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Productos Chatarra Y Repercucion En Las Micro Empresas

alejandram1231 de Marzo de 2015

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Introducción: El estándar de calidad

Como sabemos, hoy en día se producen un sin fin de productos para las necesidades humanas, mucha veces tenemos la ventaja de elegir al mejor postor, pero otras veces tenemos que conformarnos con elegir el único que ofrece el producto, los estándares de calidad son los que determinan la competencia de la empresa que los produce y por lo tanto también de si la maquiladora perdurara o no en el mercado.

Los estándares no son más que los niveles mínimo y máximo deseados, o aceptables de calidad que debe tener el resultado de una acción, una actividad, un programa, o un servicio. En otras palabras, el estándar es la norma técnica que se utilizará como parámetro de evaluación de la calidad.

Una vez programadas las actividades de solución al problema de gestión, los círculos de calidad deberán definir los estándares de calidad del resultado, o los resultados esperados.

En el desarrollo de los estándares deben participar los miembros del equipo coordinador de la gestión de calidad, en la unidad de salud y representantes de los usuarios internos y externos del programa de atención integral en el cual se identificaron los problemas.

Se debe cuidar que los estándares no sean influenciados por lo que actualmente hace el personal, quienes son los responsables de la gestión o ejecución de la actividad, componente o programa con un problema. Los estándares deben ser monitoreados y evaluados periódicamente, aplicando indicadores, para saber si se está asegurando la calidad.

Esto sin duda es lo que determina si una empresa (cualquiera que sea su tamaño) perdurara o fracasara, es por eso que en este ensayo me enfocare en como las pequeñas y micro empresas pueden ahorrar sin dejar de ser competentes y también la problemática de los productos “chatarra” en la sociedad actual por ende la mala administración empresarial y el bajo control de calidad que poseen estas empresas ( ya sea por inexperiencia o estrategia) para así tener en claro las repercusiones en efecto de la utilización de productos de mala calidad en las empresas y la producción de los mismos.

Para ello también me enfocare en explicar a qué se le determina calidad, cuales son los estándares conforme al producto y las recompensas que se tienen al tener un buen producto o servicio, el inicio de la competitividad empresarial y los factores que determinan el crecimiento de las pymes (obviamente me enfocare en el producto).

Sin más mi objetivo principal es el de proporcionar al lector del ensayo los recursos suficientes para conocer la problemática de la baja calidad y que como se dice coloquialmente: a la larga lo barato sale caro (aunque no necesariamente siempre tenga que ser así), de una manera entendible y con algunos conceptos aplicables también a otros ámbitos de la vida diaria.

La competencia en el mercado (escogiendo al mejor postor):

El mercado, es en donde se hacen todas las transacciones comerciales y económicas, este es el que determina la economía de un país, existen diferentes factores por los cuales una empresa o entidad puede llegar al éxito o simplemente desaparecer, a esto es lo que se le denomina competencia, y no está alejado de lo que vemos en los juegos de fut bol aquí también se busca ser más rápido, más fuerte, y mejor preparado para que el individuo o el consumidor siempre lo elija a él, elija al mejor.

La competitividad empresarial es la capacidad de una empresa u organización de cualquier tipo para desarrollar y mantener unas ventajas comparativas que le permiten disfrutar y sostener una posición destacada en el entorno socio económico en que actúan

Es considerable sustituir la palabra “competitividad” por “productividad,” ya que en el fondo el problema de competitividad que enfrentamos es un problema de los diversos obstáculos que inhiben el crecimiento de la productividad.

Las razones principales de la caída de nuestro país en el nivel de competitividad mundial se basaron en la mala calidad de sus instituciones públicas, un ineficiente sistema impositivo, y, sin duda, la parálisis de las reformas pendientes derivadas de una ruptura del consenso político.

El índice también destacó preocupación por los elevados niveles de criminalidad, fenómeno que ha afectado severamente el ambiente de negocios. Precisamente, debido al alto índice de criminalidad, México se ubica como el tercer país más costoso del mundo respecto a los gastos extraordinarios que las empresas deben enfrentar para protegerse de la inseguridad.

Los factores más problemáticos para hacer negocios en el país son en primer lugar la ineficiente burocracia gubernamental, seguido de la corrupción, el crimen, acceso a financiamiento, regulaciones laborales restrictivas y una inadecuada provisión de infraestructura.

México se mantuvo en el lugar número 60 entre 133 países en el Índice de Competitividad Global.

La competitividad de la economía mexicana durante los últimos años refleja un claro retroceso en comparación con economías también catalogadas en desarrollo (Brasil, India, China, entre otras), lo anterior ha llevado a los especialistas nacionales a analizar y discutir las diferentes directrices económicas, tecnológicas e instituciones que ayudarían al país a revertir tal situación. Este trabajo presenta, discute y analiza las siete principales directrices sobre las cuales el gobierno, instituciones y sociedad deben trabajar en conjunto para lograr elevar la competitividad empresarial.

Para que México eleve su nivel de competitividad a nivel internacional, es necesario que cuente con un marco institucional que propicie el buen desarrollo de las actividades de los sectores productivos; este ha sido uno de los elementos fundamentales en la estrategia continua y sostenida de los países más competitivos: creación de instituciones tanto públicas como privadas, efectivas al momento de coadyuvar al mejor funcionamiento de las economías de mercado.

En México, durante la última década, se han establecido algunas instituciones dentro del poder ejecutivo que tienen una gran influencia sobre la competitividad del país: Comisión Federal de Competencia (CFC), Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL) y Comisión Reguladora de Energía (CRE).

La existencia de figuras institucionales de este tipo sólo es el primer paso ya que, no obstante que en algunas de ellas su estructura y mandato son las adecuadas y funcionales, su nivel de facultades dejan mucho que desear para llevar a cabo su objetivo principal que es el de regular la competitividad en áreas específicas de la economía nacional.

La limitación de las instituciones citadas, en cuanto al nivel de sus facultades, las hacen ver como un número insuficiente tanto al interior como al exterior del país; lo cual les impide constituirse como el eje de un marco institucional sólido y confiable que efectivamente regule e incentive las buenas prácticas de una economía de mercado inmersa en la globalización.

Es bien sabido que la disponibilidad de energéticos de algunos países les provee de buen posicionamiento en cuanto a competitividad mundial se refiere, pero más importante que contar con reservas, es su situación en cuanto a calidad y precio.

Lo anterior queda claramente ejemplificado en México, porque no obstante de que cuenta con importantes reservas de energéticos que podrían orientarse a influir positivamente en el nivel competitivo del sector empresarial, su calidad y precio deja mucho que desear, además el principal ingreso del país sigue proviniendo de la venta de petróleo.

Lo anterior pone en evidencia la necesidad de México de contar con una política energética renovada y adecuada a las condiciones actuales, que permita realmente la adecuada utilización de las reservas energéticas nacionales como una palanca que impulse la competitividad empresarial y realmente coloque a la industria mexicana en una posición de ventaja con respecto a sus competidores, por ende se reflejaría en un crecimiento económico sostenido y sustentable del país.

Es necesario que México refleje en su competitividad internacional la privilegiada posición geográfica de la que goza, enmarcándose ésta en una logística de transporte ad hoc que garantice la comercialización de los productos nacionales a precios competitivos en los mercados norteamericanos, europeos y asiáticos. Resulta inverosímil para los empresarios mexicanos que siendo vecinos del país más rico del mundo no sea posible colocar sus productos (sobre todo los agrícolas) en los diferentes mercados terminales estadounidenses a precios competitivos con países más alejados de este mercado clave, tal es el caso de Chile.

Lo anterior, como consecuencia de los altos costos que presenta el transporte carretero, ferroviario y marítimo en México; la baja calidad de la infraestructura y un marco regulatorio inadecuado. Por ello resulta impostergable el contar en el país con una regulación eficiente, una infraestructura de transporte moderna y bajos costos de logística, que son elementos esenciales que contribuirían a elevar la eficiencia del sector transporte, y, asociado a ello, la competitividad del país.

Si bien es cierto que en la última década la política de comercio exterior de México ha coadyuvado a elevar su nivel de competitividad internacional, las ventajas que proveyeron los diferentes acuerdos comerciales con diversos países alrededor del mundo a la empresa nacional, específicamente traducidas en preferencias arancelarias y no arancelarias que permitieron el acceso a materias primas, insumos y bienes de capital a precios

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