Reporte De Frida Diaz Barriga

REPORTE DE LECTURA

“LA FUNCIÓN MEDIADORA DEL DOCENTE Y LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA”

Principalmente el texto habla de la profesión de la docencia la cual enfrenta una diversidad de retos y demandas de la sociedad actual.

El acto de educar implica interacciones muy complejas, que involucran cuestiones simbólicas, afectivas, comunicativas, sociales y axiológico valórales por lo que un profesor requiere ser un profesional capaz de ayudar propositivamente a otros a aprender, pensar, sentir, actuar y desarrollare como personas y como miembros de una sociedad. Dadas la importancia de la tarea docente, su complejidad y los retos que implica su transformación, en este documento se abordaron algunas cuestiones referidas a los roles, saberes psicopedagógicos, influencia de las actuaciones que el docente tiene en el aprendizaje ante la necesidad de formarse como profesionales reflexivos.

El rol del docente y la naturaleza interpersonal del aprendizaje.

Para afrontar los retos del siglo XXI puesto que es una sociedad que se encuentra en constantes cambios la educación debe estar dirigida a promover capacidades y competencias y no solo a los conocimientos cerrados o técnicas programadas (Pozo y Monereo, 1999:11). Los que implica principalmente el desarrollo de la capacidad de aprender a aprender optando por la dirección de formar personas que gestionen sus propios aprendizajes, adopten una autonomía creciente y dispongan de herramientas intelectuales que les permitan un aprendizaje continuo a lo largo de toda su vida.

Los roles tradicionales de enseñanza aprendizaje, tanto del alumno como del docente deben modificarse; el alumno requiere convertirse en un aprendiz autónomo capaz de autorregularse y de adquirir habilidades para el estudio independiente, así mismo necesita aprender a tomar decisiones de manera autónoma y a solucionar problemas movilizando sus saberes.

Explica también que lo relevante de los aprendizajes es poder “transformar lo que se sabe” y no únicamente poder decir lo que se sabe, por o tanto se espera que los estudiantes al paso por su educación aprenda a aprender, a colaborar, a comportarse de forma ética, responsable y solidaria, a resolver problemas, a pensar y recrear el conocimiento.

Por consecuente el docente como agente mediador entre la construcción de conocimientos y a la adquisición de las capacidades, no solo debe dominarlas si no apropiarse de nuevas formas de enseñar, las cuales favorezcan a la interiorización razonada de valores y actitudes y a aprendizajes significativos situados en contextos reales.Las nuevas tecnologías dan al docente un nuevo significado y nuevos roles (Latapí, 2003).

Se espera que los docentes permitan la conducción de las tareas en las que sus estudiantes aprendan y propongan a prueba una diversidad de competencias en respuesta a trabajos y problemas complejos. Las demandas de la sociedad del conocimiento son la renovación de los enfoques didácticos lógicamente del currículo y de los procesos de formación para lo docentes.

Es evidente que el educando no construye conocimientos solitariamente, sino gracias a la mediación de los otros en un momento y contexto cultural particular por medio de interacciones entre los compañeros y docente. El acto de aprender Wenger , (2001) lo define como un acto de participación social en una comunidad educativa lo que implica la construcción de significados como el aprender a hacer a través de la práctica, la generación de una identidad y la afiliación a una determinada comunidad.

De acuerdo al texto diversos pedagogos, al docente se la han asignado roles como los siguientes: transmisor de conocimientos, animador, supervisor o guía del proceso de aprendizaje e incluso investigador educativo; antes bien el docente cumple una función de organizador y mediador en el encuentro de alumno con e conocimiento.

La práctica docente es influenciada por su trayectoria en la vida escolar, el contexto donde se desenvuelve, el proyecto curricular en el que se ubique y de más condiciones que tenga en la institución educativa.

Cooper (1999) facilita las áreas de competencia que un buen maestro debe tener:

1.- Conocimiento teórico pertinente.

2.- Despliegue de valores y actitudes que formen el aprendizaje y las relaciones humanas.

3.- Buen dominio de los contenidos.

4.- Control de las estrategias de enseñanza que utilizará.

5.- Conocimiento personal práctico sobre la enseñanza.

Gil, Carrascosa y Martínez-Terregrosa (1991) consideran quela actividad docente y los procesos mismos de formación del profesorado deben plantearse con la intención de genera un conocimiento didáctico o saber integrador que trascienda el análisis crítico y teórico para llevar a propuestas concretas y realizables, que permitan una transformación positiva de la actividad docente.

En la propuesta de dichos autores se cuestionaron sobre que conocimientos debía tener el docente y que debían hacer las respuestas fueron las siguientes:

1.- Conocer la asignatura a enseñar.

2.- Conocer y cuestionar el pensamiento docente espontáneo.

3.- Adquirir conocimientos.

4.- Criticar con fundamentos los métodos habituales de enseñanza.

5.-

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