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Alteridad y la toma de decisiones organizacionales


Enviado por   •  22 de Marzo de 2020  •  Ensayos  •  2.242 Palabras (9 Páginas)  •  287 Visitas

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Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador

Especialización en Gestión del Talento Humano

Gestión de la Diversidad

Mariana Lima

Alteridad y toma de decisiones organizacionales

José Luis Narváez Moreira

05 Marzo del 2020

Alteridad y toma de decisiones organizacionales

Como parte de una visión integral dentro de una empresa en donde comúnmente se exaltan en mayor porcentaje aspectos productivos de imperante importancia, también se precisa la necesidad de profundizar el proceso de la toma de decisiones desde el punto de vista de la alteridad.

Este componente busca el reconocimiento de la posición del otro en la construcción de la perspectiva personal.

El giro de un negocio se conforma de un grupo de pequeñas y grandes decisiones que buscan gestionar los hilos conductores reales de toda actividad.

El presente escrito tiene por objetivo comprender la posible correlación entre ambos conceptos, desglosando sus contenidos en detalles trascendentales para su análisis respectivo. Al final se puede llegar a deducir la relación que tienen en base a conceptos de textos que pertenecen a autores que han profundizado en cada tema.

El contenido que se presenta es una compilación de nociones científicas junto a percepciones personales en base a la comprensión de los términos establecidos como finalidad de estudio. Temas que fueron estudiados dentro de la asignatura de gestión de la diversidad y que, al llamar la atención, buscan ser ampliados para una mejor comprensión y futura aplicación dentro del campo profesional.

Palabras clave: Alteridad, toma de decisiones, organización

Alteridad y toma de decisiones organizacionales

1. Introducción

La organización es una estructura que se compone de varios métodos y procedimientos que se conjugan en la actuación personal y grupal de los seres humanos. Se comprende que cada actividad se interconecta con la necesidad que cada área requiere cumplir, así como con la finalidad global laboral. En donde el logro de cada etapa se engrana con el éxito final.

Cada tarea es gestionada por un número adecuado de personas que integran las normas previamente establecidas por la empresa, con la identidad individual y grupal que incluye el conocimiento técnico, así como la experiencia en ambientes similares. Lo que permite alcanzar el éxito necesario para apuntalar la sostenibilidad lucrativa.

Al ser la identidad un ingrediente clave en la gestión organizacional, existen un importante número de individualidades que requieren ser organizadas de tal forma que se ajusten a una visión general. Siendo fundamental hacer el esfuerzo necesario para comprender las capacidades, fortalezas, debilidades de cada persona para poder engranar cada potencialidad como piezas exactas de un rompecabezas que tan solo presenta su esplendor al estar terminado.

Cada circunstancia que se presenta en la realidad organizacional precisa de un método que tiene como finalidad elegir estratégicamente las mejores opciones para una estabilidad y progresión en términos de productividad. Dicho proceso tiende a poseer mayor importancia mientras mayor sea el grado de jerarquía en la organización, dado también el nivel de impacto que provoca.

Para poder determinar las mejores elecciones de entre las varias posibilidades, se hace necesario considerar la identidad anteriormente mencionada. Es importante conocer la relación entre el proceso de toma de decisiones con al aspecto individual que representa la visión de alteridad en cada persona o cada grupo de personas.

Una temática de gran interés organizacional que a su vez también debe ser beneficio para todos los colaboradores de la empresa. Toda vez que las metas y objetivos que se han planteado deben estar organizados de una forma estratificada y manejada con un lenguaje de fácil comprensión por todos.

2. Marco teórico

Alteridad

La alteridad como otros varios conceptos inherentes al ser humano, tienen un carácter subjetivo con lo cual su estudio se centra en la esencia entre las relaciones extra e intrapersonales. El compendio de características en cada persona representa también una relativa habilidad para entender las varias aristas que se presentan.

Si bien la idea de conocer el exterior aparenta ser mucho más manejable que comprender el mecanismo interno, ambas actividades se complementan de cierta forma hasta concatenarse en un solo eje que representa la capacidad real de gestionar ciertos parámetros dentro de una organización.

Es claro que en un grupo de personas la diversidad es un componente vital tanto por su característica común como por su funcionalidad, siendo entonces que pueden llegar a ser tan numerosos los criterios que resulta increíblemente dantesco el intento de unificarlos.

Sin embargo hay viabilidad en el reconocimiento de cada sujeto del conglomerado como un ente participante que puede a su vez también retroalimentar el ciclo con el reconocimiento adecuado de los demás sujetos en un intento de transformación hacia una gestión social.

Tal como lo afirma Touraine (1998, 70), “reconocer al Otro no significa ni descubrir, tanto en él como en mí mismo, un Sujeto universal, ni aceptar su diferencia: significa reconocer que hacemos, en situaciones y sobre materiales diferentes, el mismo tipo de esfuerzo por conjugar instrumentalidad e identidad”.

Así entonces no hace falta adoptar aspectos inherentes del otro para poder reconocerlo como parte de una sociedad en común, pudiendo estar consciente de que no existe forma de propiciar la idea de un sujeto de características universales, pero de cierta manera predisponer el criterio individual a la noción de una perspectiva diferente.

Dentro de una organización es notorio el choque cultural que existe por las diferentes categorías de empleados que posea, en donde por lo general se hace un claro intento de nivelar lo que el grupo o la mayoría tengan en común en un intento de alcanzar popularidad como rasgo de un liderazgo ineficiente.

Sin embargo no se lleva a cabo el ejercicio de reconocimiento recíproco 360° que necesita cualquier modelo para poder ser puesto en funcionamiento con efectividad, debiendo ser consideradas las diferencias como lo único realmente certero entre todos los seres humano, “el reconocimiento del Otro como semejante tendría que ver con su aceptación como radicalmente diferente” (Ytarte, 2007, 78).

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