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Tratado de los delitos y de las penas


Enviado por   •  23 de Marzo de 2022  •  Ensayos  •  2.493 Palabras (10 Páginas)  •  104 Visitas

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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AÚTONOMA DE ZACATECAS

Especialidad de Prevención del Delito

Tema:        Tratado de los delitos y de las penas

Nombre de la Disertante:                Marco A. Torres Inguanzo

Numero de módulo:                        Primer Semestre

Nombre de la Alumna:                 Elvia Olivia Minerva Chavarría Arellano

e-mail:                                chavarria_minerva@live.com.mx

Fecha de entrega:                        11 marzo de 2022

Tratado de los delitos y de las penas

Cesare Beccaria

Resumen

Fue en el año de 1764, que fuera escrito el libro, pero pareciera que aplica para los días actuales, pues lo que describe sigue siendo el sentir de la población actual, pues el anhelo de justicia y libertad, aun son la asignatura pendiente. Pues si bien es cierto los derechos humanos, han avanzado, aun no se alcanza una verdadera justicia, que realmente deje un sabor a justicia.

La traducción de la introducción.

“En los asuntos difíciles, de cualquier naturaleza, no se puede sembrar y cosechar todo a la vez; es necesario la debida preparación a fin de que los frutos inmaduros, pueden ser un día recogidos”

Es precisamente lo que se necesita actualmente, las leyes que son pactos sociales, se deben modificar conforme se modifica el comportamiento de las personas. Es pertinente resaltar la frase de Becaria, La felicidad mayor colocada en el mayor número, debería ser el punto a cuyo centro se dirigiesen las acciones de la muchedumbre. Referente al criterio de Utilitarismo, vale la pena preguntar ¡Cuál es el origen de las penas? ¿Son extensión de la crueldad? Si las penas corporales son las únicas que conocemos y que se han aplicado desde hace mucho tiempo con los resultados, es tiempo de cambiar la estrategia, para generar nuevos resultados.

ORIGEN DE LAS PENAS

El contrato social que tenemos como ciudadanos con el Estado para que se garantice la seguridad pública entre otras cosas, y garantizar que dicho pacto se acate, por medio de la coacción, so pena de castigo.

DERECHO DE CASTIGAR

El autor escribe sobre la necesidad de defender el depósito de la salud pública de las particulares usurpaciones, nos refiere a la política moral fundada en sentimientos y que la ley debe, al menos preferentemente, contener ambas. Sin embargo también nos habla de la naturaleza de las personas, que pretenden un mínimo de obligaciones, habla de pactos que no liguen, lo que me hace reflexionar en la naturaleza del mexicano, que a la promulgación de una Ley de lo que sea, busca inmediatamente como eludirla.

Si bien es cierto, los pactos surgen para satisfacer una necesidad, el aumento de las propias necesidades, o de la creación en el imaginativo de tenerlas hasta descomponerse en una insaciable ambición, es lo que irónicamente crea las guerras, ahora no solo de individuos, sino de naciones.

El derecho a castigar a quien no se sujete a ese contrato, se vuelcan en injusticias pues su propósito original era el de tener unidos los intereses particulares, lamentablemente ahora,  se usan a contrario sensu como venganza, lo que pierde el sentido de castigo, para caer en la vileza sin sentido, pues al atropellar a un igual se trastocan los derechos propios.

CONSECUENCIAS

Nos habla de tres consecuencias, la primera un sine qua non, solamente las leyes pueden decretar las penas de los delitos, creadas por un legislador, es decir, representativo del pueblo en general, la segunda, señala una obligación del Estado- gobernados en conjunto, y la necesidad de un tercero que aplique la ley, la tercera, refiere como la aplicación  de las penas va en contra del espíritu de la misma Ley, porque resulta inútil, pues una pena por sí misma no representa un beneficio al bien púbico.  

INTERPRETACIÓN DE LAS LEYES

Señala una cuarta consecuencia, concatenada con las anteriores, la interpretación de la Ley, el pacto necesario para el bien común. Es un juez quien debe hacer un silogismo, la ley debe interpretarse a efecto de no realizar una aplicación sin su espíritu, hacer lo justo  por encima de lo legal, debe ser la premisa de todo juez que se jacte de aplicar justicia. Sin pasar por alto que dicha interpretación se verá afectada por quien la interprete, en sus propias vivencias, conocimientos, pasiones, es decir, la ley es distinta, como distintas son las personas que lo aplican, pues vemos las cosas, no como son, sino como somos. Lo que genera sin duda un sinfín de interpretaciones.

OSCURIDAD DE LAS LEYES

La oscuridad que acarrea la interpretación  de la Ley, aunado al rebuscado lenguaje en el que normalmente se plasma la Ley, hace aún más difícil que la Justicia sea posible, es cierto la mayoría de la población desconoce la Ley. Habla también del cambio de la fuerza de la ley, supongo que la ley tiene mayor fuerza al momento de su creación, el derecho es un ente vivo que debe cambiar conforme a las necesidades evolutivas de la sociedad y de los gobernados.

PROPORCION DE LOS DELITOS Y LAS PENAS

Debe ser de interés general, abatir la incidencia de los delitos, engrosar las penas, poco resultado ha tenido a lo largo de la historia, el autor refiere que se debe atacar la enfermedad, no los síntomas, destruir las causas que llevan a una persona a cometer un delito. Pues no importa el peso que el legislador utilice para oponerse a los delitos, y pone de analogía la gravedad y la fuerza de un edificio. Habla también de las escalas de las penas y nos habla de extremos de libertad y de tiranía, y de la incertidumbre que tienen los gobernados, pues también refiere antinomias, que van incluso en contra del espíritu mismo de las leyes y de lo justo.

ERRORES DE GRADUACIÓN DE LAS PENAS

Si los delitos son un daño a la nación, entonces los que los cometen, tienen la intención de dañar a la nación. Y para dirimir en cada caso concreto se necesita pues, un código personal y una ley para cada delito. La intención poco tiene que ver con el resultado.  Nos habla de medir los delitos respecto de la dignidad de la persona, actualmente tenemos la “reparación integral del daño”. Tomar de medida la gravedad del pecado, vuelve aún más complejo graduar una pena, el pecado es algo muy diferente para cada ser humano, el castigo eterno por desafiar los mandamientos, quien puede medir la malicia del corazón del hombre, quien puede conocer la verdadera intención de alguien que comete un delito. Dios perdona, ¿los hombres podemos hacerlo? Más importante aún ¿queremos hacerlo? ¿Tenemos facultad para perdonar? Importantes reflexiones.

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