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Sistema Lambda Serpentis, Jericho VII Teatro de Operaciones


Enviado por   •  9 de Octubre de 2012  •  Tesis  •  8.592 Palabras (35 Páginas)  •  432 Visitas

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Prólogo

0500 Horas, Febrero 12, 2535 (Calendario Militar)/

Sistema Lambda Serpentis, Jericho VII Teatro de Operaciones.

"Contacto. Todos los equipos esperen: Contacto enemigo, en mi posición."

El Jefe sabía que había probablemente mas de cien de ellos –los sensores de movimiento rebasaban la escala. A pesar de eso, él quería verlos por si mismo; su entrenamiento había dejado clara esa lección: "Las maquinas se descomponen, los ojos no."

Los cuatro Spartans que componían el Equipo Azul cubrían su espalda, parados absolutamente inmóviles y en silencio en sus armaduras de combate MJOLNIR. Alguien había comentado alguna vez que ellos en la armadura parecían dioses de la guerra griegos... pero sus Spartans eran mucho mas efectivos y despiadados de lo que lo dioses de Homero alguna vez habían sido.

Él hizo serpentear la sonda de fibra óptica hacia arriba, tres metros hasta la cresta de la pared de roca. Cuando estuvo en posición, el Jefe la enlazo al visor de su casco.

En el otro lado el vio un valle con paredes de roca erosionadas y un rio que serpenteaba a través... y acampando a lo largo de las orillas y hasta donde alcanzaba a ver había Grunts.

El Covenant usaba a estos robustos alienígenas como carne de cañón. Ellos median un metro de alto y usaban trajes medioambientados que replicaban la atmósfera de su congelado planeta de origen. Al Jefe le recordaban a Perros bípedos, no solo en su apariencia, si no también por su hablar –aún con el nuevo software de traducción– era una rara combinación de rápidos chillidos, ladridos guturales, y gruñidos.

También eran tan listos como los perros. Pero lo que carecían de cerebro, lo compensaban con pura tenacidad. Él los había visto arrojarse a sus enemigos hasta que el suelo estaba altamente apilado con sus cuerpos... y sus oponentes habían terminado sus municiones.

Estos Grunts, estaban inusualmente bien armados: aguijoneadores, pistolas de plasma, y había cuatro cañones de plasma estacionarios. Esos podrían ser un problema.

Otro problema: fácilmente había mil de ellos.

La operación tendría que ir sin ningún problema. La misión del Equipo Azul era atraer la guardia trasera del Covenant y dejar al Equipo Rojo entrar en la confusión. El Equipo Rojo entonces plantaría un arma nuclear táctica HAVOK. Cuando la siguiente nave Covenant aterrizara, bajara sus escudos y empezara a descargar sus tropas, obtendrían una sorpresa de treinta megatones.

El Jefe desconectó la sonda y dio un paso hacia atrás desde la pared de roca. Pasó la información táctica a su equipo a través de un canal COM seguro.

“¿Cuatro de nosotros...", susurró Azul Dos, en el enlace. “...y mil de ellos? Muy pobres probabilidades para los pequeñines"

"Azul Dos," dijo el Jefe, "Te quiero ahí arriba con esos lanzacohetes Jackhammer. Saca a los cañones y afloja al resto de ellos. Azul Tres y Cinco, ustedes me siguen –nosotros estamos en control de la multitud. Azul Cuatro: tú preparas el tapete de bienvenida. ¿Entendido?"

Cuatro luces azules parpadearon en su visor, conforme su equipo reconocía las órdenes.

"En mi marca." El Jefe se agachó y se alistó. "¡Marca!"

Azul Dos saltó elegantemente a la cima de las rocas - tres metros hacia arriba. No hubo ningún sonido mientras el Spartan y la armadura MJOLNIR de media tonelada aterrizaban en la roca caliza.

Ella levantó el Lanzador y corrió a lo largo de la cima - ella era el Spartan mas rápido en el equipo del Jefe. Él confiaba que los Grunts no pudieran rastrearla durante los tres segundos que estaría expuesta. En una rápida sucesión, Azul Dos vació los tubos del Jackhammer, tiró un lanzador y entonces disparó los otros cohetes igual de rápido. Los proyectiles pasaron disparados dentro de la formación de Grunts, y detonaron. Uno de los cañones estacionarios volcó, devorado en la explosión, y el cañonero, fue lanzado al suelo.

Ella se deshizo del lanzador, saltó hacia abajo - rodó una vez - y estaba de nuevo en pie, corriendo a toda velocidad al punto de reencuentro.

El Jefe, Azul Tres, y Azul Cinco, saltaron sobre la cresta. El Jefe cambio a infrarrojo para ver a través de las nubes de polvo y el humo de los escapes, justo a tiempo para ver la segunda carga del Jackhammer impactar su objetivo. Dos flores de luz, fuego y trueno consecutivos, diezmaron las filas frontales de los guardias Grunts, y más importante, convirtieron al último de los cañones de plasma en ruinas ardientes.

El Jefe y los otros abrieron fuego con sus rifles de asalto MA5B –una rociada completamente automática de quince balas por segundo. Balas que penetran armaduras desgarraban dentro de los alienígenas, rompían su trajes ambientales y hacían explotar los tanques de metano que cargaban. Gotas de flama trazaban arcos salvajes mientras los Grunts heridos corrían en confusión y miedo.

Finalmente los Grunts se dieron cuenta de lo que estaba pasando y de donde venía el ataque. Ellos se reagruparon y atacaron en masa. La vibración de terremoto llego a través del suelo y agitó la roca porosa bajo las botas del Jefe.

Los tres Spartans vaciaron sus cargadores, y entonces al unísono, cambiaron a balas trituradoras. Ellos dispararon a la ola de criaturas mientras ellas avanzaban. Línea tras línea de ellos caía. Algunos más mataban a pisotones a sus camaradas caídos.

Agujas explosivas rebotaban en la armadura del Jefe, detonando mientras golpeaban el suelo. El vio la luz de un perno de plasma –dio un paso a un lado- y oyó el aire crepitar donde el había estado parado medio segundo antes.

"Soporte aéreo Covenant acercándose," reportó Azul Cuatro en el enlace COM. "Su ETA (siglas en ingles de “Tiempo de llegada estimado”) es de dos minutos, Jefe."

"Entendido," dijo. "Azul Tres y Cinco: Mantengan fuego por cinco segundos, después retírense. ¡Marca!"

La luz de estado parpadeo una vez, reconociendo la orden.

Los Grunts estaban a tres metros de la pared, el Jefe arrojó dos granadas. Él, Azul Tres, y Azul Cinco, saltaron hacia atrás de la cresta, aterrizaron, giraron y corrieron.

Dos golpes sordos reverberaron a través del suelo. Aún así, los ladridos y chillidos de los Grunts aproximándose, ahogaron el sonido de la explosión de las granadas.

El Jefe y su equipo

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