Proyecto De Sociología
dianalauramiguez30 de Septiembre de 2013
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FUNDAMENTACIÓN
Hay que ser enfáticos: la escritura
es importante fuera de la escuela y no al revés”
(Emilia Ferreiro)
El presente trabajo “Una propuesta para la educación de adultos” ha sido desarrollado con el propósito de realizar un análisis profundo de la bibliografía abordada en el Seminario de Educación de Adultos a fin de extraer, en principio, los conceptos nodales tales como son la definición de adulto y de aprendizaje; conceptualizaciones que, por otra parte, traen aparejadas no pocas controversias y discusiones.
En segunda instancia, se presenta un recorrido descriptivo acerca del modo en que los factores económicos, sociales y políticos se entretejen condicionando el fracaso escolar.
Se profundiza en los deseos, ambiciones, expectativas que promueven en los jóvenes y adultos la decisión de iniciar o continuar su educación y se plantean cuáles son los escollos con los que frecuentemente se encuentran. Se ha vertebrado el tratamiento de estas cuestiones a partir de un compendio de experiencias seleccionadas de diferentes publicaciones así como también vivenciadas en el propio entorno profesional.
Es así que para comenzar nuestro análisis sobre “Los desafíos de la educación de adultos” nos planteamos los siguientes interrogantes:
¿Cómo desarrollar las capacidades de autoestima y habilidades sociales que posibiliten a los jóvenes adultos la participación de forma autónoma en diferentes situaciones individuales y grupales?
¿Cuáles son los factores que determinan el éxito o el fracaso en el aprendizaje?
¿Cómo abrir espacios en la escuela de adultos para que la misma tenga como horizonte la integración y la inclusión?
¿Puede la escuela de adultos darle las mismas posibilidades y oportunidades para que los sujetos alumnos puedan aprender y aprehender con el objetivo de apropiarse de la cultura?
¿Cuál sería el desafío de lograr la igualdad de oportunidades, la equidad, el respeto por la diversidad y la educación para todos?
¿Puede la diversidad exigir un cambio en la mirada del docente?
¿Se conocen los intereses y necesidades de los jóvenes adultos para el logro del tan deseado éxito escolar?
¿Cuáles son las motivaciones para que un adulto joven desee concurrir al espacio escolar?
¿Qué es lo instituido y lo instituyente en nuestras escuelas?, ¿La heterogeneidad y la diversidad o la homogeneidad y la exclusión?
¿La escuela utiliza las mismas reglas de juego de una sociedad que descarta a aquellos para quienes ya no hay horizontes dentro de una economía de mercado?
¿Qué significa educar, en medio de las agudas y dolorosas transformaciones de la sociedad en este siglo?
Estos interrogantes guiarán el presente trabajo de análisis y reflexión con la finalidad de pensar nuevas posibilidades para los jóvenes adultos que concurren a nuestras escuelas; sosteniendo la importancia de buscar otras alternativas pedagógicas que colaboren con la construcción de un proyecto personal en pos de mejorar la calidad de vida de los mismos.
DESARROLLO
En principio, comenzamos por definir que entendemos por adulto: “El adulto es aquella persona que, además de su crecimiento físico, ligado al desarrollo cronológico (edad), evidencia un nivel de autonomía consagrado por la experiencia individual y colectiva. No importa cuánto sabe (mucho, poco o nada) de lo que exige el sistema escolar, ni cuántos años tiene, sino cuánto puede (física, psíquica y socialmente), dentro de una sociedad concreta y en relación con la clase social a la que pertenece.”
Cabe considerar que una importante proporción de la población que asiste a las escuelas de adultos está compuesta por adolescentes. La coexistencia de adultos y adolescentes requiere de una oferta educativa que contemple las características y necesidades de cada etapa evolutiva entendiendo, asimismo, que todos han desarrollado ya una serie de estrategias cognitivas.
Carlos Fidanza , maestro de grado y director de Escuela Primaria para Adultos, se explaya respecto de cómo la convivencia en situación de clase de jóvenes y adultos implica la presencia de dos modalidades muy diferentes de vincularse con los aprendizajes.
Observa como características: los adultos necesitan generalmente de un ambiente silencioso así como también de la orientación y guía permanente del docente a fin de ganar seguridad, por lo contrario los adolescentes no requieren de estas condiciones para concentrarse, más aún, el desorden puede estimularlos a ensayar la resolución de las cuestiones propuestas. Por otra parte, tienen una mayor autonomía ya que el temor al error no está tan arraigado en ellos como en los adultos. Otra cuestión que difiere entre ambos grupos es la presencia de preconceptos y valores formados muy rígidos entre los adultos que actúan condicionando los modos de entender la realidad.
También difieren los motivos que llevan a los jóvenes y a los adultos a incluirse en el sistema educativo. En tanto que los adolescentes provienen generalmente de reiteradas repitencias, falta de apoyo familiar, dificultades cognitivas, pobreza, marginalidad; en los adultos en general las causas se circunscriben al ámbito socioeconómico. Para el adulto la cumplimentación de su escolaridad primaria se da generalmente cuando ya ha realizado otros aspectos de su vida como pueden ser el laboral y el familiar. De modo que se configura como un deseo postergado y un desafío que requiere de la materialización de pequeños logros constantes que refuercen la seguridad personal. En el adolescente, la educación se vincula consciente o inconscientemente con una posibilidad de mejorar su futuro.
En cuanto a la regularidad de la asistencia diaria ambos grupos comparten la inconstancia debido a varias razones, entre ellas, la inestabilidad laboral que impulsa a los estudiantes a realizar trabajos esporádicos que impiden la adaptación a los horarios escolares y la planificación. El escaso acompañamiento familiar, la necesidad de cumplir otros roles en dicho ámbito, el surgimiento de embarazos, salud deficiente.
Es frecuente la existencia de condicionantes familiares que perfilan a estas escuelas como contenedores con la función de modelar las inquietudes, frustraciones, temores de la población escolar y canalizarlas.
Uno de los aspectos más relevantes en la formación de los jóvenes son los valores. En muchas ocasiones aquello que en la escuela se plantea difiere e incluso se opone a aquello que vivencian en la realidad. Los adultos ya tienen elaborada una escala de valores que ha orientado sus actos hasta el presente y en el intercambio les permite enriquecer a la juventud con sus experiencias en tanto se actualizan con las inquietudes y las miradas de los jóvenes.
Continuando con nuestro desarrollo, otro factor de heterogeneidad está dado por el grado de instrucción formal que los alumnos poseen al insertarse en las escuelas de adultos. Para quienes no han asistido nunca a la escuela este proceso está ligado a la alfabetización; otros adultos alumnos han cursado algunos años de la escuela primaria sin concluirla en tanto hay quienes cuentan con la educación básica mas desean cumplimentar la educación secundaria.
Una educación y una escuela de adultos que se fundamenten en la inclusión deben proponer modalidades comprensivas de actuación y ser respetuosas de las identidades personales y también grupales. En ocasiones estos grupos o etnias estudiantiles chocan con las concepciones, normativas que rigen a la escuela, es decir, son contrarias a las ideas selectivas dominantes de la institución escolar.
Datos obtenidos del Analfabetismo en América Latina arriban a las siguientes conclusiones:
“En las últimas décadas, los países de América Latina han realizado avances muy significativos en términos del mejoramiento de sus indicadores educativos. A pesar de ello, e incluso habiendo logrado reducir las tasas de analfabetismo, éste sigue existiendo y es una de las situaciones de exclusión más graves que aún deben afrontar las sociedades de la región.
La alfabetización, además de ser un derecho humano elemental, es un recurso indispensable para el ejercicio de otros derechos fundamentales. Las posibilidades de alcanzar democracias efectivas en la región se ven afectadas mientras una gran parte de la población latinoamericana se mantenga fuera del acceso a la lengua escrita. El ejercicio de una ciudadanía activa requiere de adultos capaces de expresar su palabra por escrito y de comprender la palabra escrita de los otros. En este sentido, el número de personas adultas que carecen de competencias mínimas necesarias en escritura, lectura y cálculo elemental se torna en un indicador crítico de la situación de inequidad existente en Latinoamérica y en una evidencia de la deuda que todavía tienen los Estados y el conjunto de la sociedad.
Argentina, Chile y Uruguay son los países que cuenta con las tasas de analfabetismo más bajas de la región, inferiores al 4% hacia el año 2008.
Bolivia, Perú, República Dominicana, Brasil, Ecuador, México, Colombia y Paraguay integran un segundo gran grupo. Se trata de países que cuentan con situaciones de analfabetismo moderadas, pero con tasas que superan al 5%.”
El desafío no es sólo educativo sino que abarca también al ámbito de la política educativa. . La educación de adultos, en palabras de Ovide Menín, “se trata de una parte debidamente
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