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Proyecto el matrimonio


Enviado por   •  19 de Octubre de 2012  •  4.146 Palabras (17 Páginas)  •  360 Visitas

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INTRODUCCION

El matrimonio, es una institución fundamental, en la familia y en la sociedad, pero muchas veces, esta es violentada por un sin número de circunstancias adversas, que en vez de contribuir a su consolidación, más bien aceleran el proceso de destrucción de los principios y valores que deberían sustentarla. Una apreciación general acerca de lo que puede representar una crisis matrimonial, y hasta qué punto puede terminar en un divorcio y hasta qué punto, puede ser una crisis pasajera, que puede aprovecharse para consolidar las bases inexistentes, y reforzar el matrimonio, sobre todo cuando se trata de matrimonios jóvenes, parejas que se casan a edad temprana, consolidando en ellos las posibilidades de éxito.

Los jóvenes a veces se casan a temprana edad por muchas razones, alguna de ellas, inmadurez, por compromiso, por huir de un "hogar conflictivo y desintegrado", por curiosidad, falta de comunicación con los padres, falta de confianza en sí mismo, porque piensan que nunca encontraran a alguien, por eso con el primero que conocen se quedan, hay tantas razones pero todas se basan que todos creen en el amor y piensan que es lo más importante.

El hombre es sociable por naturaleza y al casarse con la mujer nacen los hijos, formando de esta manera el primer círculo social, que es a su vez la base principal de la sociedad en general. Basándonos en este principio las personas deberían casarse por las siguientes razones: amor, para formar una familia, para acompañarse y para compartir todo lo que conlleva una unión marital como, sueños, metas y objetivos.

CAPITULO I

EL PROBLEMA

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

La cultura moderna tiende a separa primero y a subordinar después la dimensión sustantiva o personal a la dimensión funcional. Por consiguiente, se siente cada vez más la necesidad de resignificar a la familia desde su núcleo personal. Más que nunca se percibe la necesidad de la experiencia de la comunidad porque el individuo, que es base de la sociabilidad humana es un sujeto necesitado de reconocimiento.

Justamente es en la familia donde se recupera esta experiencia única e irrepetible de ser persona perteneciente a una comunidad.

La forma de sociabilidad moderna ha cambiado de un modelo comunitario (relaciones espontaneas y directas, basada en sentimientos de unidad y solidaridad, compartiendo valores de consanguinidad, de amistad, de creencias religiosas y morales) a un modelo de sociedad (relaciones basadas en lo funcional y en lo racional, donde se busca la legitimidad del propio interés antes que el común, por ello predomina el intercambio, el contrato, el mercadeo).

En la familia se experimenta la vida como gratuidad sea en las dimensiones amorosas como el nacimiento de los hijos. De esta realidad nacen las experiencias que no son funcionales y que por el contrario apuntan a su debilidad sentimental para asegurar una vida plenamente humana.

Esto resulta de particular importancia en el contexto de la tendencia actual (matrimonio a prueba, divorcio).

La familia está sujeta a profundos cambios. No se trata de una crisis de la familia. Porque por crisis se entiende un proceso de ajuste y de reasignación de sentido.

Por lo tanto, la palabra crisis no denota necesariamente una realidad disolvente sino más bien un dinamismo transformador y potenciador.

La familia a través de los siglos, ha dado su inicio en la constitución de la pareja formada por un hombre y una mujer que por lo general, se conocen durante el noviazgo. Una vez que a través del tiempo han formado, podrán existir experiencias agradables, pero también podrían existir otras difíciles.

De ahí la existencia de un sinfín de familias entre las que cada una encontrara diferentes caminos para salir adelante.

La familia formada, cada vez más va teniendo sus valores, según el que cada uno de los miembros que la componen le toque desempeñar. Es un papel serio, responsable que tienen que ejercer con alegría, pues se trata del beneficio familiar de su núcleo intimo.

Que hace o cual es la obligación de un padre y una madre dentro de este núcleo, si no es formar y llenar luego a todos los miembros que la componen, por el camino de la superación constante. Esto no será tan sencillo, sin que medie en ellos el amor.

Recordemos que uno de los fines principales del Matrimonio es la procreación humana y por supuesto, esto marca el resultado de lo que es el verdadero matrimonio, siempre orientado a la fecundidad.

Cuando los hijos vienen al mundo, forman parte de la familia, pero esto no significa el derecho de poseer al hijo porque ninguno de los dos tienen ese derecho de poseer a una persona, lo tomaremos como la grandeza de una nueva persona, y como pareja, en un acto sexual, fecundaron y trajeron al mundo y en algunos casos cambia hasta la personalidad de los padres que tienen que pensar en muchas cosas más que van, desde espacio físico hasta lo emocional.

A partir de este momento, cada pareja debe ser responsable y saber cuántos hijos realmente podrían entrar en su núcleo familiar.

Numerosos estudios sostienen que los matrimonios entre jóvenes tienen menores posibilidades de éxito. Sin embargo, no hay una regla para tener un matrimonio ejemplar.

Si bien es cierto que hay matrimonios jóvenes que pueden salir airosos de las distintas adversidades que conlleva la vida en pareja, no todas las historias de jóvenes que se casan a una edad temprana, terminan con un final feliz.

Esto ocurre porque muchos de los jóvenes que deciden casarse, no tienen la madurez emocional suficiente para dar un paso de esta magnitud y, generalmente, terminan casándose por factores como: presión social, querer sentirse adulto, enfrentar la responsabilidad de un embarazo no deseado, o simplemente, por querer escapar de sus problemas.

Muchas veces los jóvenes al casarse, no se dan cuenta de que han dejado de ser una persona individual para convertirse en una pareja que se ha comprometido a amarse y a respetarse, pase lo que pase. Por eso, es necesario que antes de que den el gran paso, se pregunten lo siguiente:

• ¿Tendré buena edad para casarme?

• ¿Funcionará el matrimonio si somos tan jóvenes?

• ¿Cuáles

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