Trastorno neurológico

El autismo es una incapacidad relativa al desarrollo mental que típicamente aparece durante los tres primeros años de vida. Es resultado de un trastorno neurológico que afecta el funcionamiento del cerebro, el autismo y sus comportamientos asociados pueden ocurrir en 1 de cada 110 individuos. El autismo es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas y no conoce las fronteras raciales, étnicas y sociales. El ingreso económico, el modo de vida y los niveles educativos de la familia, no afectan la posibilidad de que estos casos ocurran. Descubrir que su niño tiene autismo puede ser una experiencia abrumadora. Debido a que algunos diagnósticos pueden resultar en una completa sorpresa, mientras otros pueden resultar en un presunto autismo y puede tomar meses y años para obtener un diagnóstico adecuado. En ambos casos, probablemente se abrumará con muchas preguntas.

Entender el modo en que estos niños piensan y sienten, y de qué forma eso se traduce muy a menudo en un comportamiento desconcertante, aunque en ocasiones es muy inquietante, permitirá superar muchos de los prejuicios que impiden que las relaciones de estos seres con la sociedad y sus relaciones de padres e hijos, sean gratificantes y las intervenciones efectivas. Al comprender esta condición se establece una especie de empatía con cada uno de estos niños y esa empatía nos lleva a desarrollar una relación especial; esto ya que cuando los padres se dan cuenta de que su hijo tiene autismo, síndrome de Asperger o un trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD NOS), se enfrentan a la evidente crueldad de la biología y a la pérdida del hijo perfecto con el que todos los que anhelamos ser padres soñamos tener algún día. Somos consientes que se les da a muchos niños la etiqueta de diagnóstico de "PDD" y es de suma importancia clarificar la terminología con su especialista. El autismo es un trastorno del espectro, con síntomas que oscilan de leve a grave. Como trastorno del espectro, el nivel de retardo de desarrollo es único para cada individuo. El diagnóstico del autismo indica que las deficiencias cualitativas de comunicación, de habilidades sociales, y de la existencia de una diferente gama de intereses y actividades. En vista de que no se puede realizar ninguna prueba médica para indicar la presencia de autismo, el diagnóstico se basa en la presencia de comportamientos específicos.

Como es de suma importancia que los padres de niños recién diagnosticados deberían concentrarse más en la educación y tratamiento de su hijo en vez de preocuparse excesivamente de la etiqueta de su niño; es de mi interés poder presentarles a continuación de una forma lo más clara y precisa lo que es el Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado (PDD NOS), sus características lingüísticas particulares y las recomendaciones que se deben tomar en cuenta para su estimulación y manejo terapéutico apropiado.

El Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado (PDD NOS) posee algunos comportamientos que se perciben en el autismo, pero que no cumple con todos los criterios que determinan el autismo. Por lo tanto, un individuo puede ser diagnosticado como autista o PDD NOS basado en la cantidad de los criterios de DSM IV que se encuentran presentes y el nivel de familiaridad con dicho trastorno por parte del especialista. Desde el punto de vista médico y basando nos en el DSM IV (Diagnostic and statistical manual of mental disorders) PDD NOS “solo se debe utilizar cuando existe una alteración grave y generalizada del desarrollo de la interacción social reciproca o de las habilidades de comunicación verbal o no verbal, o cuando hay comportamientos, intereses y actividades estereotipadas, pero no se cumplen los criterios de un trastorno generalizado del desarrollo especifico, esquizofrenia, trastorno esquizotípico de la personalidad o trastorno de la personalidad por evitación. Por ejemplo esta categoría incluye el <<autismo atípico>>: casos que no cumplen los criterios de trastorno autista por una edad de inicio posterior, una sintomatología atípica o una sintomatología subliminal, o por todos estos hechos a la vez.” Si se realiza el diagnóstico del PDD NOS, antes que el autismo, los especialistas deberían especificar claramente los comportamientos presentes. Los informes de evaluación son más útiles si se describen los comportamientos específicos en vez de realizar descripciones imprecisas y en términos generales. Si se lleva a cabo las re-evaluaciones, la información específica recogida ayudará tanto a los padres de familia como a los profesionales en el futuro. De ahí pasamos a su descripción física y a su comportamiento los cuales se basan en movimientos estereotipados de la cabeza y las manos lo que conocemos como “shaking” y afectados sensorialmente de manera muy notable y si le hacen cambios drásticos pueden llegar a reaccionar muy agresivamente. Ejemplo de esto descrito previamente lo es:

 Giros, balanceos, saltos continuados y repetitivos; movimientos con las manos y los dedos delante de los ojos; aleteos y aplausos como expresión de excitación emocional.

 Palpa, huele o golpea objetos o superficies; gira insistentemente sus elementos móviles; hace movimientos iguales con trozos de cordel.

 Rechaza la ropa nueva; come alimentos determinados (“crunchy”) y blandos; reacciona negativamente a los cambios de mobiliario en la casa.

 Tolera difícilmente los cambios en las rutas habituales, horarios, rutinas; si las cosas siguen un curso contrario a sus expectativas, reacciona con miedo o agresión.

 Intereses: objetos <<controlables>>: interruptores, grifos, aparatos técnicos, fechas fijas y datos inmutables relativos a la técnica o a la topografía.

Aunque el autismo no es un trastorno del comportamiento, a menudo nos enteramos por padres de familia que las manifestaciones de comportamiento del autismo son las más problemáticas para afrontar día a día. Los padres, los miembros de familia, los asistentes sociales y educadores todos se preocupan de los comportamientos que se consideran inapropiados, una definición que puede ser diferente para cada persona que entra en contacto con el discapacitado. Algunos de estos comportamientos pueden poner en peligro a otros o al individuo con autismo. Las características lingüísticas son muy variables en cada caso y en los diferentes momentos evolutivos de cada niño, por eso es difícil generalizar; pero por lo general y es lo que predomina en la mayoría de los casos es que hay una “sordera ficticia” ya que estos niños oyen lo que les interesa muy directamente. A primera vista los niños diagnosticados

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