LOS DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XXI: ¿UN RETO PARA LA ENSEÑANZA DEL DERECHO?
Maria Elena FrancoEnsayo27 de Octubre de 2015
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LOS DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XXI:
¿UN RETO PARA LA ENSEÑANZA DEL DERECHO?
María Elena FRANCO SALINAS
SUMARIO: I. Reflexiones sobre la crisis de la modernidad. II. Sociedad de información, sociedad de conocimiento. III. Tendencias educativas para este siglo. IV. Esquema de los siete saberes. V. Perspectivas para la enseñanza del derecho. VI. Conclusiones. VII. Bibliografía.
RESUMEN.
La construcción del llamado futuro —en el sentido de preverlo y de querer que sea uno y no otro— sólo es posible desde los significados que nos prestan las imágenes del pasado y del presente, nos dice Gimeno. La autoreflexión del papel de los actores, e, inclusive el de nosotros mismos como espectadores será la única vía de entrada al tejido de la complejidad del siglo XXI. La educación en el sentido posmoderno o de la segunda modernidad, es un papel transformador: social, económico, político, ambiental y tecnológico. En este ensayo se trató, de analizar las partes del todo con la idea de apreciar el tamaño de los desafíos y su probable impacto a mediano y corto plazo, y en el ámbito educativo su relación con los problemas de la actualidad global. Estamos convencidos de lograrlo… en la medida de que el proyecto educativo se convierte en un proyecto común a nuestras aspiraciones de mejorar nuestra calidad de vida, sin ser excluidos.
- REFLEXIONES SOBRE LA CRISIS DE LA MODERNIDAD.
La modernidad está en crisis (no logró solventar el conflicto entre lo público y lo privado). Analicemos: la lógica de la modernidad señalada por Vattimo, responde a una lógica del tiempo lineal como proceso continúo y unitario que camina hacia lo mejor… al menos ese fue el canon de la visión ilustrada. Incluso cuando el proceso se concibe en el margen del pensamiento reaccionario —de un proceso en decadencia— la lógica es también lineal, la de un tiempo como hilo unitario que se devana hacia lo peor en lugar de hacerlo en el sentido del “progreso”. Es decir, uno de los resultados de esta “lógica” (en la historia de la filosofía) es el tratamiento dirigido bajo la premisa ilustrada de la historia como un sistema racional y su legitimación, así como en su posición de privilegio sobre cualquier otro sistema anterior a éste.
Esta apuesta malograda ha perturbado las bases entre individuo y sociedad, libertad e igualdad, moralidad y legalidad. Lo anterior, bajo el principio de la subjetividad centrada en la individualidad y la libertad para desarrollar su singularidad según las creencias y fines de cada quien. También con el surgimiento del Estado como unidad política, la instauración de las nacionalidades, el deslinde de las culturas regionales, la promulgación del mercado como regulador de las iniciativas económicas privadas, la actividad política legitimada en el sufragio, cuya exigencia es la eliminación de las diferencias —en aras del principio de la igualdad de los ciudadanos— y en muchas otras instituciones modernas el establecimiento de marcos políticos, sociales y económicos no sólo supraindividuales sino, en muchos casos, claramente adversos a la libertad.
- SOCIEDAD DE INFORMACIÓN, SOCIEDAD DE CONOCIMIENTO.
El término de “sociedad de información” es una construcción política e ideológica, desarrollada en el contexto de la globalización neoliberal, cuya principal meta ha sido acelerar la instauración de un mercado mundial “abierto” y "autoregulado". La política desde su inicio fue impulsada y ejecutada con la estrecha colaboración de organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, buscando que los países débiles abandonarán las regulaciones nacionales o medidas proteccionistas que "desalentarían" la inversión; con el fin de estrechar la brecha digital —la brecha entre ricos y pobres actualmente tiene un resultado contrario, se ha profundizado y se han creado nuevas desventajas para la población en situación de pobreza. En este sentido, es útil mencionar que en los países del G-7 hay una tendencia común hacia el aumento del peso relativo de la ocupación más claramente informacional, se produce un crecimiento de los empleos dedicados al procesamiento de la información que oscilan entre el 33,4% de Japón y el 48,3% de Estados Unidos. Por ejemplo, en Estados Unidos las profesiones relacionadas directamente con el manejo de la información (comunicaciones, finanzas, seguros, servicios...) constituyeron la mitad de la estructura ocupacional a principios de 1990 en una tendencia progresiva hasta la actualidad. Además la creación de nuevas profesiones, como psicólogo o psicóloga ambulante, compositores de música a la carta, servicio de siesta en el centro de la ciudad, compradores de regalos de cumpleaños.[1]
Por otra parte, la noción de "sociedad del conocimiento" (knowledge society) emergió hacia finales de los años 90; es empleada particularmente en medios académicos, siendo una alternativa de preferencia en lugar de la "sociedad de la información". La UNESCO en particular, ha adoptado el término "sociedad del conocimiento", o su variante, "sociedades del saber", dentro de sus políticas institucionales, se ha desarrollado una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no ligada solamente a la dimensión económica.[2] Cabe destacar, la noción de “saberes” implica certitudes más precisas o prácticas, mientras que conocimiento abarca una comprensión más global o analítica.
III. TENDENCIAS EDUCATIVAS PARA ESTE SIGLO.
La reflexión acerca de cómo debería ser la educación en los próximos años, es ya, un debate muy estructurado en el ámbito académico. Si acudimos al texto de Flecha y Tortajada encontramos enunciadas cinco tendencias principales, divididas en dos grandes corrientes (las dos primeras pertenecen a la corriente que pretende dar respuesta a los desafíos de la sociedad de la información y por otro lado, las tres restantes están relacionadas con la investigación orientada a la educación igualitaria). La primera tendencia se enfoca a los cambios socioeconómicos, producidos en el contexto de la sociedad de la información, ello nos permite ver cuáles son las nuevas necesidades y competencias que se van a requerir. La segunda, plantea con mayor profundidad los cambios constantes a nivel sociocultural vividos en nuestra cotidianeidad y cuáles son los retos que deben proponerse, para luego afrontar la educación. La tercera tendencia sostiene la necesidad de realizar un paso indispensable, hacia una cultura educativa que convierta en palabras de Freire, las dificultades en posibilidades. La cuarta tendencia desarrolla el concepto del aprendizaje dialógico —superando a las concepciones educativas constructivistas— y desde cualquier proyecto podría partir, sí cuenta con la firme posición de promover una educación que tenga como objetivos la igualdad, la solidaridad, el aprendizaje instrumental de conocimientos y habilidades, y la transformación. La quinta, basándose en las anteriores premisas, plantea la transformación de escuelas en comunidades de aprendizaje. La participación de la comunidad es considerada, imprescindible, para acometer los procesos de exclusión educativa que pueden darse en la sociedad informacional en todos los niveles.
Ahora bien, las dos primeras tendencias se desarrollan en un nuevo sector (llamado cuaternario o informacional) donde la información, es la materia prima y el procesamiento de ésta es la base del sistema económico. En él las transformaciones se han dado en dos direcciones: a) el cambio en el proceso de producción y b) la aparición de nuevas actividades y profesiones. Es decir, nos hallamos frente a la reconfiguración de una parte productiva de substancial impacto social, en el nuevo capitalismo informacional y de consecuencias —debido al proceso de mundialización económica, las desigualdades no se configuran en una simple estructura de un centro y una periferia, sino como múltiples centros y diversas periferias, tanto a nivel mundial como local— visibles en la economía global, siendo el resultado una profunda asimetría.
En educación, esta dualización se concreta en el hecho de que la sociedad de la información prioriza el dominio de ciertas habilidades. Las personas que no poseen las competencias para crear y tratar la información o aquellos conocimientos que valora la red, quedan excluidas.[3] La exclusión social inicia no contar con ciertas habilidades en manejo de la información.
Por el momento, no ahondaremos más sobre la sociedad de la información para continuar con la revisión del resto de las tendencias. La tercera está basada en la pedagogía crítica de Freire[4], la cultura educativa en donde la escuela es un medio poderoso para la transformación o la exclusión; ante la actual crisis de la escuela es necesario pasar de la cultura de la queja a la cultura de la transformación. La propuesta es plantear teorías y prácticas educativas que han obtenido éxito en otros lugares, y no las que han fracasado. Cuando son nuevas, se debe participar directamente en su puesta en marcha y sólo si tienen un claro éxito (proponer su generalización). La tendencia del aprendizaje dialógico, basado en la teoría de Habermas (1987) en la cual la competencia comunicativa es donde se demuestra que todas las personas son capaces de comunicarse y generar acciones. Todas las personas poseemos habilidades comunicativas, entendidas como aquellas que nos permiten comunicarnos y actuar en nuestro entorno. El aprendizaje dialógico se basa en los siguientes principios: 1) el diálogo igualitario, las diferentes aportaciones son consideradas en función de la validez de los argumentos y no desde criterios como la imposición de un saber culturalmente hegemónico; 2) la inteligencia cultural engloba a la inteligencia académica y práctica, y las demás capacidades de lenguaje y acción de los seres humanos que hacen posible llegar a acuerdos en los diferentes ámbitos sociales; 3) la transformación, en la que el aprendizaje dialógico transforma las relaciones entre la gente y su entorno basado en la premisa de Freire, en tanto, la modernidad dialógica defiende la posibilidad y conveniencia de las transformaciones igualitarias sean resultado del diálogo; 4) la dimensión instrumental, no se obvia ni se contrapone a la dialógica además el aprendizaje dialógico abarca todos los aspectos que se acuerde aprender; 5) la creación de sentido, en la idea de superar la colonización del mercado y una lógica utilitarista —hay que potenciar un aprendizaje que posibilite una interacción entre las personas, dirigida por ellas mismas— al crear un sentido para cada uno de nosotros o cada una de nosotras; 6) la solidaridad siendo la única base en que se puede fundamentar un aprendizaje igualitario y dialógico y 7) la igualdad de diferencias, contraria a la adaptación a la diversidad que relega la igualdad y que ha regido algunas reformas educativas. Finalmente, la quinta propone la transformación de la escuela en una comunidad de aprendizaje, es decir, las comunidades parten de un concepto de educación integrada, participativa y permanente. La integración se basa en la actuación conjunta de todos los componentes de la comunidad educativa —sin ningún tipo de exclusión— con la intención de ofrecer respuesta a las necesidades educativas de todo el alumnado.
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