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Cultura y saberes andinos

carloslimarivaMonografía16 de Marzo de 2017

4.032 Palabras (17 Páginas)467 Visitas

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Fragmentos del libro:

Rodríguez Ibáñez, Mario. “La Construcción Colectiva del Conocimiento en la Educación

Popular: Desafíos actuales en contextos culturales andino-bolivianos", PROCEPCENPROTAC-

CEAAL-MEPB, 1997.

2.2. LA(S) CULTURA(S) ANDINA(S)

Recordemos que el tema cultural es una presencia permanente en las reflexiones y

prácticas del PROCEP, de sus múltiples posibles entradas destaca la importancia que

se le da a las culturas andinas. Para el desarrollo de la tesis, se hace necesario

mencionar algunas de las características propias de la cultura andina que constituyen

sus peculiaridades y su "nosotros".

En los diversos trabajos del PROCEP, encontramos elementos sueltos que nos

ayudarían -aunque con mucha dificultad- a tratar de componer lo que se entiende por

cultura andina. Es notable que, siendo que el PROCEP elaboraba hasta 1993

documentos de estudio para los talleres de formación de educadores, no exista ningún

documento que trate específicamente la "cosmovisión andina"; sólo un trabajo de

Teresa Alem presentado en el Encuentro de Procepistas de 1992, trata de organizar

estos elementos pero, de manera inicial.

A diferencia del punto referido a las concepciones de cultura, tanto en el de la cultura

andina como en el de la modernidad (siguiente punto), he preferido organizar la

redacción como marcos concepcionales; no se harán recuentos de los discursos del

PROCEP sobre estos temas, sino interpretaciones globales de lo andino y lo moderno.

La redacción del punto referido a lo andino será en base a mis propias vivencias, las

observaciones de mis cuadernos de campo, los diálogos con otros educadores y la

lectura de textos complementarios. Se trata de una visión personal, una explicación de

mi pertenencia a esa cultura al mismo tiempo que desde mi distancia como extraño en

la misma, no pretende ser una única explicación -sería demasiada pretensión- sino

una más entre tantas que existen. Avancemos, pues, en esta manera personal de

comprender la cultura andina, con sus insuficiencias y temores por atreverme a

abordar un mundo tan misterioso -para nosotros los extraños- y desafiante como el

andino.

Lo andino estuvo presente en nuestro continente mucho antes de la invasión

española, existen muchos historiadores que tratan de organizar ésta época a partir de

los relatos de cronistas, las huellas arqueológicas y la vida y relatos de la población

andina actual. Personalmente no entraré en ese debate, sino que trataré de señalar los

rasgos característicos de la cultura andina a través de su cosmovisión.

A pesar de lo anteriormente señalado, es importante resaltar cuatro elementos:

Primero, no existe una historia del "pensamiento" de los andinos, lo que hay es

estudios parciales que muestran algunos cambios producidos especialmente entre

antes y después de la invasión española1. Por lo que se optará por hacer un redondeo

de aquellas características que hoy son significativas para el andino y provienen de su

propio pasado.

Segundo, al no existir en la cosmovisión andina el tiempo histórico lineal, sino el

tiempo cíclico, no hay la necesidad de un recuento histórico secuencial sino la

detección de aquellos elementos sobresalientes de los ciclos de regeneración de la

vida. Aquí hay una opción metodológica que es, en definitiva, una opción cultural.

Tercero, las culturas andinas no se mantienen puras y aisladas del conjunto de otras

culturas existentes en el país. Durante siglos soportaron agresiones culturales a través

de los intentos homogeneizadores de la colonia (etnocidio, cristianización obligada,

etc.), el intento de formar Estados nacionales durante la independencia, la

escolarización monolingüe, la organización del espacio urbano, la radio y la televisión,

etc., que han dejado marcas en las culturas andinas. Los procesos de intercambio

1 Se puede ver, por ejemplo, los trabajos sobre la personalidad aymara y los mitos

pre-colombinos y post-colombinos que hace Fernando Montes Ruiz en "La máscara de

piedra", y las modificaciones en los "pobladores" de la aka pacha, manqha pacha y alax

pacha que nos muestra Juan Van Kessel en "Cuando arde el tiempo sagrado".

cultural, los préstamos, asimilaciones e imposiciones que se producen en esos

encuentros modifican las cosmovisiones andinas.

Los cambios en sus condiciones de vida y circunstancias, las modificaciones en el

paisaje y el uso del territorio, los ciclos propios de la naturaleza, etc., también son

factores que generan modificaciones en sus visiones y formas de vivir. Se trata de

culturas andinas en permanente re-creación y regeneración, pero que mantienen su

singularidad y peculiaridad respecto a otras culturas. A pesar de estos intercambios

culturales, lo "indio", en palabras de Zavaleta Mercado, es la "otredad" de lo

dominante en Bolivia, ahí radica la importancia de clarificar su singularidad.

Cuarto, la cultura andina ha dejado de ser exclusivamente campesina, su presencia

urbana es notable. Pero, gran parte de los referentes que se cuenta para comprender

la cosmovisión andina provienen de la vida campesina. Como dice Zavaleta Mercado,

la resistencia andina y su cierta impenetrabilidad es más evidente en la agricultura,

donde ha demostrado grandes fortalezas. Por ello, trataré de explicar la cosmovisión

andina tomando en cuenta lo urbano como re-creación de sus orígenes campesinos,

pero reconociendo que el énfasis central es campesino.

Veamos las características centrales, desde mi interpretación, de la cosmovisión

andina:

a. Es un mudo vivo, abierto a lo inesperado. En la cosmovisión andina todo

esta vivo: los humanos, las estrellas, los cerros, las piedras, los ríos, las plantas, la

tierra,... Todos tienen nombre, en una sola comunidad se puede encontrar, por

ejemplo, 14 nombres de vientos y cada uno tiene una "forma de ser" diferente. Van

Kessel cuenta, por ejemplo, que en varias zonas de la sierra sur peruana y la norte

chilena, los granizos, heladas y vientos son conocidos como personas con diferentes

nombres según la comunidad. Además, por ser personas2 vivas, todos tienen sexo,

2 El término persona es utilizado, en la presente tesis, para referirse a que todo

en el mundo andino es vivo (siente, habla, come, escucha, tiene carácter, etc.), animado

y es considerado como semejante (en tanto es otra persona aunque no sea humana).

hay piedras macho y hembra, hay vientos macho y hembra, hay lluvias macho y

hembra, etc.

Todo es vivo y, por tanto, todo tiene que alimentarse. Incluso la enfermedad o el

granizo (vistos por otros como tragedias), al ser percibidos como personas, también

tienen que comer. Es conocido que los andinos no tratan de aniquilar la enfermedad,

sino que la alimentan y la "despachan" para que se vaya a otro lado. Los rituales de

limpia en los que se cambia el cuerpo del enfermo por el de un conejo, una gallina o

un cuy, nos muestran claramente que hasta la enfermedad es viva y tiene que ser

alimentada como tal.

Una continuidad de esta característica puede ser observada en el carácter

"cachivachero" del mundo andino. En las ciudades, la gente de procedencia andina

tiende a guardarse todo y le cuesta desprenderse de cualquier "basura". En las ch'allas

se adornan los autos, las casas, las cosas nuevas del hogar, para que se sientan bien y

no se arruinen o destrocen. Hay una suerte de relación afectiva con las cosas que se

tiene, no hay sentido de desperdicio. Muchos explican esta actitud como un criterio de

austeridad propio de la pobreza, pero más bien se demuestra que el andino es abierto

a dar, lo que lleva a que mucha gente les critique porque dicen que no tienen para

comer, pero sí para gastar en fiestas. Es decir, la austeridad no es su forma de vida,

tampoco el derroche, sino el respeto a todas las formas de vida y la redistribución.

En un mundo vivo, la muerte no es cesación de la vida, sino una otra manera de vivir.

Por ello los muertos nos visitan permanentemente en los sueños, en los cruces de

camino, en las fiestas de Todos Santos (alma punchay o alma uru). En los rituales de

recuerdo del año de fallecimiento, se hace que la familia doliente exprese su dolor por

la pérdida pero, al mismo tiempo, que se alegre y haga fiesta para que el alma se vaya

y no se lleve otra gente. En Todos Santos se come, se bebe, se baila sobre las tumbas

de los difuntos, porque ese día ellos nos visitan. "El culto de la muerte significa para el

aymara la celebración de la vida nueva que surge de la muerte"3

3 Van Kessel, Juan, "Holocausto al progreso. Los aymarás de Tarapacá", hisbol,

"Un mundo así es necesariamente misterioso, impredicible y hasta caprichoso. Por

eso es que la cultura andina trata con familiaridad y soltura a lo inesperado, a lo

insólito, a lo contradictorio, sin repugnancia ni inhibición

...

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