Como se da el Rol de China en la geopolítica del siglo XXI
Mariana BelisarioDocumentos de Investigación29 de Enero de 2018
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Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Escuela de Estudios Internacionales
Preseminario
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Integrantes:
Fernando Blanco Arellano Nayré C.I: 26.761.004
Belisario Mercedes C.I: 27.300.269
Caracas, octubre de 2017[pic 2]
Introducción
El siglo XXI ha traído consigo nuevos fenómenos que pueden alterar la estructura de la escena internacional y la jerarquía entre las potencias que interactúan para consolidar cuotas de poder o esferas de influencia en el mundo. China en los últimos años ha concentrado poder mediante el comercio, el gasto militar y el incremento poblacional, dotándole de liderazgo y posicionamiento global.
La presente investigación discernirá sobre el rol de China como potencia emergente en el orden internacional del siglo XXI, siendo este un acontecimiento relevante durante las últimas décadas. El objetivo de este trabajo radica en analizar los factores que han generado el ascenso del país asiático y el impacto que representa este para la hegemonía de Estados Unidos (EE.UU), la redistribución de poder del sistema internacional, las instituciones y sus normas en caso de darse una transición de poder.
El vertiginoso crecimiento de China se debe comprender en el marco de una serie de hechos que se suscitaron durante la Revolución Comunista y la Guerra Fría (específicamente en la década de los setenta) bajo la administración de Xiaoping, donde se implementaron un conjunto de reformas económicas y culturales con el objetivo de proyectar al país en la nueva dinámica mundial tras la caída del bloque soviético. El orden internacional creado en los años noventa trajo consigo nuevos fenómenos como la globalización, la tecnología, el libre comercio y la informática, que sentaron las bases para la profundización de un mundo más liberal y occidental.
El país oriental debió responder ante estos desafíos para recobrar protagonismo y centró sus esfuerzos en abrir su economía al resto del mundo para atraer inversiones y capitales que potenciaran su crecimiento económico. Para ello dispuso de una política económica caracterizada por un modelo de economía social de mercado que mantuviera la intervención estatal pero con la participación directa del sector privado. En materia de política exterior China mostró su interés en promover la diplomacia multilateral a través del soft power coincidiendo con la promoción de los valores culturales orientales y estrategias para el desarrollo.
Con respecto a la estructura del presente trabajo, el mismo está conformado por tres capítulos: un preámbulo, donde se muestra una investigación y análisis de los procesos de transición política, cultural y económica desde 1949 hasta el 2016, con la finalidad de entender los sucesos que llevaron a China a convertirse en la actual potencia emergente; un estado del arte, donde el objetivo radica en exponer al lector las diversas perspectivas de diferentes autores con respecto al ascenso de China, y un estado de la cuestión cuyo fin consiste en explicar los hechos a través de la teoría de la transición de poder aportada por Kenneth Organski, Robert Gilpin y Douglas Lemke.
El estudio de China en la actualidad es de gran importancia para las relaciones internacionales porque conlleva la discusión sobre si este país llegará a convertirse en una superpotencia y lo que implicará para el actual orden internacional, a su vez se plantea si el ascenso de este país será pacífico en el marco de las instituciones internacionales u ocasionará un nuevo ciclo hegemónico a través de una guerra con consecuencias impredecibles. Es por ello que esta coyuntura en pleno desarrollo trae consigo una serie de complejidades que deberán ser analizadas a profundidad por los internacionalistas.
Preámbulo
La dinámica mundial del siglo XXI se ha caracterizado por el desarrollo de fenómenos en distintos ámbitos: económico, político y social, en la toma de decisiones y acciones que son capaces de convertir a un país en una potencia mundial.
La historia de China relata momentos humillantes para su población, tal como afirma Revolución (2008) “Durante cientos de años las potencias extranjeras coloniales invadieron y dividieron a China. La mayoría de la población de China fueron campesinos sin tierra, obligados a trabajar para los grandes terratenientes. Padecieron endeudamiento, pobreza, hambre y enfermedades constantes. Los padres de familia vendieron a sus hijos porque no podían darles de comer. En las calles de la ciudad de Shanghai recogieron hasta 25.000 cuerpos al año. Apresaron a cientos de miles de personas y las obligaron a trabajar como peones en las plantaciones y las minas por todo el mundo. Los británicos inundaron a China de opio, convirtiendo a más de 60 millones de chinos en adictos, mientras los capitalistas extranjeros se enriquecieron de este comercio de drogas. Mao Tsetung y el Partido Comunista de China dirigieron al pueblo chino en 20 años de lucha armada contra todo esto. En 1949 la revolución tomó el poder y expulsó al colonialismo extranjero. Derrocó a los terratenientes feudales y a los grandes capitalistas. Estableció un nuevo gobierno socialista.”
A partir de allí se logra el establecimiento de la República de China, sin embargo, Mao ordenó la ejecución de todas las personas que pusieran en peligro el desarrollo revolucionario, provocando la muerte y castigo de miles de personas, en este sentido “Resulta casi imposible ofrecer cifras acerca de lo que supuso el terror revolucionario. Se ha llegado a elevar hasta a cinco millones el número de ejecuciones, mientras que unos diez millones permanecerían en los campos de trabajo o en las prisiones” (González, 2011).
No obstante, durante este gobierno es importante destacar dos grandes acontecimientos: “El Gran Salto Adelante” sobre este importante suceso Mirsky (2009) lo define como una campaña de medidas económicas, sociales y políticas implantadas entre 1958 y 1961, buscando transformar la economía agraria que había en ese momento a una sociedad comunista a través de la rápida industrialización y colectivización. Esta campaña trajo como consecuencia la Gran Hambruna China que, según estimaciones provocó la muerte de entre 18.000.000 y 32.500.000 personas. Y “La Revolución Cultural” sobre esta importante escenario Sweezy y Bettleheim (1974) expresan el punto de vista que tenían los dirigentes del Partido Comunista sobre esta campaña la cual solo buscaba “paliar el llamado divorcio entre las masas y el partido” extendiéndose desde 1966 hasta 1976, sin embargo el propósito real de esta campaña integrada por el movimiento estudiantil comandado por Mao, era desprestigiar a los partidarios del camino capitalista y crear una imagen de respeto y poder sobre la revolución.
Con la muerte de Mao Tsetung, en 1976, los reformistas toman el poder, en el año 1978 se implementaron las reformas de Deng Xiaoping (agricultura, industria, ciencia y tecnología y defensa). y crearon una economía capitalista con un control autoritario y centralizado, acontecimiento que marcó un antes y un después, tal como afirma El Universal (2015) “Gracias a la política económica reformista establecida por Xiaoping a finales de los setenta, China se transformó en un poder económico mundial. Con un crecimiento promedio anual de 10% durante treinta años, logró convertirse en la segunda economía del mundo, y el mayor exportador a Estados Unidos”. Es por ello, que esta investigación tiene como objetivo analizar el rol de China como potencia emergente en el orden internacional del siglo XXI durante los años 2015 – 2016.
Pudiendo de esta manera decir que China, es el mayor exportador a nivel mundial, por tanto, su economía ejerce una gran influencia en las relaciones comerciales de otros países, como es el ejemplo de Venezuela y Estados Unidos.
La República Popular de China posee numerosos puntos a favor, entre los que se destacan el hecho de ser el país más poblado del mundo, el tercero más grande en cuanto a extensión territorial y ha experimentado uno de los crecimientos económicos más altos durante los últimos años. Además, este país posee un rol protagónico en cuanto a las relaciones internacionales, al ser uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde adopta una posición pacifica apostando por el dialogo antes que la confrontación, fundamentando que el desarrollo es la principal causa de muchos problemas. La pobreza, el hambre y la desigualdad social son problemas que viven los países con falta de desarrollo, mientras que un país desarrollado, brinda a su población un mayor grado de comodidad y por tanto de paz, es por ello que el representante Chino ante la ONU Li Keqiang exhorta todas las naciones a trabajar en conjunto con la finalidad de globalizar el desarrollo, y ayudar a países más pobres.
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