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Ayes finales para los enemigos de la paz con Dios


Enviado por   •  28 de Junio de 2017  •  Prácticas o problemas  •  8.668 Palabras (35 Páginas)  •  268 Visitas

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Ayes finales para los enemigos de la paz con Dios

“El segundo ay pasó. ¡Miren! El tercer ay viene pronto.”—Rev. 11:14.

LA CIENCIA moderna se ve cada vez más obligada a reconocer cierta realidad crítica y perturbadora. ¿Cuál es ésta? La realidad de que el hombre no está en paz ni con las obras de la creación ni con las fuerzas que funciona por toda la creación.

2 Este hecho significa que el hombre en realidad está en guerra con lo que los científicos llaman “la naturaleza.” Por el término “naturaleza” quieren decir “el mundo material, especialmente según éste rodea al hombre y existe independientemente de sus actividades”; también, “la suma total de las fuerzas que funcionan por todo el universo.” (The American College Dictionary) Por largo tiempo los científicos han hecho una deidad de “la naturaleza.” Hasta la llaman “la Madre Naturaleza.” Así, hacen de “la naturaleza” una diosa, puesto que afirman que ella es responsable por el hombre y su ambiente. Se supone que ella suministra estas cosas y pone en función las leyes vitales que las gobiernan. Considerado desde tal punto de vista de los científicos, el hombre no está en paz con esta diosa, sino que, como única alternativa, el hombre está en guerra con esta diosa.

3 ¡Cuánto se parece esto a la manera en que los paganos antiguos adoraban las varias fuerzas y operaciones de “la naturaleza” como dioses y diosas, hasta deificando el Sol, la Luna, las estrellas y la Tierra! Cuando los científicos modernos hacen una diosa de lo que ellos llaman “la naturaleza,” esto hace que las personas pensadoras pregunten: “¿Existió siempre la Naturaleza? O, ¿Se creó a sí misma la Naturaleza?” ¡Pero cuán imposible es eso! El diseño y la armonía universales y los movimientos de la llamada “naturaleza” son argumentos a favor de, sí, exigen, un Creador inteligente y poseedor de vista, un solo Diseñador y Controlador de toda la creación. Este solo Creador es Dios. Comenzando con el principio de las cosas, las palabras de apertura de La Santa Biblia muestran un buen sentido de orden y dicen: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”—Gén. 1:1.

4 De este hecho razonablemente se desprende, pues, que, por no estar en paz con “la naturaleza,” el hombre moderno no está en paz con Dios, porque Dios es el Creador de “la naturaleza.” Este hecho hace grave el asunto.

5 ¿Cómo puede el hombre estar en paz con su Creador cuando está arruinando su medio natural, su ambiente terrestre, en el cual vive, y así está apresurando su propia destrucción? También está arruinando el clima moral en el cual debe vivir la humanidad, y está segando un aumento en la delincuencia y en el relajamiento de la moralidad. Es muy apropiado que el hombre se aparte de las enseñanzas religiosas falsas, pero al mismo tiempo equivocadamente se vuelve a un tipo de pensamiento y enseñanza del día moderno que falsamente se llama “ciencia,” porque “ciencia” fundamentalmente significa “conocimiento,” es decir, un conocimiento verdadero. (1 Tim. 6:20, 21) Así, él está arruinando su entendimiento de la verdad y destruyendo su aprecio del Libro de la Verdad, La Santa Biblia, las Sagradas Escrituras. Se está oponiendo a Jesucristo, porque este Hijo de Dios dijo acerca de la Palabra de Dios: “Tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17) Respecto a estas cosas, también, y no solo con relación a su medio natural, el hombre encuentra que no está en paz con Dios, porque el Dios vivo y verdadero es un Dios de buena moralidad y de la verdad.—Sal. 31:5; 117:2.

6 Muy evidentemente, pues, la salvación eterna de los hombres depende de que vuelvan a estar en paz con Dios. De hecho, esto es precisamente lo que el Creador del hombre desea, porque él sabe que el que la humanidad guerree contra él significa la destrucción completa de la humanidad. Porque sabe que la humanidad necesita reconciliarse con él por medio de su intermediario Jesucristo, él ha enviado fieles seguidores de Cristo para suplicar a la humanidad alejada, diciendo: “Como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios.’”—2 Cor. 5:20.

7 Pero, tal como hace diecinueve siglos en los días de los doce apóstoles de Jesucristo hubo enemigos de que el hombre adquiriera paz con Dios por medio de Cristo, así los hay hoy día. Es extraño, pero los enemigos más esforzados de la paz con Dios hoy día son seguidores hipócritas de Jesucristo, cristianos así llamados, particularmente el clero religioso de éstos, católico, ortodoxo y protestante, quienes van a la cabeza en esta hostilidad a la paz con Dios sobre base apropiada. Y sin embargo, allá en los días de los apóstoles de Cristo, fueron los que componían su propio pueblo quienes, aunque alegaban ser todavía el pueblo escogido de Jehová Dios, fueron los más enconados enemigos de la paz con Dios.

8 El llamado mundo cristiano, o la cristiandad, es el sistema religioso más populoso de la Tierra hoy. Aproximadamente compone la tercera parte del mundo, porque la población del mundo hoy día se calcula en 3.420.000.000 de personas, mientras que la cristiandad se compone de 977.383.000 personas que afirman ser cristianas. Debido a que los testigos cristianos de Jehová se mantienen estrictamente separados de la cristiandad, el clero religioso de todas las sectas los han tildado de no ser cristianos. Molesta a estos clérigos el hecho de que los que componen este grupo minoritario de los testigos cristianos de Jehová han salido principalmente de las sectas religiosas de la cristiandad más bien que principalmente del paganismo. Por lo tanto, por décadas la controversia ha sido: ¿Quiénes son los verdaderos cristianos ordenados por Dios? ¿Quiénes están predicando el verdadero reino de Dios? ¿Los testigos de Jehová o los sectarios religiosos de la cristiandad? ¿Por qué regla puede resolverse la controversia? Por la regla establecida por Jesucristo, cuando advirtió en contra de cristianos falsos e hipócritas, diciendo: “Realmente, pues, por sus frutos reconocerán a aquellos hombres.”—Mat. 7:20.

9 Los testigos de Jehová han dado gran énfasis a la profecía de Jesús acerca de la señal del fin de este sistema de cosas, a saber: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) Además de usar bocinas de equipo sonoro o altavoces, han usado todos los medios modernos de publicidad, por la página impresa y por el sonido de la voz, para esparcir el mensaje del Reino por todo el mundo. Esta predicación de las buenas nuevas del reino de Dios ha incluido la declaración del “día de la venganza de parte de nuestro Dios,” la venganza divina con la cual les viene el fin a los enemigos de las buenas nuevas. (Isa. 61:1, 2) Contrario a lo que se podría esperar de persona que afirman ser cristianas, es predicación del reino de Dios le ha sido motivo de gran objeción a la cristiandad, y no solo a los elementos radicales que creen en gobiernos materialistas ateos como los del socialismo y el comunismo. Tanto a la cristiandad como a los elementos radicales la predicación de la venganza de Dios ha sido devastadora y dolorosa como los efectos producidos por ángeles celestiales que hicieran sonar fuertes trompetas, según se les describe en los capítulos ocho al once inclusive de Revelación.

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