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COMO SE DA EL DERECHO DE LA SOCIEDAD AL PRINCIPIO DE REPARACIÓN INTEGRAL


Enviado por   •  24 de Enero de 2018  •  Ensayos  •  1.834 Palabras (8 Páginas)  •  163 Visitas

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EL DERECHO DE LA SOCIEDAD AL PRINCIPIO DE REPARACIÓN INTEGRAL

Normalmente los seres humanos manejamos la teoría del delito desde la óptica de que existe un victimario y una víctima; estereotipo que se ha desarrollado desde tiempos ancestrales enquistándose en la sociedad y en la memoria genética del común de los mortales. Refiriéndonos al ámbito de la violencia intrafamiliar y de género; el estereotipo de malos y buenos aumenta considerablemente. Muy puesto de moda este asunto de connotación socio-jurídica en los países en los que nos encontramos en vías de desarrollo; es mi intención no recurrir a pensamientos ajenos, pre-concebidos y ya desarrollados que redirigirían la autonomía de pensamiento que sin ser anarquista supone una individualidad clara y precisa.

No se puede estar de acuerdo con la existencia de ilícitos de violencia intrafamiliar y de género; tampoco se puede estar de acuerdo en desarrollar teorías de Derecho que castigan, oprimen y atacan los problemas ya suscitados en una sociedad, sin prestar la más mínima atención a la fuente de los mismos tratando de irradiar preocupación excesiva en los efectos de una sociedad degenerada por la pobreza, la ignorancia, la deshumanización del ser humano y la sociopatización de la violencia al punto de tener contacto diario en noticieros, redes sociales y en las calles con la violencia como fuente de rating para quienes buscan notoriedad en la difusión del dolor y la demencia colectiva con la que perdimos un norte que nunca estuvo claro ni en la conquista ni ahora que estamos desconquistados y “soberanos”

¿Reparación Integral?; la concibo como perfección social, mundo perfecto, paraíso terrenal o evolución cuántica hacia un ideal del Dios en el que las religiones nos perdieron. Nuestra legislación, al igual que muchas otras dio reciente nacimiento a la reparación integral concebida como un derecho de la víctima y una obligación del victimario en la cual las banalidades de derecho o pena apenas encuentran cabida frente a la realidad palpable, vívida y queloidea de quien forma parte de la violencia intrafamiliar o de género. Sino ubiquémonos por dos minutos en la mente de aquel niño que llegó de la escuela, luego de no haber podido almorzar salió a vender caramelos en la calle a sus escasos ocho años, miró a sus vecinos de barrio hacer lo mismo y a la hora de la tarde llegó nuevamente a casa donde su madre le espera para pasar cuentas del dinero conseguido, salir a la tienda a fiar la mitad del arroz que comprarían para la cena de esa noche, esperar a su padre que al no encontrar trabajo en el escaso sector de la construcción aceptó una copa de manos del Juan que a la entrada del barrio estaba chupando con los amigos; llega a su casa que por siete años está en obra gris y tablas a escuchar los lamentos de una madre desesperada por ver las ollas vacías, comienzan los gritos y en la televisión dijeron que eso también es violencia, así que hay que llamar a la policía para que intervenga y se lleve al violento cabeza de hogar que no conforme con no cumplir sus obligaciones de padre llega a gritar y violentar psicológicamente a su familia. Se observa la impotencia de un padre sin trabajo; la mirada de una madre a sus hijos que lloran desesperados al ver que su papá se va esposado en un patrullero; la merienda fría que es un plato de arroz vacío. Mañana hay que levantarse temprano para ir a la escuela y desayunar lo que les den ahí, la mamá busca a su esposo en prevención y ambos con resentimientos enquistados prefieren olvidar el tema por ahora y ver lo que pasa la otra semana. La semilla de la violencia ya fue sembrada y para ese niño que sonreía desde su estómago cuando sus padres le hacían cosquillas los viernes en la noche luego de cobrada la semana de jornal y hechas las compras de la comida, cuando había trabajo, esa sonrisa ya no volverá. ¿Reparación integral?; ¿Derecho o Pena?; meras quimeras que no existen en el ejercicio diario de la vida de quienes son violentos porque no conocieron otra cosa y de quienes se lamen las heridas porque dejaron de ser íntegros cuando la pobreza les arrebató la vida y la violencia les entregó el padecimiento.

Entiendo que se trata de un ensayo jurídico y que sobre el tema se debe hacer el análisis hacia la excelencia de los abogados ecuatorianos; por ello se debe mencionar la Reparación Integral como institución jurídica del Derecho contemporáneo en la que, la compensación obligatoria a la lesión del derecho ajeno está normada desde el momento mismo en que nació el acto punible tratando de devolver a la víctima o víctimas a la situación anterior; y, sin considerar ni por un solo minuto que la reparación integral está mal llamada, que lo que existe en realidad es un principio de reparación integral que busca una situación ideal como derecho a la víctima mas no como una solución a un problema social. No basta con el encierro del violento y colorín colorado la historia ha acabado; la familia es la célula madre de la sociedad, si su adn está mutado tendremos sociedades mutantes o por decir lo menos mutiladas, indolentes, sociópatas que buscarán en el término indemnización un comodín para ocultar con billetes la tristeza que se genera de saber que las cosas no están bien, que nunca volverán a ser como antes y que cada caso de violencia intrafamiliar o de género es un grano de sal puesto en el salero de una gran mesa con millones de invitados.

Desde niño, cuando he escuchado el término “reparación”, salta a mi mente arreglar algo que está dañado; un motor dañado lo repara un mecánico; un techo dañado

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