Problemática Colombiana

DESTERRADOS: Crónicas del desarraigo

Los Silencios

Desterrados: Crónicas del desarraigo es un libro compuesto por ocho crónicas de carácter narrativo escrito por Alfredo Molano, quien está en estado de exilio por las amenazas paramilitares contra el que se dan  en los años 90. Molano es sociólogo, periodista, escritor y ahora uno de los intelectuales que hace parte de la Comisión Histórica del Conflicto y las Victimas. Esta comisión se conformó en los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC. Molano, de 71 años, ha dedicado su vida profesional al entendimiento de uno de los fenómenos más complejos de  la historia política, social y económica del país: la violencia. (El Pais, 2015)

El relato de Los Silencios ubica al lector el Pinillos, un municipio ubicado al norte de Colombia  en el departamento de Bolívar. Donde se vive la lucha territorial entre dos grupos armados al margen de la ley, la guerrilla y las FARC. Todo empieza con el padre de Levis, un hombre malo y deshonesto que perjudica a la gente. El pueblo presenta sus quejas a Víctor, guerrillero quien se vale de sus armas para atrapar al padre de Levis y hacerlo arrepentir de todo lo que hizo, sin embargo Levis cargado de un sentimiento de venganza contra Víctor, entra a formar parte de un campamento de entrenamiento perteneciente a las FARC para tiempo después volver y matar a todas aquellas personas que señalaron a su padre. Catorce victimas dejo Levis, además nueve campesinos muertos, un miedo que no permitió llorar a sus  difuntos y un silencio profundo después de un descargue de balas. Así que el pueblo ahora está unido por el miedo y los rencores que los llevan a huir.

El protagonista de la historia que se cuenta se mantiene en el anonimato aunque es casi una parte de su autobiografía lo que se puede apreciar. Dicho protagonista vive y se desarrolla en un ambiente de guerra, un ambiente violento que tiene raíces muy gruesas y antiguas. Este personaje se ve obligado a estar en constante desplazamiento por los actos sanguinarios que tiene que ver.

Los silencios es una retrospectiva que es narrada por el mismo protagonista anonimo, quien se acaba de criar en la  Cienaga de Morrocoyal, cuenta sus sentimientos, la que ve, lo que tiene que hacer, lo que aprende y lo que lo rodea. Para empezar en su esfera más cercana, esta su familia constituida por sus padres que están separados y tiene un profundo sentimiento de odio entre ellos.

Su padre nace cerca de Cerete, un departamento de Córdoba, en ese periodo de tiempo Ana Julia Campos se levantó contra el abuso de los patronos hacia los trabajadores de Ingenio Berastegui. El progenitor del protagonista colaboro a Julio Guerra, cuando este decide alzarse en armas para vengar la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en los años 48 y se auto declara enemigo de los conservadores que siguen a Mariano Ospina Pérez presidente de Colombia entre 1946 y 1950.

Así que desde antes del nacimiento del anónimo personaje principal, la violencia bipartidista ya era una realidad, y parte fundamental donde su padre se desarrolla y adquiere su configuración mental de acuerdo a la cultura. Sin embargo este hombre siempre inculco a sus ocho hijos la importancia de la educación y el ser trabajador para lograr sus metas. El padre del protagonista es comerciante activo en el negocio de madera, sin embargo por la ambición y el deseo desmedido de crecer económico resulta con sus hijos cultivando marihuana. El narrador en su autobiografía afirma que muchos de los actuales políticos, dirigentes de la nación, fueron lo que se enriquecieron con el negocio de la esta planta.

Este proceso de siembra tanto de marihuana como de madera junto con la ganadería fueron causantes de la terrible desforestación, ya que se destinaron muchas hectáreas de bosque a la tala y la siembra de pasto para alimentar las vacas e impulsar la ganadería como actividad económica predilecta hasta la llegada de la siembra de marihuana. Con la llegada de esta planta el desplazamiento de las tierras y la explotación laboral por parte de los colonos o grandes terratenientes afectaron a los campesinos entre ellos a la familia del protagonista.

Estas siembras ilícitas traen consigo mucha violencia, explica el protagonista, ya que el mayor de sus ocho hermanos muere a manos de unos sicarios que quería el dinero que él tenía después de vender media tonelada de esta planta ilícita. El padre queda devastado después de la muerte de su hijo mayor así que por ultimo compra un terreno que tiempo más tarde el gobierno ofrece comprarle para la construcción del Parque Nacional y con el dinero recibido compra otra finca que es heredada por sus hijos ya que él no se encuentra en condición para seguir al mando de este terreno.

Cuando el personaje principal de esta historia ve toda la violencia que se crea por la ambición al dinero toma la decisión de irse para las bananeras con el fin de ser más independiente económicamente. Se empleó en Chigorodo localizado en la subregión de Urabá en el departamento de Antioquia, donde su función era  cortar fruta en un ambiente laboral pésimo donde el olor a fungicida era muy fuerte y además estaba vigilado por un hombre armado. Se le obligaba a trabajar ocho horas en estas condiciones para mantener la productividad hasta que un día entran en huelga en la finca pero lo único que logran es ser tildados de guerrilleros y posteriormente son asesinados el secretario y el presidente del sindicato para luego ser expuestos ante los trabajadores con el fin de sembrar el miedo. La mayoría de los trabajadores desertan de este puesto de trabajo y este acto criminal queda en la impunidad.

Asustado por este suceso tan sanguinario vuelve a Tiquisio municipio de Bolivar y se encuentra con “La Mona” sobre nombre que recibe quien sería su futura esposa. Esta mujer ejerció el oficio de la prostitución pero a él no le importa y la convierte en su compañera de vida, así que deciden casarse y en el cursillo prematrimonial conocer al padre Javier quien pasa a ser uno de los más cercanos amigos de la pareja. Este sacerdote cambia el rumbo de la vida de los recién casados ya que desde la religión los incluye en el servicio a la comunidad y los hace ver el sufrir del pueblo destrozado por la violencia. La Mona se entrega al servicio en el área de la salud mientras que el protagonista participa en la organización de ayudas para la comunidad con actividades como basares o la creación de acciones comunales. Eran felices ayudando y se ganaron el  cariño de los demás. Cuando todo está retornando a la normalidad con él a la cabeza de un terreno que le regalo su suegro y la finca de su padre enfermo, se sostenía económicamente de la venta de madera a Puertas de Colombia. La marimba seguía presente pero esta vez con más violencia y esta vez la prostitución de niñas y jóvenes quienes iban a Tiquisio, la Raya Tucayalta, el Colorado y el Sudan todos municipios de Bolivar, para prostituirse se volvió una actividad diaria, también la aparición de cadáveres en zanjas ya era algo normal.

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