Retos de la educación en el siglo 21

Retos de la educación en siglo XXI

La meta final de la verdadera educación es no sólo hacer que la gente haga lo que es correcto, sino que disfrute haciéndolo; no sólo formar personas trabajadoras, sino personas que amen el trabajo; no sólo individuos con conocimientos, sino con amor al conocimiento; no sólo seres puros, sino con amor a la pureza; no sólo personas justas, sino con hambre y sed de justicia.

John Ruskin

Introducción

Hablar de educación en estos tiempos, es hablar de un tema cada vez más complejo. No importa el nivel del que se esté hablando, los nuevos requerimientos exigen cada vez más habilidades y conocimientos. Mientras más pasa el tiempo, más se exige a los docentes, se tiene que saber de: psicología, sociología, técnicas de estudio, desarrollo del adolescente o niño según corresponda, primeros auxilios, pedagogía, además tiene que ser gestor de conocimientos, defensor de los derechos humanos, entre  muchas otras características deseables en los docentes de este siglo.

De una u otra forma tenemos que regresar a lo esencial. Preguntarnos de manera reiterada: ¿Qué es? ¿Qué sentido tiene? ¿Cuál es su razón de ser? ¿Cuál su papel en la actualidad, en el mundo de hoy caracterizado por la racionalidad científica y tecnológica? ¿Cuáles sus propósitos, sus metas, sus retos, sus opciones? ¿Cuáles sus relaciones con la cultura, la ciencia la técnica y la tecnología? ¿Cuál es la razón de ser de la educación en nuestro contexto particular mexicano?

La respuesta a estas interrogantes nos ayudara a entender mejor el fenómeno educativo en el país y en el mundo. Nos ayudara a comprender porque es necesario continuar con la superación como docente y como es que lo que se sabe hoy es obsoleto mañana.

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Desde el comienzo la historia del hombre ha estado enmarcada por los cambios, estos se han dado a diferente ritmo. El siglo XX se caracterizó por ser un siglo de muchos cambios, después de la segunda guerra mundial, se puede observar revoluciones en la parte: industrial, económica, cultural, política, en el control del poder, entre otros.

La educación no es la excepción, los grandes monopolios requirieron de mano de obra calificada con características específicas y esto dio origen a cambios en la educación, después inicia el capitalismo con sus producciones en masa requiriendo un nuevo tipo de trabajadores modificando de nuevo el sistema educativo. A finales de siglo XX con los problemas del capitalismo, el inicio del neoliberalismo, las nuevas formas de comunicación y sobre todo con la globalización, se da inicio a los cambios que tienen a la educación en su situación actual.

La globalización trae consigo, como todos los fenómenos, beneficios y perjuicios, por un lado hace del mundo un lugar más pequeño, conecta las economías así como las culturas, por otro lado despersonifica a las poblaciones, se pierden bases culturales y la identidad como nación. Por un lado se abren mercados a nivel mundial dando la posibilidad de crecimiento y por otro permite el acceso a las grandes empresas.

En lo que respecta a la educación, la globalización vino a modificar en gran medida las formas, contenidos y métodos. Esto trae consigo muchas ventajas a nivel educativo que ayudan al desarrollo integro de los estudiantes, por ejemplo los intercambios estudiantiles se antojan experiencias únicas que ayudan al fortalecimiento de las habilidades afectivas como cognitivas de los participantes, dándoles la oportunidad de acercase a otras culturas totalmente ajenas a ellos, aprendiendo su idioma y costumbres, además de asumir responsabilidades que le ayudan a una mejor toma de decisiones.

El compartir con estudiantes de otros países, aprender de su cultura, y respetar sus ideologías ayuda  a una educación anti-racista que  seres íntegros  que respetan las opiniones y las distintas formas de ver la vida, además de que asumen con responsabilidad el contribuir de forma positiva a su sociedad, con una perspectiva más amplia del mundo, y con una cantidad de opciones mucha más variadas.

Con la globalización además los estudiantes tienen mejores oportunidades de trabajo una vez culminados sus estudios, aquí o en otro país, ya que las puertas del mundo están abiertas a los nuevos profesionales especializados, que hablan distintos idiomas. 

Una de las grandes ventajas de la globalización para la educación es una significativa mejora en la calidad de la misma, ya que en un mundo competitivo en el que todos luchan por ser el mejor, la educación es la herramienta primordial para lograrlo.

Pero no todo es bueno ya que la tendencia a la privatización educativa va en aumento, lo que conlleva a una desigualdad entre educación pública y privada, siendo cada vez la educación privada más costosa e inasequible para muchas personas, dejándolas en muchas ocasiones sin mayores oportunidades laborales frente a las personas con más títulos. Además con el enfoque hacia lo global, la tendencia de olvidar o no fortalecer lo local es cada vez mayor, las propias costumbres se están perdiendo, y sin el fortalecimiento de estas es imposible competir en el entorno internacional.

Por otro lado tenemos que la tendencia es hacer todo de manera mecanizada, a despersonificar y a materializar, las cosas se miden en cuanto a su impacto con el mundo y los individuos por sus conocimientos y habilidades. Se ve a las personas como productos y a las instituciones educativas como empresas, Este esquema, mantenido desde hace más de dos décadas, ve a las escuelas como empresas y no como un espacio civilizatorio, por lo que es importante insistir en la aplicación de un modelo educativo con un nuevo rumbo, manifestó. (la jornada, domingo 2 de enero 2011).

En contraste a la pérdida de identidad, vemos como la globalización así como los medios de comunicación (que nos permiten ver todo lo que sucede en cualquier parte del mundo en tiempo real), permiten practicar una nueva forma de solidaridad. Los grandes desastres de finales del siglo pasado e inicios de este son prueba de cómo el mundo en lo general se puede solidarizar ante una desgracia. Como ejemplo tenemos el tsunami en el océano indico donde más de 300,000 personas perdieron la vida y dejó a millones de personas sin hogar. Pocos días después, el peor desastre natural de la historia reciente daba lugar al mayor esfuerzo internacional de socorro conocido, demostrando lo que puede lograr la solidaridad mundial cuando la comunidad internacional se consagra a un gran empeño.

Esto nos permite concluir que este siglo será de la racionalidad científico-tecnológica, el de la sociedad del conocimiento. O, para decirlo desde un principio, será el siglo de la educación» (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, 1998, XXV). Estas palabras abren el resumen ejecutivo del documento «Educación, la agenda del siglo XXI. Hacia un desarrollo humano» y nos sirven para hacer referencia, en primera instancia, a las condiciones generales de la sociedad actual, la “aldea global”, en la que somos sujetos y a la vez objetos de la educación  cuyas  características fundamentales pueden resumirse en (PNUD, 1998):

• Colonización sistemática del conocimiento, la ciencia y la tecnología, de todas las esferas de la vida individual y colectiva de los seres humanos.
• Tecnologización creciente de los diversos oficios y de las ocupaciones que se desarrollan en el seno de la sociedad.
• Desarrollo vertiginoso de las industrias de la «inteligencia»: la biotecnología,  la teleinformática, la microelectrónica, la robótica, las telecomunicaciones, la industria de nuevos materiales, la genética, la aviación..., que teniendo como base el conocimiento y la información, dinamizan en la actualidad la producción y circulación de productos.
• El valor agregado, en la sociedad del conocimiento, procede de la tecnología, que ha acrecentado la productividad y que demanda la retribución del saber o de los saberes.
• Derrumbe de viejas certezas, de grandes relatos y verdades.

Asistimos pues, a una época de extraordinarios y acelerados cambios y transformaciones en todos los órdenes de la vida humana. “Es un tiempo de fragmentación. El tiempo de la incertidumbre. Nuestro tiempo es el tiempo  de ser libres»  (p. 4), por lo tanto, es también el tiempo de asumir la libertad, para lo cual, la educación ha de convertirse en la herramienta fundamental.

Es fácil pensar que todos estos cambios se traducirán a una mejor distribución de las riquezas, a una mejor calidad de vida, pero es fácil darse cuenta que no necesariamente es así. En honor a la verdad, diremos que cada vez son los jóvenes que terminan estudios universitarios sin una buena oferta de trabajo, los jóvenes universitarios terminan trabajando en lo primero que encuentran y por salarios muy bajos.

Las siguientes cifras del IDH (2005,  pp. 3-5), confrontadas  con los Objetivos  del Milenio, son claro ejemplo de la realidad:

• En medio de una economía mundial cada vez más próspera,  10,7 millones  de niños no viven  para celebrar  su quinto  cumpleaños y más de 1.000 millones de personas sobreviven en condiciones de abyecta pobreza con menos de un dólar al día. Por su parte, la epidemia del VIH/SIDA ha causado el retroceso más grande en la historia del desarrollo humano y en 2003 cobró la vida de tres millones de personas e infectó a otros cinco millones. Como resultado, millones de niños han quedado huérfanos.
• Una quinta parte de la humanidad vive en países donde a muchos no les preocupa gastar dos dólares al día en un café y otra quinta parte de la humanidad sobrevive con menos de un dólar al día en países donde los niños mueren por falta de un simple mosquitero.
• La tasa de muerte entre los niños del mundo está disminuyendo, pero la tendencia se está tornando más lenta y la brecha entre países ricos y pobres está aumentando.
• El ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones más pobres. Más allá de estos extremos, los 2.500 millones de personas que viven con menos de dos dólares al día -y que representan el 40% de la población mundial obtienen sólo el 5% del ingreso mundial. El 10% más rico, casi todos ellos habitantes de los países  de ingresos  altos,  consigue el 54%.
• El monto necesario para llevar a mil millones de personas a superar el umbral de pobreza extrema de un dólar al día es de US$300.000 millones, cifra que representa el 1,6% del ingreso del 10% más rico de la población mundial.
• El mundo se encamina hacia un desastre en materia de desarrollo humano anunciado con anticipación, cuyo costo se calculará en muertes evitables, niños sin educación y oportunidades desperdiciadas para reducir la pobreza. Se trata de un desastre tan evitable como predecible.

Estas son sólo algunas muestras de la compleja trama de circunstancias que cifran el presente de la humanidad, y que vuelven  a hacer patente,  urgente e imperioso el cuestionamiento acerca  de los retos de la educación.

Si realizamos un salto de lo global a lo local, nos encontramos con situaciones no menos complejas que demandan enormes esfuerzos a todos los miembros de nuestra sociedad, con el fin de que la herramienta capital (la educación), nos permita hallar un sendero para fugarnos  del “callejón  sin salida” en el que estamos encerrados.

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