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Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia


Enviado por   •  28 de Julio de 2020  •  Documentos de Investigación  •  1.682 Palabras (7 Páginas)  •  167 Visitas

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  El conocimiento como tal tiene un fuerte lazo con nuestra cultura occidental, acaparados por razonamientos que parten de una idea eurocéntrica. Ahora bien, si todo lo que sabemos tiene consonancia, hay que poner en tela de juicio que detalles se omitieron desde otras posturas.

  Se puede mencionar el capitalismo como uno de los sistemas dominantes de nuestra realidad que cada día evoluciona y fija más parámetros individuales, donde nos incita a resguardamos bajo el nombre de un estado, pero es el mismo que hace abuso de los recursos. Por otro lado, somos libre de manejarnos económicamente, aunque solo beneficia a aquellos que saben moverse dentro de los márgenes legales de la ley, ante todo nos encontramos con posibilidades individuales que exaltan la desigualdad y el sustento propio antes que el colectivo; una realidad donde pensamos que podemos comprar todo como si se tratase de un monopoly (a fin de cuentas, solo queda en el pensamiento que estamos explotando nuestro mundo).

  Ante tales indiferencias que sufrimos por conservar estos modelos “réplicas”, que no fomentan respuestas a nuestras acciones cotidianas, logramos generar más opresión hacia nosotros mismos. Allí llega la impronta de priorizar ideas epistemológicas del sur que respondan o den prioridad a contextos propios y afines de cualquier parte geográfica, cabe aclarar que las epistemologías del sur nacen en pos de la otra y valoran las idea que quedan acalladas por las dominantes.

  La validación del conocimiento en general es un tema interesante a tratar, ya que si lo comparamos con el capitalismo ya mencionado ¿por qué no podemos poner al método científico a revisión? Se podría decir que el método científico es el norte en este caso, el dominante en una relación que no tiene que ser el protagonista en todas las realidades o por lo menos bajo los mismos términos.

  Las epistemologías del norte radican en la observación sistemática, por medio de la contratación de la experimentación, como a su vez en la adquisición de saberes que no incluyan ideas en base a metodologías religiosas. Por otra parte, las epistemologías del sur se mueven en la crítica interna de un pensamiento alternativo de las alternativas.

  El norte global representar al mundo como propio (nos subordinamos ante los poderosos) y lo transforma de acuerdo a sus propias necesidades. Por ende, tenemos que recuperar los conocimientos suprimidos, (sociología de las ausencias) pero el conocimiento mundial supera a la compresión occidental, como a su vez la necesidad de encontrar resultados que fluctúen con el método científico.

  Necesitamos una realidad en donde coexistan sitios policéntricos de aprendizaje y desaprendizaje que fortalezcan las luchas contra las formas modernas de dominación. Las experiencias de las luchas de la libertad enriquecen la perspectiva global sobre luchas actuales y futuras.

 La autorreflexividad en el norte debe estar centrada en la idea y en el valor de la diversidad, (maneras de saber y ser) incluyendo la reflexión sobre la experiencia no occidental. En el sur, la autorreflexividad debe centrarse en el mundo como propio.  Se tiene que confrontar la línea abisal, no hay unos y otros, (la historias no la hacen solo los vencedores) somos todos. Los conocimientos escritos deben ser oralizados para tener un mayor panorama de lectura que solo llegan a unos pocos.

Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia:

   Vivimos tiempos de desasosiego, producto de la desorientación de los mapas cognitivos,  sociales y de interacción. Los nuevos mapas  son apenas líneas tenues.  

La razón indolente: si lo que sucede, o sucederá es independiente de lo que hagamos, es mejor  no hacer nada.  La razón indolente desiste de pensar, ante la necesidad  y el fatalismo.

En el libro la razón indolente se ve desde dos perspectivas:

La razón que no se cuestiona porque se imagina  incondicionalmente libre, y por tanto no tiene necesidad de probar su libertad; bloqueada por la impotencia auto infligida.  La experiencia  de la razón indolente es una experiencia  limitada, la crítica desde la razón indolente es limitada, como limitado es el mundo que pretende fundar.  La crítica  a la razón  indolente es también una denuncia  al desperdicio de la experiencia.

- Epistemología de las estatuas

Cuando miran hacia los  pies: la ciencia  y el derecho en la transición paradigmática

   La sociedad se refleja en sus espejos: religión, el derecho, la educación, la información  y la tradición.

   Los espejos de la sociedad tienen  vida propia, y por tanto pueden alternar su funcionalidad en tanto que espejos. El espejo puede cambiar, ya no es  reflejo de la sociedad, sino que pretende que la sociedad sea su reflejo.  El espejo pasa a ser súper sujeto, pasa de ser un espejo  a una estatua imperial e inescrutable.  Cuando esto sucede la sociedad  entra en una crisis, crisis de la conciencia especular: la sociedad, aterrorizada no se ve reflejada en  nada, por otro lado, está bajo  el escrutinio de la estatua.

   Dos espejos  que son estatuas son la ciencia y el derecho, producto de un  proceso histórico en el cual se combinó el paradigma de la modernidad  occidental y del capitalismo.  El análisis  es necesario no para derribar estatuas sino para superar la crisis especular.

  Hay que  tener claro que el paradigma de la modernidad occidental y del capitalismo son autónomos. El primero surge entre los siglos XVI y finales del XVIII, antes que el capitalismo industrial fuese dominante en los actuales países centrales.  A partir de ahí convergen y se cruzan.  “La modernidad no presuponía el capitalismo como modo de producción”.

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