Un Café Frio

Un café frio, una noche oscura de abril, pocos autos, pocas persona, un poco de todo. Alexia Paige tiene 16 años, algunos amigos, fobias extrañas y gustos desagradables. Su única actividad de fin de semana es estar en la terraza leyendo alguna historia fantástica o alguna muerte amarillista en la columna de algún loco que cree que el 2013 está lleno de mala suerte; tomar un café y observar a sus vecinos, a su cuidad, a su cielo y a sí misma.

Sábado, 6:30 pm, suena el teléfono. Es Susan la amiga de Alexia, llama para invitarla a salir con algunos amigos. Alexia verdaderamente quiere hacerlo y acepta sin dudarlo.

8:30 pm, Alexia va en camino a la casa de Susan donde Taylor y Max la esperan, Una vez llega los cuatro salen, aun sin rumbo ni fin. Alexia lleva puesta su playera favorita de color negra con calaveras, un pantalón de igual color y las botas rojas de su madre.

Llegaron a un lugar muy agradable, este era parecido a un teatro, solo que con gradas a cambio de sillas y con una especie de escenario. Aquel sitio era muy frecuentado por jóvenes, los cuales se divertían, tocaban guitarra para entretenerse y cantaban, empezando por unos cuantos y terminando con una voz uniforme conformada por cuarenta o más voces. El lugar era perfecto para Alexia, puesto que las personas que allí estaban se veían agradables, de gustos similares a los de ella y unas que otras solitarias pero felices.

Max y Taylor fueron por algo para tomar, mientras que Alexia y Susan se quedaron allí sentadas hablando de sus vidas. Rato más tarde los chicos regresaron con dos bolsas grandes de cartón; de ellas sacaron dos botellas de vodka, una botella de jugo y varias bolsas con caramelos.

Alexia se puso un poco nerviosa, debido a que apenas si había probado cuando era pequeña un dulce de anís. Trato de disimular y brindo en compañía de los demás; sus ojos lagrimaron un poco y gesticulo cara de fastidio, aun así no se sintió tan mal. Al cabo de una hora ya había una botella vacía y todos se reían sin parar.

Max sacó de su billetera un papelito y desprendió una pequeña parte del mismo, llevándoselo a su boca. Alexia recordó que en uno de sus libros describían una droga llamada LSD y este concordaba perfectamente con la descripción. Max partió nuevamente el papelito, pero esta vez en tres partes, dándole uno a cada uno. Cuando Alexia lo tuvo en sus manos, su corazón se aceleró tan fuerte que sintió que se le escaparía por la boca. Observó que ya todos sus amigos se lo habían tragado y con un movimiento inconsciente lo llevo a su boca, y trago en seco rápidamente.

40 o quizás 50 minutos pasaron antes de que Alexia empezara a sentirse muy rara. Empezó a ver borroso, a sentirse pesada; su temperatura subió al nivel que hasta su piel se veía muy rosa. Sintió por un momento que ya no era ella quien controlaba sus sentidos y muy lentamente se puso de pie, observo a sus amigos allí tirados, fatigados de tanto reír. Camino hasta el centro del lugar, lentamente giro 360 grados observando las personas, el viento, los colores, los sonidos.

Levanto rápidamente sus brazos llevándolos detrás de su cabeza, cerro sus ojos y grito fuertemente por varios segundos, logrando llamar la atención de todos lo que allí estaban.

Tras vario gritos de desespero y lágrimas sin explicación, Alexia abrió los ojos y observo a su alrededor muchas personas, después empezó a sentir dificultad para respirar y trato de controlarse; no hallando como hacerlo fue perdiendo poco a poco el sentido y cayó al suelo, allí en medio de todos.

Alexia abre los ojos y nota que se encuentra en algún extraño lugar, logra divisar un reloj a lo lejos que marca las 10:05 am, al girar un poco su cabeza, ve a su madre sentada la baranda de un balcón. Alexia se altera al no saber qué es lo que sucede, y grita para llamar la atención de su madre. Esta al escuchar

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