Propuesta Para Las Necesidades Alimentarias
molerolh1 de Diciembre de 2013
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Hablar de la Revolución Bolivariana pasa por una revisión de lo que ha sido el devenir de estos 13 años de proceso bolivariano, democrático, revolucionario y, en los últimos tiempos, de construcción del socialismo, nuestro socialismo. Sin lugar a dudas, lo hemos compartido con el hemisferio, ha sido un proceso inclusivo, participativo y de apertura a las corrientes del pensamiento progresista y de izquierda que por muchos años veníamos apostando por un genuino cambio en las desgastadas estructuras del Estado venezolano y que por razones que en breve comenzaremos a analizar, desembocaron indefectiblemente en el torbellino bolivariano; los venezolanos y venezolanas tomando los destinos patrios a través de un proceso revolucionario que se inicio constitucionalmente en el año 1999, con el triunfo de Hugo Chávez Frías, nuestro Comandante Presidente.
Así pues, fueron más de 40 años de un modelo de sumisión al capital, al imperialismo, a las trasnacionales, a los pactos políticos de unos pocos en detrimento de las grandes mayorías, a medidas impuestas por el neoliberalismo que llegado el momento asfixiaron a nuestro pueblo, el cual se lanzó a la calle buscando justicia y levantando su voz ante el mundo. Ello ocurrió los días 27 y 28 de febrero de 1989 y fue denominado como “El caracazo”, estallido social que desnudó a la partidocracia, a los llamados demócratas para decirles: ¿Cuál democracia? Elegir sin que ocurra nada, en el marco de una sociedad, con unas profundas diferencias sociales. A partir de 1989 con el despertar del pueblo venezolano, las transformaciones en la conciencia ciudadana se fueron sucediendo progresivamente, sin que ello hiciera mella en la desgastada dirigencia de la derecha que no supo interpretar la trascendencia de aquellos hechos.
Es el Comandante Hugo Chávez, quien escucha e interpreta al pueblo y se lanza en armas, con un grupo de compañeros de la Fuerza Armada venezolana, el 4 de febrero de 1992; es la rebeldía producto del amor por la Patria, es la rebeldía por asumir la responsabilidad de reivindicar la conciencia nacional y luchar contra la degeneración moral en que había caído el país bajo la clase dirigente en Venezuela. Años más tarde (1994) y luego de arrogarse sus actos de manera heroica, sale de la cárcel de la mano de un pueblo que lo llevó al triunfo electoral en diciembre de 1998; fue el triunfo de las mayorías, de los excluidos y las excluidas, de los invisibilizados y las invisibilizadas, de los obreros, de las obreras, los campesinos y las campesinas, sobre la alianza de los partidos de la burguesía y las oligarquías existentes sumisas, durante décadas, al imperialismo.
Considero pertinente haber realizado estas referencias, toda vez que constituyen hechos en nuestra historia contemporánea que determinaron el rumbo político y social de los venezolanos y venezolanas. Sin embargo, no solamente hemos sido nosotros. América Latina y el Caribe sufrieron esta realidad en casi todos nuestros países, con políticas y recetarios del Fondo Monetario Internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Organización Mundial del Comercio, lo que conllevó a políticas nefastas de privatización de la salud, la educación, el agua, entre otros elementos de vital importancia para nuestros pueblos. Ello fue tomando cuerpo en las políticas de Estado y el gasto en materia social se fue reduciendo considerablemente.
Podemos constatar que la avanzada de los movimientos sociales y progresistas ha sido tal, que los cambios en la región no se han hecho esperar. La lucha contra las oligarquías ha sido sin tregua, y los resultados los hemos ido experimentando con profundos cambios en los últimos diez años, verificándose transformaciones en nuestras estructuras económicas, regímenes políticos, tejidos e identidades sociales, y en la propia relación entre el estado y la sociedad. Son gigantes los desafíos que se nos presentan a la izquierda latinoamericana y caribeña, creo que los estamos afrontando con mucha dignidad y con los movimientos sociales a la vanguardia.
La Revolución Bolivariana: democracia participativa. Final del modelo capitalista-rentista.
Para la profundización y maduración de la democracia venezolana a partir del triunfo de la revolución, es ineludible referirnos a nuestro proceso constituyente en 1999, lo que se tradujo en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que refundo la Patria y le dio inicio a la 5° Republica. Un cambio de paradigma necesario: pasar de la democracia representativa, la cual limitaba la participación del pueblo al sufragio (Derechos civiles y políticos con restricciones), dando paso “…a la refundación de la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones…”(Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999).
Realidades concretas soportan en el ámbito científico, a la luz del momento político venezolano, algunos de los principios generalmente admitidos por la Ciencia Política, para reconocer a un régimen como democrático, veamos:
Elecciones libres, plurales y con alternabilidad en el poder: ¿Puede alguien en su sano juicio dudar que este principio se ha venido cumpliendo reiteradamente? Los lapsos de los mandatos y las formas de traspaso del poder están claramente establecidos en la Carta Magna venezolana, aprobada por el 73% de los electores y electoras. Podemos mencionar fechas: el 6 de diciembre de 1998 obtiene la primera victoria popular el Comandante Chávez; el 30 de julio del 2000 es relegitimado por nuestro pueblo en el marco de la nueva Constitución de 1999; el 15 de agosto del 2004 es ratificado como Presidente Constitucional cuando los sectores de oposición, gracias a la posibilidad que nos ofrece la Constitución, activaron la convocatoria para referéndum revocatorio presidencial. En el año 2006 reelegimos al Comandante Chávez, con la votación de más de 7 millones de compatriotas para un 62,84% de los sufragios. Y ahora nos alistamos a un nuevo proceso electoral, el próximo 7 de Octubre, donde el Presidente Chávez tiene el respaldo de más del 58% de los electores.
Libertad de asociación y pluralismo político: En los años de Revolución han florecido organizaciones políticas y civiles, afectas y desafectas al gobierno, sin ningún tipo de restricción, por el contrario amparadas en la Constitución de 1999 y la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política. De igual manera, la mayoría de las fuerzas políticas están representadas en el Parlamento, en las legislaturas regionales y concejos municipales, así como en alcaldías y gobernaciones.
Plena libertad de expresión y manifestación: La observancia internacional ha podido constatar el pleno ejercicio de estos derechos en la sociedad venezolana. Una muestra de ello, son las manifestaciones que se escenificaron en la Plaza Francia de Altamira, en Caracas, durante los años 2002 y 2003, sin ninguna intervención de la fuerza pública para ejercer represión, aún cuando parte de lo allí acontecido violentaba el ordenamiento jurídico venezolano, no obstante, nuestro Gobierno restituyó el orden en el marco de las legislación venezolana.
Libertad de Prensa: En el gobierno bolivariano se ha democratizado el espectro radioeléctrico en señal abierta. Es decir, en el año 1998 existían 40 televisoras, en la actualidad Venezuela tiene 111 concesiones en televisión abierta, de las cuales 61 son privadas, 13 del Estado y 37 comunitarias. En cuanto a radio, en 1998 había 342 concesiones, ahora hay 466 privadas, 82 operadas por el Estado y 243 comunitarias. En televisión, es diferente, el 80 % del espectro era privado, sin embargo, observamos un proceso en que predomina un nuevo factor, el de los medios comunitarios y alternativos, que hoy ocupa 33 % del espectro en televisión versus 13 % de los medios públicos; pero aun así hay una hegemonía, sobre casi 60 % de las concesiones en televisión que siguen en manos privadas.
Autonomía e independencia de los poderes públicos: Estos resultaron de una votación plural y calificada en el seno de un Parlamento escogido en elecciones libres, como sucede en todas las democracias del mundo. La ineficiencia en el funcionamiento de los mismos, que hemos ido superando progresivamente, no es consecuencia de la forma como fueron escogidos, sino de la estructura corrupta que históricamente ha minado nuestras instituciones, lo cual es una responsabilidad de todos los actores políticos.
Pudiéramos enumerar muchísimos otros elementos que configuran nuestro modelo democrático, socialista, participativo y protagónico, sin embargo, creo que los descritos soportan suficientemente el espíritu democrático de la Revolución Bolivariana.
El sistema democrático venezolano se caracterizó por ser representativo, y brindar escasas oportunidades para la participación directa, la cual constitucionalmente (1961), se contemplaba sólo en dos oportunidades: para la iniciativa legislativa y la reforma general. Más tarde, la reforma parcial de la Ley Orgánica del Régimen Municipal aprobada en 1989, abre nuevos espacios de participación directa en este ámbito, instaurando entre otros mecanismos la revocatoria del mandato del Alcalde, y se extiende hasta los Jueces de Paz en 1992 en su respetiva ley, en ese mismo año se caracterizó también
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