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Qué es el teletrabajo?

lasipri1 de Junio de 2013

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Qué es el teletrabajo?

El teletrabajo es una forma flexible de organización del trabajo en la que éste se realiza, con la ayuda de las tecnologías de la información y las comunicaciones, en un lugar distinto y alejado del que ocupa la organización o la persona para la que se realiza el trabajo. El teletrabajo implica, por tanto, el uso de métodos de procesamiento electrónico de la información y de algún medio de telecomunicación para el contacto con la empresa o los clientes. El teletrabajo abarca las actividades laborales por cuenta ajena realizadas total y parcialmente fuera de las empresas, el trabajo en casa o desde centros específicos y el trabajo móvil o nómada de aquellos trabajadores cuya actividad requiere desplazamientos permanentes, siempre que se trate de un trabajo soportado por las tecnologías de la información y las comunicaciones. Dentro del concepto de teletrabajo se incluyen también las actividades por cuenta propia realizadas para clientes distantes utilizándolas telecomunicaciones. Se puede tele trabajar mediante contrato por obra o servicio, a tiempo parcial o completo, en nómina, como colaborador o en forma independiente, estos es, con las mismas modalidades de contratación que en el trabajo tradicional. La actual expansión del teletrabajo es el resultado de dos factores que se interrelacionan de forma dinámica: la aplicación laboral de las tecnologías de la información y la existencia de una infraestructura de telecomunicaciones razonablemente avanzada.

INTRODUCCIÓN

En los últimos años el teletrabajo se ha convertido en un fenómeno social que está incidiendo de forma significativa en las formas de planificar el desarrollo económico de determinadas regiones, en los sistemas de organización del trabajo, en las relaciones laborales y en los hábitos y comportamientos de vida. La apuesta inequívoca de la Unión Europea en favor de la modernización de las redes de telecomunicación y el apoyo político e institucional a inversiones y programas concretos de teletrabajo están contribuyendo a un progresivo desarrollo de esta nueva manera de trabajar. Teletrabajo y desarrollo económico y social. El espectacular desarrollo de las tecnologías informáticas aplicadas a las telecomunicaciones y, sobre todo, el abaratamiento de sus costes, ha hecho que a los Estados, al plantearse cómo lograr el desarrollo de una región ozona deprimida, les resulte más económico y socialmente más rentable promover infraestructuras de comunicaciones de banda ancha y servicios múltiples y formar adecuadamente a los ciudadanos para que se incorporen a la gestión de productos y servicios de valor añadido, que llevar a la zona industrias tradicionales y desarrollar autopistas de comunicación terrestre. Por eso, cuando la Casa Blanca lanzó, en 1993, la idea de las autopistas de la información, lo hizo para dar un impulso generador de crecimiento económico y, por tanto, de empleo. Pero existe el riesgo de que las autopistas de la información vuelvan a agrandar las diferencias entre los países y regiones industrializados (en este caso, informatizados y “asfaltados" con autopistas de la información) y los no industrializados (no no asfaltados). De ahí que, en Europa, el libro blanco de Delos y el informe Bangemann hayan apostado por la modernización de las redes de telecomunicación, por la implantación de las autopistas de la información y por el fomento de los servicios telemáticos, en el convencimiento de que los primeros países en integrarse en la sociedad de la información recogerán los mayores beneficios, pues serán los que establezcan las prioridades que los demás deberán seguir. Efectos sobre la organización del trabajo la organización del trabajo está cambiando de forma irreversible en las empresas. Ahora los trabajadores pueden obtener de forma inmediata la información que requieren para desarrollar su trabajo desde su propio domicilio, desde un centro de teletrabajo o desde cualquier lugar que permita una conexión informática a la red de la empresa. Tan sólo es necesario que dicha información se encuentre estructurada para ser consultada. Durante los últimos años, las empresas han ido modificando progresivamente su organización y estructura para adaptarse a los requerimientos de las nuevas tecnologías. Por otra parte, las operadoras de comunicación, en un entorno cada vez más competitivo, han comenzado a reducir el precio de sus servicios, por lo que no es aventurado afirmar que en los próximos años el teletrabajo será utilizado de forma masiva, aunque su implantación sea gradual, porque nada impedirá que una parte importante de la plantilla de una empresa pueda desarrollar su función sin estar presente en la oficina. Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones están conformando las bases para nuevas industrias, en particular las multimedia, que probablemente van a generar un gran valor añadido en sectores muy especializados, y que pueden ser una fuente importante de creación de empleo, a la vez que están contribuyendo a incrementar la competitividad de industrias de gran tradición, al reducir sus costes fijos en infraestructura física. Junto a los ahorros reales en términos de gastos generales (edificios, alquileres, mantenimiento, mobiliario), la adopción del teletrabajo implica un replanteamiento general de la empresa, el paso desde un modelo de organización centralizada, piramidal y jerárquica, basado en la división funcional del trabajo, a otro más plano, dinámico y descentralizado, en el que la filosofía de trabajo se centra más en tareas y procesos que en funciones, lo que en muchos casos supone un importante obstáculo para su introducción. Para implantar con éxito un programa de teletrabajo en la empresa, es necesario que se cumplan los siguientes requisitos: un uso intensivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones para la producción de valor añadido, un sistema de control de gestión altamente formalizado, la existencia de sistemas de trabajo basados en la dirección por objetivos o en el trabajo por proyectos y la disponibilidad de recursos humanos capacitados. Estas transformaciones pueden ser el germen de un nuevo mercado de empleos atractivos e interesantes para numerosas personas, incluyendo a grupos actualmente marginados del mercado laboral como las personas con discapacidad, pero también pueden crear fronteras para aquéllos que no se adapten a la transformación del trabajo. La capacidad de adaptación no deriva sólo del nivel de capacitación profesional, sino también de la naturaleza de las tareas para las que el trabajador esté preparado: la antinomia calificado/no calificado se está reformulando, y ahora importa más la distinción entre las tareas repetitivas, que pueden ser sustituidas por la acción de un ordenador o robot, y las actividades creativas e irreductibles, que, dicho sea de paso, muchas veces se realizan con la ayuda de un ordenador y de las tecnologías de la información. Cambio en los hábitos sociales la aplicación significativa del teletrabajo en las empresas producirá importantes transformaciones en algunos modelos y hábitos sociales que han caracterizado la vida cotidiana en los últimos años del siglo XX, como son los desplazamientos diarios desde la casa al lugar de trabajo. Esas transformaciones afectarán, como es obvio, al transporte público y privado y al uso del suelo en los centros urbanos, pero también se dejarán notar en la forma de ocupar el ocio y el tiempo libre, en las relaciones interpersonales, en la vivienda, etc.

EL TRABAJO EN EL DOMICILIO

a) Por cuenta propia. Es una modalidad actualmente minoritaria, pero en desarrollo, característica de los profesionales que realizan tareas relacionadas con el manejo de datos o que suponen una labor de estudio y diseño. Uno de los factores de su desarrollo es el "outsourcing" o externalización, esto es, la subcontratación de otras empresas o de profesionales independientes para realizar tareas no directamente relacionadas con la actividad principal de la empresa.

b) Por cuenta ajena. Es una modalidad más extendida. Puede responder a necesidades del trabajador (trabajadores que dentro de una empresa con organización del trabajo convencional necesitan, por circunstancias familiares, realizar el trabajo desde su domicilio) o a una política propia de la empresa. En esta modalidad es frecuente que las teles trabajadoras alternen el teletrabajo con la asistencia a la oficina (tele trabajando dos o tres días a la semana y dedicando los otros días a reuniones y trabajo en la sede de la empresa).Centros de Teletrabajo o Telecentros Un Telecentro es una oficina que dispone de las instalaciones y equipos necesarios para desarrollar actividades de teletrabajo. Su diseño ha de ser flexible para que pueda albergar a muy distintos tipos de tele trabajadores, y suele contar con un equipo o persona responsable de su organización y mantenimiento. Este equipo o persona asume también, por lo general, tareas formativas y de asesoramiento en relación con los aspectos más técnicos (comunicaciones, informática), en los que los tele trabajadores suelen encontrar más problemas. Existen diferentes tipos de Telecentros:

Oficinas satélite: Son centros de trabajo conectados telemáticamente con la sede principal de una empresa en los que se ubican determinadas actividades que por sus características pueden ser desarrolladas de forma independiente.

Centro de Recursos Compartidos: Son centros de trabajo dotados de un equipamiento importante en tecnologías informáticas y de comunicaciones que se ponen a disposición de un colectivo que individualmente no puede realizar la inversión exigida.

Telecottages (Centros de teletrabajo

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