Profesion docente. ¿Es lo mismo “la profesión docente” que un profesor o pedagogo?

Para comenzar hablar del tema de “La profesión docente”, tenemos que tener en claro a qué se refiere este término. ¿Es lo mismo “la profesión docente” que un  profesor o pedagogo?

El profesor, con Magister en Educación y Doctorado en Educación,  Castillo (2010,902), nos da la respuesta de esto citándonos, “La profesión docente consiste en reconocer si existe o no una base de conocimientos de esta profesión. Existen dos tipos de conocimientos que son reconocidos. Están  los conocimientos que son la disciplina de que se enseñará y, por otro lado, están las capacidades de relacionadas con los procedimientos para seleccionar, enseñar y evaluar esos contenidos”. Castillos nos señala que la profesión docente es mucho más complejo de lo que parece porque reúne conocimientos prácticos y  teóricos, además reúne el más profundo sentimiento ético del concepto que es desempeñar o consagrarse a una causa de transcendencia social y humana.

Blanco, Castillo y Ratto menciona algo muy importante. Todo docente tiene que tener “Competencias”, Castillo (1010, 903) las define que éstas tienen que constituir la actualidad, una conceptualización y un modo de operar en la planificación y gestión de recursos humanos en la educación, orientada a facilitar una mejor articulación entre gestión, trabajo y educación. Estas tienen que ser combinadas con conocimientos, habilidades y actitudes conducentes a un desempeño adecuado y oportuno en los diversos conceptos. Castillo define “Competencias” como el Saber hacer sobre algo, con  determinadas actitudes y determinados contextos. Por último el Castillo se enfoca en el carácter práctico, donde en primer lugar se evalúa al alguien observándolo y por segundo lugar hace referencia a algo que se sabe hacer, que es contenido de la competencia.

Competencias para ser profesional.

Blanco (1999, 379) para decir cuáles son las competencias para ser profesional, responde con la cita de (Michelson, 1990:51):

         a) Un buen profesor se caracteriza por su capacidad para que los alumnos se comprometan       en el trabajo.

        b) Hacer que estos progresen a través de sus evaluaciones

        c) Ser entusiasta

        d) Estar al día con el conocimiento que se está enseñando.

Castillo (2010, 903:907) Nos nombra 7 tipos de competencias:

1. Las competencias de la disciplina: Es la capacidad de tratar y analizar problemas y fenómenos, que requieren el conjunto de conocimientos y habilidades de un área especifica.
2. Las competencias en la organización de los contenidos: El pedagogo tiene la responsabilidad y trabajo de prever las condiciones de trabajo, diseñar las condiciones de desarrollo y plasmar las ideas de la realidad.
3. Las competencias relacionadas con la variedad del aprendizaje: El docente tiene que considerar las habilidades de los estudiantes, viendo los estilos de aprendizaje, rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos. El docente viendo todo esto tiene la obligación de facilitar el aprendizaje, tiene que enseñarle estrategias para adquirir de mejor manera el aprendizaje de estos contenidos.
4. Las competencias en la incorporación de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información: Es necesario utilizar las TIC como un método de aprendizaje, para eso el docente tiene que ir actualizándose codo a codo con estas nuevas tecnologías. Castillo cita a Poole(2010,904) “El profesional docente universitario no puede iniciar un nuevo curso sin incorporar las nuevas tecnologías en sus planteamientos académicos, la tecnología es un saber común”.
5. Las competencias en evaluación: El docente tiene que dejar de utilizar las formas de evaluación tradicionales y tiene que empezar a innovar. El docente no transmite conocimiento directamente, pues el conocimiento es lo que ellos mismos elaboran, razonan y aprenden. Es por eso que los alumnos interpretan el conocimiento de distintas maneras. Hay que preocuparse del aprendizaje del alumno.
6. Competencias del área ética, en la acción educativa: Es necesario empezar a revalorizar los aspectos éticos y culturales de la educación. El ser humano es persona, es comunitario a la vez. La educación tiene el objetivo de actualizar estas condiciones e implica valores fundamentales que deben surgir de la bondad y sabiduría de los educadores y preocuparse de los alumnos. La ética por otro lado, regula la actividad educacional, convirtiendo a la educación en la dimensión perfeccionadora de todas las otras.  
7. Competencia en el área social en la acción educativa: El rol social de la acción docente tiene como finalidad, crear una sociedad más justa, transformando a las personas para que estén en una posición de mayor control sobre sus vidas políticas, económicas y culturales.

Por últimos tenemos a Ratto (2009, 69:70) que se refiere con competencias, al dominio del saber específico, a la concepción ética, a la empatía comunicacional y a la autoestima.

1. Dominio especifico o propio: Es alcanzar una formación profesional que permita planificar, conducir y evaluar estrategias de enseñanzas promotoras del aprendizaje de los alumnos.
2. Concepción ética: Ya que el docente está trabajando con personas, éste tiene que ser una persona ejemplar para darle un buen ejemplo de ciudadano a sus propios alumnos.
3. Empatía comunicacional: La comunicación es esencial para trabajar activa y creativamente en los trabajos grupales que se dan entre docentes.
4. Autoestima: Confianza y valoración de lo que está haciendo cada docente. Un buen profesional debe creer en lo que está haciendo y creer que es capaz de hacerlo satisfactoriamente. Estimulando positivamente a un docente en su capacidad, seguramente disminuiremos la capacidad de fracaso.

Con las competencias que nos dan a conocer estos 3 docentes, podemos identificar que la profesión docente no es tan sencilla como parece, que no todos los docentes trabajan de la manera que se debe y que es muy difícil abarcar todos estos puntos en el trabajo. ¿Y por qué será así? ¿Está fallando el sistema o los docentes?

Ratto (2009, 68), nos menciona que la única manera de hacer eficaz la transformación educativa apunta a fomentar y expandir la profesionalización de los docentes en los distintos niveles del sistema. Pero para algunos sociólogos y pedagogos, la docencia no es considerada una profesión, sino una semiprofesión, ya que sus acciones se basan fundamentalmente en esquemas prácticos, en donde decisiones se toman sobre una base empírica: las experiencias del docente, sin demasiados conocimientos teóricos, sustantivos y consistentes que justifiquen la práctica; algunas decisiones se toman con  un enfoque practico artesanal, con un bajo nivel de profesionalización. El autor nos menciona además que se ha reflexionado y disentido acerca del concepto de desarrollo profesional de la docencia, donde este concepto tiene que ser tomado como un proceso permanente, dinámico, evolutivo de la profesión y la función docente. Se trata de plantear estrategias de formación docente continua, con bases para un sistema de capacitación permanente, que acompañe al docente en toda su formación profesional desde su formación de grado. Estas estrategias tienen que ser continuas con una solida formación pedagógica y antropológica, la actualización de los contenidos, vinculación entre teoría y práctica, el desarrollo de currículos flexibles y regionalizados. El autor habla del desarrollo de la docencia, pero en un marco de una nueva cultura profesional, donde estamos integrados los procesos de mejora de conocimientos con un conjunto de habilidades y actitudes de constante aprendizaje. Los aspectos de la nueva cultura profesional y del desarrollo profesional tiene que ser en: autoestima, el análisis crítico y reflexivo en acción, las dudas, las confrontaciones, las  divergencias y la creatividad. Otro punto importante es que la formación inicial del docente debería ser el primer paso hacia la cultura profesional, por lo cual se tiene que hacer estudiar y aprender los fundamentos de la cultura profesional: por qué se hace tal o cual cosa, y cuándo y por qué será necesario hacerlo de otro modo. En la formación del docente también hay que valorar los conocimientos previos, como por ejemplo la relación entre el docente y el alumno.

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