional.

Pero ojo, que no es lo mismo tomar transporte para una persona que vive en el Nuevo Chile de la Localidad de Bosa, a una que vive en la Ochenta o en Álamos. Aunque no lo crean existen zonas de Bogotá en donde aún no llegan los alimentadores, o para poder tomar uno deberán caminar trayectos de 15 o 20 minutos, como es el caso de algunos barrios aledaños a la Autopista Sur, motivo por el cual la gente prefiere tomar los tradicionales colectivos, busetas o buses.

Mientras algunos optan por el tradicional o se ven obligados a tomar el TransMilenio, otros eligen usar la bicicleta. Sin embargo, son muchos los bogotanos que usan el transporte tradicional, no obstante sus muchos problemas, entre los cuales están: la falta de respeto por el pasajero. Casi siempre los ciudadanos se ven obligados a correr tras los buses o colectivos, ya que no hay paraderos definidos. Generalmente los buses de transporte público tradicionales se llenan casi hasta el techo, pero el conductor en su afán de recoger más pasajeros, sólo atina a decir: “Corran pa´tras, que ahí hay más espacio”.

Las jaulas en que se han convertido las cabinas de los conductores, que inicialmente se hicieron para protegerse de los atracos en varios sectores de la ciudad, hoy se han convertido en una pared de aislamiento entre éste y los pasajeros. El conductor recibe el dinero del pasaje por un pequeño orificio existente en la cabina. Como no se escucha, sólo le hace señas al pasajero con las manos para cualquier pregunta.

No se alcanza a sentar el pasajero, sean mujeres embarazadas, o con niños de brazos o ancianas, cuando arranca salvajemente con consecuencias graves en muchas ocasiones. Para fortuna del conductor no escucha las groserías que los pasajeros se ven obligados a decirle. Sucede lo mismo cuando el pasajero llega a su destino, tiene que bajarse como en maratón, so pena de irse con el conductor para su casa, o en peligro de perder la vida en las llantas traseras, como ocurrió a dos pequeños niños hace más de un mes en Suba.

Uno escucha constantemente frases como: ¡Un momento que van con niños!, ¡Pare! o ¿me va a llevar a su casa?, y otras que no se pueden mencionar por respeto a los lectores, pero a las cuáles muy seguramente han tenido que recurrir alguna vez.

Las propuestas

Ya existen varias propuestas desde el Concejo de Bogotá y el Congreso, para de alguna forma buscar alternativa al caos vehicular, que no parece tener fin y que pareciera tener otras aristas, que podrían traerán como consecuencia una ciudad insostenible en materia de transporte. Propuestas que van desde la chatarrización, ampliar el pico y placa, hasta la construcción del Metro.

Esta última debatida en el Concejo de Bogotá por el concejal del Polo Democrático Alternativo PDA, Carlos Romero, quien sostuvo que si no se reconsidera el trazado de la mencionada Fase III se estará castrando a futuro la posibilidad de construir el Metro. que: “El sistema vial de la Capital de la República podría colapsar a mediano plazo si se ejecuta, como se tiene previsto, la denominada Fase III de TransMilenio que cubrirá el trayecto comprendido entre las Carreras Décima, Séptima y la Calle 26”.

Para el Concejal la solución de movilidad de Bogotá depende de una estrategia integral de transporte en que se combinen con eficiencia varias modalidades y se optimice la calidad de las vías. Insistió en la necesidad de no echar en saco roto la construcción a corto plazo del Metro en una primer línea subterránea que iría entre las calles 72 y 13 por la carera Séptima y conectaría con líneas de superficie como en Medellín, entre la Calle 72 y Engativá; y la Calle 13 y Kennedy.

Estudios demuestran que en horas pico se transportana través de la carrera Séptima - entre la 170 norte y la 35 sur - alrededor de 80 mil personas y con la entrada de la Fase III, TransMilenio sólo alcanzaría a movilizar 15 mil pasajeros. El temor es que si se ejecuta la III Fase de TransMilenio copará las carreras Décima y Séptima y la Calle 26, lo que impedirá la construcción del Metro y detendrá la posibilidad a Bogotá de tener una Sistema Integrado de Transporte.

1. Introducción

El hecho de encontrar un problema que afecte negativamente a una organización causando en ésta demoras o deficiencias en la elaboración del producto o prestación del servicio, no garantiza que la situación vaya a mejorar, tampoco va a cambiar en mucho el saber la causa y las posibles consecuencias, es como saber que el peligro en las calles es latente y que una desafortunada situación se puede presentar en la esquina, es como saber de la convivencia del enemigo, sí, enemigo por que así debe verse, por que cualquier manifestación material o inmaterial que pueda afectar a la organización en general o en alguna de sus partes, debe recibir un trato de tal magnitud, de otra manera no surgirá efecto alguna medida al respecto, por la experiencia y la cotidianidad el ser humano no va a agredir a un amigo, y si dejamos que los problemas se conviertan en amigos o conocidos terminaremos acostumbrándonos a su presciencia, conviviendo con ellos y como siempre han estado allí, pues dejémoslos; mal hecho porque es inadmisible la manguala, alcahuetear la situación, debemos actuar con firmeza y agresividad en contra de los problemas, debemos "cortar el mal de raíz" y esto implica no solo mirar por encima, sino penetrar la situación, encontrando todas las causas y la causa principal, y darle una solución que evite que tal fenómeno se vuelva a presentar, y procurar mejorar todo el proceso por el bien de la organización, la clave esta en evitar los pañitos de agua tibia, aclaro que no es que sean malos o afecten, solo que no brindan la solución adecuada o es en muchos de los casos insuficiente a pesar de hacer un aporte positivo a la organización.

2. Problema del transporte en Bogotá

Una situación fuera de control, para estar mas conectado con la realidad y la actualidad, se puede apreciar en el transporte de la ciudad de Bogotá, con sus dos connotaciones el servicio publico y el servicio particular.

Bogotá es la capital de la Republica de Colombia con un gran numero de habitantes tanto de esta como de otras ciudades, este volumen de personas hace que se genere un gran comercio repartido en diversos sectores de la ciudad como el informal, financiero, construcción, industria, educación, comercio, servicios, etc. Estas personas que laboran requieren movilizarse en todas las direcciones y durante todo el día, unos ganan mas que otros, y esto se traduce en que unos tienen la capacidad económica para adquirir un automotor y se movilizan dentro de la ciudad en este, otras en cambio no tienen el suficiente o simplemente no apetecen de comprar un vehículo y tienen que movilizarse en el servicio publico, que comprende, buses, busetas, taxis, y colectivos, cada uno de estos con características diferentes al igual que las tarifas.

La situación es tal que en la actualidad un recorrido que por su distancia no debería demorar mas de media hora, termina convirtiéndose en una travesíade dos y hasta tres horas; y aquí se encuentra el primer problema, porque en realidad son varios problemas en uno solo que se reúnen para formar una sola entropía; la velocidad con que se puede avanzar entre los corredores viales de la ciudad se ha reducido hasta ese punto debido a la gran saturación del parque automotor, tanto particular como publico.

Para el caso del transporte particular la administración de la ciudad en cabeza de la alcaldía ha tratado de buscarle una solución a este caos, pero no es realmente una solución total sino parcial, ya que ha tomado medidas como la restricción vehicular denominada Pico y Placa, y el día de no carro en Bogotá, medidas como esta solo mesuran un poco el trafico; para el caso del Pico y Placa, es una restricción vehicular de acuerdo al ultimo digito de la placa de cada vehículo, prohibiendo así su circulación dentro de la ciudad en una horario, que va de 7:00am a 9:00am en la mañana, y en la tarde de 5:30 PM a 7:30 PM, teniendo así la posibilidad de transitar sin ningún problema durante el tiempo restante; y el día

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