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Prueba Oral

meli2011hq27 de Junio de 2011

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Tabla de contenido

I. Presentación 2

II. La prueba Oral 3

II.1. Diferentes Escenarios para realización de pruebas orales 4

II.3 Formas de evaluar una prueba oral 5

II.4 Limitaciones de una prueba oral 7

II.4 Ventajas 8

III. Conclusiones y Recomendaciones 9

IV. Bibliografía 9

V. ANEXOS 10

I. Presentación

Las pruebas son una herramienta que nos permite evidenciar el aprendizaje obtenido por los estudiantes, medir progreso de nuestros estudiantes tanto como nuestras formas de enseñanza, con el fin de llevar a cabo cambios necesarios para mejorar.

Estas pruebas pueden ser clasificadas de múltiples formas, tenemos por ejemplo las controladas y las abiertas, si lo que se toma en cuenta es el control que se ejerce durante la realización de la misma, desde el punto de vista que se emplea tenemos también las formales, informales y tipificadas, por ejemplo entre otras. En el caso de la demostración que se exige del estudiante se consideran las escritas y las orales, las cuales forman la categoría más utilizada (D'Agostino, 2005).

Según el decreto Nº 35355-MEP del 02 de Junio del 2009, “Las pruebas, que pueden ser escritas, orales o de ejecución, son un instrumento de medición cuyo propósito es que el estudiante demuestre la adquisición de un aprendizaje cognoscitivo o motor, el dominio de una destreza o el desarrollo progresivo de una habilidad”. Además, como cualquier otra prueba debe de ser muy bien planificada, ya que tiene la particularidad de poder llegar a ser sumamente subjetiva.

La mayoría de los docentes en áreas diferentes a las lenguas no practican este tipo de pruebas, no tienen un conocimiento amplio de cómo hacerlo ni de cómo evaluar en su campo. Se debe tener en cuenta de que es un modo alternativo de prueba que puede ayudarnos a facilitar el proceso de aprendizaje si la utilizamos de la mejor forma. Sin embargo para esto debemos de buscar información y capacitarnos para tener el mejor resultado.

II. La prueba Oral

La prueba oral es aquella en la que “se anima a una persona a hablar y es entonces evaluada en base a esa intervención” (Pastor, s.f.). Este tipo de pruebas no son muy comunes en nuestro sistema educativo, salvo en las áreas de lenguas, en las cuales es sumamente importante evaluar oralmente. El objetivo de estas pruebas es evaluar la escucha y el habla, de acuerdo al nivel de estudiante y a las experiencias pedagógicas que ha tenido (Monge, 2009).

La prueba de este tipo es temida por los estudiantes, ya que deben enfrentarse al profesor individualmente y responder en el momento en que se realiza la pregunta. Hay mucha presión, si no se conoce bien el tema o si se está nervioso puede caer en la vacilación y no responder la pregunta adecuadamente.

Como docentes debemos de tener esto en cuenta, saber que no todos nuestros estudiantes pueden desenvolverse de la mejor forma en una prueba oral y que debemos de ayudarlos a practicar antes; así se puede disminuir el estrés y la tensión que se pueda generar ante un evento diferente y poco común.

El elegir una prueba oral en lugar de una escrita debe de tener un objetivo claro, no hacerse por hacerlo. Debemos como docentes analizar las preguntas, prepararlas de la mejor forma y conocer muy bien las respuestas posibles y lo que vamos a evaluar, lo cual debe de estar en nuestro currículum, en pocas palabras tenemos que estar preparados.

El propósito de la prueba debe de estar muy claro, se estaría midiendo no solo lo que el estudiante entendió y aprendió del proceso de aprendizaje, sino también su fluidez, claridad y efectividad para comunicarse y expresar lo que conoce de forma oral, la espontaneidad, organización y coordinación de las ideas. En las pruebas de lenguas se evalúa también el vocabulario utilizado, la pronunciación.

La prueba debe de evaluar en congruencia a lo que se ha observado, estudiado y aprendido en la clase. Debe de tomar en cuenta situaciones que le permitan al estudiante extrapolar las experiencias de ese momento a otras en su vida, en una situación similar aunque no exactamente igual.

Además, también debemos de tener en cuenta los recursos con los que contamos, el tiempo, el tipo de aula, la tecnología y evaluadores entre otros.

II.1. Diferentes Escenarios para realización de pruebas orales

Pruebas con examinador

Si una prueba oral se define como aquélla en la que el estudiante tiene que hablar, pero ¿con quién lo hace? Veamos estas cuatro posibilidades:

a. Puede hablar con un entrevistador que es también el evaluador.

b. Puede hablar con un entrevistador que no está involucrado en la puntuación.

c. Puede hablar con otro estudiante.

d. Puede hablar con un grupo de estudiantes.

Estudiante – entrevistador/evaluador

Una misma persona asume el papel de entrevistador y evaluador. Este es el modelo más común y económico, pero es difícil que una persona pueda concentrarse para evaluar de forma efectiva al mismo tiempo que intenta aparecer interesado en lo que el estudiante está diciendo e implicarse seriamente en la comunicación con él. Este doble papel es muy agotador y requiere de descansos frecuentes.

Estudiante-entrevistador

Aquí, la persona con la que habla el estudiante es diferente a la persona que le califica. El entrevistador puede concentrarse en la conversación, prestarle toda la atención al estudiante, animarle y ayudarle a hablar lo más fluidamente posible. Ciertamente, hablar con una persona sabiendo que otra le está observando puede resultar más difícil para algunos estudiantes. Por ello, es aquí fundamental la actuación del entrevistador y su capacidad de darle la impresión de estar interesado en lo que le cuenta, de ser amable, de conseguir que el alumno piense que está de su parte, y de aparecer como independiente del evaluador y bien entrenado. En estos dos modelos el entrevistador controla el desarrollo de la prueba y puede por ello obtener el tipo y cantidad de muestra de lengua necesaria para llegar a una puntuación.

Estudiante-estudiante

Dos estudiantes hablan entre ellos y llevan a cabo una tarea mientras el evaluador escucha sin intervenir. El evaluador puede prestar total atención a lo que se está diciendo ya que no debe preocuparse de mantener viva la conversación, por lo que al mismo tiempo se evita a un entrevistador que aparezca agotado y desinteresado por estar preguntando lo mismo toda la mañana. Asimismo, el estudiante puede relajarse al estar hablando con alguien de su nivel en vez de con un profesor y/o nativo. Al formar las parejas para este modelo es importante organizar pares equilibrados (fuertes con fuertes, tímidos con tímidos) tanto por su nivel de dominio del idioma o tema, como por su personalidad.

En principio los estudiantes suelen cooperaran más que compiten, de todos modos si el evaluador tiene la impresión de que alguien no ha tenido una oportunidad justa para hablar, puede pedirle que vuelva a hacer la prueba con otra pareja. En este modelo, y debido a que el profesor no interviene para controlar el proceso de la prueba, es fundamental que las instrucciones para los candidatos se hayan dado con antelación y que nos aseguremos de que las han entendido. De hecho es conveniente ensayar las técnicas que se utilizarán en clase (por ejemplo, juego de roles, descripción de historietas, etc.).

Otro factor a tener en cuenta es el tiempo. Hay que decirles claramente de cuánto tiempo disponen (las pruebas en pareja o en grupo suelen alargarse si no se impone un límite) y de la importancia de que intervengan ambos.

Estudiante-grupo

Un grupo de tres a seis personas llevan a cabo una tarea conjunta. El examinador permanece en silencio y, preferiblemente, no se involucra. Al igual que en parejas, los estudiantes tienden a estar más desinhibidos y a hablar más espontáneamente al estar trabajando en parejas o grupos con otros estudiantes.

II.3 Formas de evaluar una prueba oral

Existen dos formas de evaluación oral que se puede emplear para asegurar el desempeño de los estudiantes, por medio de las rubricas y los ítems.

Por medio de rúbricas

Este método de calificación al mismo tiempo se sub-divide en uso de rubricas holísticas y rubricas analíticas. En la primera; se valora el se evalúa el aprendizaje del estudiante como un todo el cual va a tener asignado un valor o una idea dada por el evaluador. Mientras que en las rubricas analíticas se evalúa por separa do cada una de las respuestas del estudiante, las cuales tienen puntaje, este al final se suma y se da la nota de del examen.

Para poder producir una buena rubrica sea cual sea la opción que se va a emplear, lo primero que se debe hacer es fijar el nivel de los estudiantes y lo que se espera de ellos, esto hará que los resultados sean más reales. También las habilidades que se quiere evaluar. Luego hay que escoger el aprendizaje que se va a medir, los criterios de la evaluación que nos dirán el nivel de conocimiento logrado por el estudiante y el tipo de tareas o actividades que se llevaran a cabo para que el estudiante demuestre su habilidad. Estas actividades pueden ser una conversación, mostrar láminas para que el estudiante las describa, o una idea de una situación imaginaria, por ejemplo: si tuvieras que cambiar un par de zapatos, ¿cómo

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