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ÉTICA Y LIDERAZGO


Enviado por   •  13 de Junio de 2012  •  2.099 Palabras (9 Páginas)  •  1.512 Visitas

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En medio de cambios trascendentes, los líderes deben poseer una visión extraordinaria, significativa y convincente. A medida que la comprensión común se empaña cada vez más, la ética es el lenguaje que realinea a los líderes con sus empleados, clientes, accionistas, proveedores, legisladores y las comunidades en que actúan. Por lo tanto la ética no es solo cuestión de personas, es algo claramente interpersonal.

"Liderazgo" es uno de los términos más utilizados en las ciencias sociales.

También ha demostrado un alto interés práctico tanto en el mundo de la empresa como en la política o en la educación. Sin embargo, se echan en falta, estudios que de modo sistemático pongan en relación el liderazgo con la ética; una relación que es vista intuitivamente como muy próxima, pero que también debería serlo en el terreno de la reflexión.

El liderazgo está compuesto por dos dimensiones: una técnica y otra ética, o “de responsabilidad”. Tanta importancia otorga a esta segunda dimensión que llega a escribir que "las organizaciones perduran en proporción a la altura de la moralidad según la cual son gobernadas. Por lo que la fortaleza de una organización depende de la calidad de su liderazgo; y esa calidad, a su vez, deriva de la categoría de la moralidad sobre la que se apoya" (Bernard, 1968).

TEMA V. ÉTICA Y LIDERAZGO

EL VERDADERO LIDERAZGO POLITICO.

El liderazgo se demuestra en la eficacia, no hay eficiencia, luego no existe liderazgo que valga. El liderazgo es evidente cuando la organización política avanza.

La tarea del liderazgo

El líder es el que se sitúa al frente, pero no es el único ni todo puede depender de él. El liderazgo tiene una tarea interior, de cara a la organización, y otra tarea exterior, es decir, su proyección sobre la sociedad. De cara al interior el líder es el movilizador de la organización, el guía y el perfecto coordinador de la militancia a la que dirige en el cumplimiento de los objetivos fijados en los congresos del partido. De cara al exterior, el líder es un faro para la sociedad y, junto con sus camaradas, la levadura de las masas. En ambos frentes debe alumbrar aquello que otros no ven, iluminar lo que está oscuro para la población o para la militancia.

Estos dos frentes se manifiestan en toda su actividad: el líder debe llevar adelante a la organización, pero también a la sociedad. El líder debe tener envergadura suficiente como para rectificar y orientar las reacciones populares cuando haga falta, no basta con que intente decir justo lo mismo que dicen las masas siempre y en todo lugar, sino que debe llevar a la población hacia las posiciones definidas por el partido.

Por una parte, el líder debe mantener equilibrios interiores; por otra, debe asegurar avances exteriores. La habilidad del líder consiste en equilibrar las distintas tendencias y sensibilidades, intentar extraer de ellas lo más positivo, evitar los enfrentamientos internos y las luchas fraccionales y preocuparse de que todas ellas respeten, acepten y trabajen para hacer viables las resoluciones de los congresos. Solo cuando alguna fracción se aparta de las resoluciones tomadas, en la estricta observación de la legalidad estatutaria, el líder debe intentar resolver el conflicto exterior, no ser el primero en excitarlo. Y si esta resolución es imposible, debe aniquilar la tendencia mediante la sanción que estatutariamente corresponda o la expulsión como última medida, cuando cualquier otra solución es inevitable.

COMO EMERGE EL LÍDER

El líder emerge de la sociedad por su voluntad de poder, evidenciada en cualquier situación. Tiene la necesidad vital de ponerse al frente de cualquier situación que entrañe la resolución de un conflicto, una protesta, una reivindicación, o, simplemente; la acción de un grupo de empleados.

Pero la sola voluntad de poder no sirve. Con demasiada frecuencia la voluntad de poder enmascara solo la ambición, oportunismo, egocentrismo y megalomanía. Además de la voluntad de poder el líder debe mostrar que el ejercicio de la misma es capaz de obtener éxitos, o como mínimo salidas razonables.

El líder es aquel que es capaz de llevar a los que están con él hacia el éxito. Y el éxito supone obtener avances reales, efectivos, indiscutibles y objetivos. Para un partido político, la única forma de evidenciar los avances es mediante la conquista de mayores espacios de poder político, cuanto más avanza, mas poder político se gestiona. No basta simplemente un crecimiento numérico de una formación política, sino que es preciso que esta aumente su poder político, su influencia sobre la sociedad, y que la influencia se traduzca en la obtención de diputados, concejales, senadores, etc.

EL LÍDER Y SUS CUALIDADES.

Entre las cualidades esenciales del líder están las siguientes:

➢ Habilidad para el mando. Es la cualidad mediante la cual se encuentra a los empleados más capaces para ocupar tareas concretas. El líder tiene una habilidad especial para valorar a los seres humanos. Es capaz de saber hasta dónde pueden llegar y cuál es la función más concreta que pueden desarrollar. El mando no trata de concentrar funciones, lo cual ocurre solo con los mandos inseguros e inestables, sino de situar a cada cuadro político al frente de la función ante la cual pueden rendir mejor.

➢ Realiza los análisis políticos más lucidos y que suponen las más exactas proyecciones de futuro. El líder prevé y se adelanta a lo que puede ocurrir mañana, lo anuncia con anticipación a sus empleados y sabe que camino tomar para obtener la mayor rentabilidad política a las situaciones que van a producirse. El líder de cortas miras, que no analiza las coyunturas o que las analiza erróneamente, manifiesta su incapacidad para el liderazgo.

➢ Tiene siempre una respuesta ante cualquier situación. Allí donde otros no saben como responder a situaciones nuevas, el líder siempre tiene respuestas; dispone de salidas que resultan invisibles para otros.

➢ Entiende, asume y asimila los sanos reflejos populares. Un líder alejado de las masas, que no vive o no entiende los problemas de estas, no es un líder. El líder emana del corazón de la sociedad, entiende las cuestiones que preocupan a la población, las asume y es capaz de dar respuestas simples a los problemas complejos. Aquello a lo que la población aspira es lo que el líder dice espontáneamente en sus discursos;

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