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De La Dictadura A La Democracia

nosoychicharito26 de Octubre de 2012

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Hay unas cuantas ásperas realidades con respecto a esa

confianza en la intervención extranjera que habría que destacar aquí.

• Con frecuencia los estados extranjeros tolerarán, o ayudarán

inclusive, a la dictadura a fin de avanzar sus propios intereses

económicos o políticos.

• Los estados extranjeros podrían estar dispuestos a vender

al pueblo oprimido a cambio de otros objetivos, en lugar

de mantener las promesas que le hicieran de ayudarlo en

su liberación.

• Algunos estados extranjeros actuarán contra la dictadura, pero

sólo a fin de ganar para sí mismos el control económico, político

y militar del país.

• Los estados extranjeros podrían involucrarse activamente para

fines positivos sólo cuando hubiere un movimiento interno

que ya haya comenzado a sacudir la dictadura y logrado que

la atención internacional se enfoque sobre la índole brutal del

gobierno.

Por lo general, la causa principal que explica la existencia de las

dictaduras es la distribución interna del poder que existe en el país.

La población y la sociedad son demasiado débiles para causarle un

problema a la dictadura; la riqueza y el poder están concentrados

en muy pocas manos. Aunque las acciones internacionales

pueden beneficiar, o de alguna manera debilitar a las dictaduras, la

continuación de éstas depende primordialmente de factores internos.

Sin embargo, las presiones internacionales pueden ser muy

útiles cuando apoyan un poderoso movimiento de resistencia

interna. Entonces, por ejemplo, el boicot económico internacional,

los embargos, la ruptura de relaciones diplomáticas, la expulsión del

gobierno de organizaciones internacionales, la condena del mismo

por alguno de los cuerpos de las Naciones Unidas y otros pasos

semejantes, pueden contribuir grandemente. A pesar de todo,si no

existe un fuerte movimiento de resistencia interna, tales acciones por

parte de otros es poco probable que se den.

Encarando la dura verdad

La conclusión es dura. Cuando se quiere echar abajo una dictadura

con la mayor efectividad y al menor costo, hay que emprender estas

cuatro tareas:

• Se debe fortalecer a la población oprimida en su determinación de

luchar, en la confianza en sí misma y en sus aptitudes para resistir;

• Se debe fortalecer a los grupos sociales e instituciones

independientes del pueblo oprimido;

• Se debe crear una poderosa fuerza de resistencia interna; y

• Se debe desarrollar un amplio y concienzudo plan estratégico

global para la liberación, y ejecutarlo con destreza.

Una lucha de liberación es un tiempo en que el grupo que lucha

adquiere confianza en sí mismo y se fortalece internamente. Charles

Stewart Parnell, durante la campaña de huelga de los rentatarios en

Irlanda, 1879—1880, dijo:

No vale la pena confiar en el gobierno... Debéis confiar sólo en

vuestra propia determinación... Ayudaos a vosotros mismos apoyándoos

los unos a los otros… Fortaleced a los más débiles de entre vosotros...

Agrupaos y organizaos... y ganaréis...

Cuando hayais madurado las condiciones para que este asunto se

resuelva, entonces—y nunca antes de ese momento—se resolverá.4

Confrontada con una fuerza firme y confiada en sí misma, con una

estrategia concienzuda y de genuina solidez, la dictadura eventualmente

se desmoronará. Estos cuatro requisitos tendrán que ser de algún modo

satisfechos siquiera en un mínimo nivel.

Como lo indican estos argumentos, el liberarse de las dictaduras, en

última instancia, depende de la capacidad que la gente tenga de liberarse

a sí misma. Los casos antes mencionados en que el desafío político—o

la lucha noviolenta con fines políticos—ha tenido éxito, sugieren que sí

existen los medios para que la población se libere a sí misma, pero esta

opción no se ha ejercido plenamente. Examinaremos en detalle esta

alternativa en los próximos capítulos. Pero antes debemos contemplar el

tema de las negociaciones como medio para desmantelar las dictaduras.

4 Patrick Sarsfield O’Hegarty, A History of Ireland Under the Union, 1880-1922 (Una

Historia de Irlanda Bajo la Unión, 1880-1922) London: Methuen, 1952), pp. 490-491.

8 Gene Sharp

Dos

Los Peligros de las Negociaciones

Algunas personas, cuando tienen que enfrentarse a los severos

problemas de combatir una dictadura, se echan para atrás, y caen

en una sumisión pasiva (como lo vimos en el Capítulo Uno). Otras,

como no ven posibilidad alguna de alcanzar la democracia, pueden

llegar a la conclusión de que deben buscar un arreglo con la dictadura,

con la esperanza de que mediante la “conciliación”, el “compromiso”

y las “negociaciones”, podrán atraer a algunos elementos positivos

y acabar con las brutalidades. Superficialmente, por carencia de

opciones más realistas, esta manera de pensar es atrayente.

Una pelea seria contra las dictaduras brutales no es una

perspectiva agradable. ¿Por qué hay que recorrer ese camino? ¿No

pueden todos ser razonables y encontrar maneras de hablar, de

negociar la forma de terminar gradualmente con la dictadura? ¿No

pueden los demócratas apelar al sentido común y de humanidad

de los dictadores, y convencerlos de que deben reducir su dominio

poco a poco, y quizás finalmente ceder por completo para que se

establezca una democracia?

A veces se argumenta que la verdad no está toda de un lado.

Quién sabe si los demócratas no han comprendido a los dictadores,

que acaso obraron con buenas intenciones y en circunstancias

difíciles. Quizá algunos piensen que los dictadores gustosamente se

separarían de la difícil situación que vive el país, si se les estimulara

o se les tentara a ello. Podría argumentarse que a los dictadores

se les debería ofrecer una solución por medio de la cual todo el

mundo saliera ganando. Los riesgos y dolores de proseguir la lucha

podrían ser innecesarios—se puede argumentar—si la oposición

democrática sólo desea terminar el conflicto pacíficamente por medio

de negociaciones (que podrían quizás contar con la ayuda de algunos

especialistas o hasta de otro gobierno). ¿No sería eso preferible a una

lucha difícil, aún cuando fuera una campaña dirigida por la lógica

de la acción noviolenta y no la de una guerra militar?

9

Ventajas y limitaciones de las negociaciones

Las negociaciones son un instrumento muy útil para resolver algunos

conflictos, y no deben desdeñarse o rechazarse cuando son apropiadas.

En algunas situaciones, cuando ningún asunto fundamental

está en juego y, por consiguiente, es aceptable el compromiso, las

negociaciones pueden ser un medio importante para zanjar un

conflicto. Una huelga laboral en demanda de mayores salarios es un

buen ejemplo del papel apropiado de las negociaciones en un conflicto:

un acuerdo negociado puede conseguir un aumento promediado entre

las cantidades originalmente propuestas por cada una de las partes

contendientes. Los conflictos laborales, con sindicatos legalmente

establecidos, son, sin embargo, algo muy diferente de los problemas

en los cuales están en juego la existencia permanente de una dictadura

cruel o el establecimiento de la libertad política.

Cuando los asuntos por resolver son fundamentales porque

afectan principios religiosos, problemas de la libertad humana o todo

el desarrollo futuro de la sociedad, las negociaciones no llevan a una

solución satisfactoria para ambas partes. En algunos asuntos básicos

no se debe transigir. Sólo un cambio en la correlación de fuerzas a favor

de los demócratas puede salvaguardar adecuadamente los asuntos

básicos que están a discusión. Ese cambio ocurre a través de una lucha,

no mediante negociaciones. Esto no quiere decir que las negociaciones

no deban usarse nunca. El hecho es que tales negociaciones no son

un modo realista de librarse de una férrea dictadura cuando no existe

una poderosa oposición democrática.

Por supuesto que hay circunstancias en que las negociaciones

pueden no ser una opción. Los dictadores firmemente establecidos,

que se sienten muy seguros de su posición, pueden negarse a negociar

con sus opositores democráticos. 0 bien, cuando ya se hayan iniciado

las negociaciones, los negociadores democráticos pueden desaparecer

y no regresar.

¿Rendición negociada?

Los individuos o grupos que se oponen a una dictadura y se inclinan

a las negociaciones, a menudo tienen buenos motivos para hacerlo.

En especial, cuando una lucha armada ha continuado durante varios

años contra una dictadura brutal sin una victoria final, es lógico que

10 Gene Sharp

De la Dictadura a la Democracia 11

todas las personas, sin importar su filiación política, deseen la paz.

Es probable que los demócratas estén especialmente dispuestos a

negociar

...

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