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Aportes de la Terapia Ocupacional hacia un Chile igualitario y con identidad..

A.A.H.SEnsayo29 de Marzo de 2017

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23 de Noviembre, 2016.[pic 1]

Aportes de la Terapia Ocupacional hacia un Chile igualitario y con identidad.

Geraldine Ansorena G.

Yasna Durán C.

Alison Hurtado S.

Fernanda Smith S.

Sabemos que en Chile y en gran parte de Latinoamérica existe una desigualdad social preocupante, no sólo en temas económicos, sino también en ámbitos de salud, educación, seguridad, trabajo, etc.

Un estudio publicado por la Universidad de Chile (López, Figueroa & Gutiérrez, 2013) revela que somos el país número uno del mundo en cuanto a desigualdad se trata. Esta investigación se basó en datos obtenidos por el Servicio de Impuestos Internos. Pero, ¿cuáles son los factores que llevan a esta gran brecha de desigualdad? El estudio mencionado, alude a que la distribución de dinero del país se encuentra mayoritariamente en el 1% más rico (o incluso el 0,1% o 0,01% más rico), pues estos obtienen más del 30% de ingresos de nuestro territorio. Una encuesta enfocada en los niños de primera infancia, expone que la desigualdad para ellos empieza desde la sala cuna, con la diferencia de posibilidad de que sean o no sean niños estimulados cognitivamente (Periódico Cambio21, 2013). Otro de los factores que conlleva a la desigualdad, es el alto valor de los aranceles en las Universidades de Chile, que según un artículo del Diario el País de España, son lo segundos más caros del mundo, lo que fomenta el endeudamiento y así la pobreza de las familias chilenas. (Délano, 2011)

Podríamos seguir nombrando estudios y factores que manifiestan este problema de desigualdad, pero pareciera ser que la mayoría de estos se deben a una segregación de la sociedad en que vivimos, en donde se distinguen como opuestos o antagónicos  conceptos de individuo y sociedad, los cuales (como veremos más adelante)  se entrecruzan y debieran ser parte de un todo en la psicología social.

Al respecto, un autor define la psicología social como una ciencia que estudia los vínculos interpersonales, destacando al individuo, al grupo y a la institución como distintas dimensiones de investigación. Indica que esta ciencia se sitúa en “la relación entre la estructura social y la configuración del mundo interno del sujeto” (Pichon-Riviére, 1985).

Sin embargo, cuando hablamos de Psicología Social, pareciera ser que definieramos estos dos conceptos como si fueran totalmente distintos, como si se pudiese hablar de Psicología sin hablar de Socialismo, o viceversa; como si estos fueran conceptos excluyentes (Soto, 2001). Así mismo hablamos de elementos como amor y odio, alegría y tristeza, claridad y oscuridad e individual y social, como antagónicos. Estos últimos dos nos conciernen para hablar de inclusión, que tiene como definición toda acción o actitud que pretende integrar a las personas en la sociedad (Definición, s.f). Bajo esta definición, ¿como podríamos fijar un límite entre lo social y lo individual? Nos encontramos con puntos intermedios que los incluyen a ambos, por lo que no podemos hablar de uno sin incluir al otro.

Nava Flores (2009) plantea que: “El sujeto no existe si no hay sociedad y no existe sociedad si no existen sujetos”. La sociedad crea a los individuos, todos los seres humanos vamos construyendo nuestra manera de pensar según las experiencias que vamos adquiriendo influenciadas por las interacciones y las relaciones sociales con el entorno.

Nuestros padres nos crían de una manera determinada en nuestra primera etapa de la vida según sus experiencias y enseñanzas, pero llega un momento en el que debemos pasar de la dependencia a la independencia y es allí donde comenzamos a identificarnos en la sociedad y a seguir ciertas reglas de acuerdo a la cultura en la que estamos inmersos.

Por lo tanto lo social no puede excluirse de lo individual, ya que debemos tomar en cuenta la interrelación entre estas estructuras (Flores, 2009). La sociedad es “Sociedad” porque hay individuos que existen ella que la hacen real, y dentro de esta es donde el individuo se desarrolla, crea vínculos y se identifica. El hombre es un ser social por naturaleza, que necesita de la interacción con otros para sobrevivir, necesita de la ayuda de la sociedad para desempeñar una tarea, cuando interactúa entrega y recibe información, de la que èl mismo se va educando y siendo capaz de apreciar aquello que le servirá o no para su desarrollo como individuo.

Serge moscovici, (s.f) plantea que: “La influencia social consiste en que un individuo sometido a la presión de una autoridad o de un grupo adopte las opiniones y conductas de dicha autoridad o grupo…” (pág 5). La influencia social es un proceso psicológico donde una persona intenta influir en los comportamientos y actitudes de otros. trata de persuadir y convencer a la persona de realizar una actividad determinada sólo porque una persona influyente o con autoridad sobre uno lo dice.

Con respecto a esta y otras definiciones entregadas por distintos autores, es importante mencionar que la psicología social nace con un movimiento cultural denominado modernismo, debido a diversos cambios en ámbitos sociales, políticos y económicos que inciden en la configuración de la subjetividad, en la concepción del hombre como lo define en su publicaciòn Pichon-Rivière (1972): “Ser de necesidades que sólo se satisfacen socialmente, en relaciones que lo determinan. El sujeto no es sólo un sujeto relacionado. Es sujeto producido en una praxis.Nada hay en él que no sea la resultante de la interrelación entre individuos, grupos y clases”  (p.2). Es decir, el individuo tiene un carácter de ser complejo que implica un análisis de su conducta, vínculos, su hacer y su representación en el mundo.

Es así como a raíz de una serie de cambios sociales y económicos surge el concepto de globalización, un fenòmeno creciente de concentración de poder y riqueza que supone “el fin de la historia” e inevitablemente nos lleva a un deterioro inminente de nuestro pensamiento abstracto, atrapado por la imagen y por el desarrollo tecnológico. Sin embargo, a consecuencia  de este mismo planteamiento, podemos compartir un sueño: querer abordar la globalización como una oportunidad de innovar e ir más allá de los asuntos que sólo atañen la economía, de manera que ésta permita que los frutos del desarrollo y los avances tecnológicos se traduzcan en beneficios directos a la calidad de vida y la participación social de las personas en general, abordando de esta forma criterios de salud que requieren  indagar en las posibilidades del sujeto para realizar una acción transformadora, una adaptación activa de la realidad que tenga en cuenta necesidades, condiciones concretas, potencialidades, etc.

Asimismo, por consecuencia de todos estos cambios en respuesta a la globalizaciòn,  surge la noción de posmodernismo, movimiento cultural  en el que gran parte de la sociedad está intentando recuperar un rango esencial de identidad, el de ser protagonistas de ésta y la historia. Se instaura paulatinamente una sociedad abierta y plural que tiene en cuenta deseos personales, aumenta la libertad de elección y multiplica las oportunidades y la oferta (Quiroga,1998)

Por lo tanto, podemos decir que Quiroga (1998) afirma que: “Se exalta como valor supremo la realización personal y la autonomía, a la vez que el derecho a la singularidad y las diferencias, al gozo de la vida en un mundo de placer y logros” (p.7)

Siguiendo con estos planteamientos entregados por la corriente posmodernista, el principal objetivo que debería inquietarnos como país en la actualidad es el de construir una sociedad que cuente con sistemas de protección social que resuelvan las necesidades de todas las personas, incluidas aquellas con capacidades diferentes.

La Terapia Ocupacional como solución al problema de individualismo y desigualdad.  

Es de carácter consensual que la carrera de Terapia Ocupacional (TO)  es una disciplina que está recién comenzando su desarrollo, empezó a ser impartida en Chile desde 1963, por este mismo motivo es que el trabajo de un Terapeuta Ocupacional aún es desconocido por una gran parte de la población, tanto a nivel mundial como nacional. La TO según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es “el conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, favorece la restauración de la función, suple los déficit invalidantes y valora los supuestos comportamentales y su significación profunda para conseguir la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos sus aspectos: laboral, mental, físico y social”. Por lo tanto, es una carrera de carácter holístico, la cual integra varias disciplinas, como ciencias biológicas, artes y humanidades, ciencias aplicadas, tecnología e ingeniería en el caso de prótesis, órtesis y ayudas técnicas y por sobre todo está estrechamente relacionada con las ciencias psicológicas como la sociología y psicología social, ya que al ser una práctica directamente relacionada con el cliente, ya sea un individuo o comunidades, de inmediato adquiere un carácter social indiscutible. Es más, recientemente se trabaja sobre la idea de la emergencia de un nuevo paradigma de la ocupación: el social. Este cambio epistemológico, supondría dejar de ver el fenómeno de la ocupación como algo individual, para comprenderlo en una dimensión sistémica, compleja, que incluye lo económico, lo político, sanitario, cultural, social, en coherencia con la justicia y el bienestar de comunidades (Morrison, Olivares, Vidal, 2011). Cabe destacar que la herramienta fundamental utilizada por el terapeuta para alcanzar los objetivos, es la ocupación. Entonces deberemos entender la ocupación  como el fin o el medio a través del cual los seres humanos mantenemos salud, bienestar, función (Muñoz, 2014). Asimismo, debiera resultarnos un imperativo considerar las necesidades socioeconómicas básicas de alimentación, vivienda, salud, educación, vestuario y ocupación en estrecha relación con las necesidades psicosociales básicas: Autoestima, seguridad, pertenencia e identidad (Gissi, 1987).

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