EL ASCENSO DEL GRUPO MODERNIZADOR

EL ASCENSO DEL GRUPO MODERNIZADOR

La modernización de la composición provechosa y la redefinición de las funcionalidades del Estado generaban la probabilidad de cambiar las antiguas pautas de desarrollo económico, simultáneamente, que el cambio estructural significaba una transformación en los sustentos materiales y políticos del acuerdo social surgido a partir de los años treinta. La suspensión de flujos externos de capital y la crisis de las finanzas públicas eran otros componentes de fondo que obligaban a relevar al Estado mexicano como actor fundamental del sistema económico y a modificar extremadamente el modelo de sustitución de importaciones por otro con base en la exportación de manufacturas con elevado costo añadido. En las construcciones financieras del Estado, el conjunto modernizador se encargó de diseñar e promover las tácticas para ofrecer contestación a la crisis y reordenar y modernizar la composición económica.

El desarrollo de tecnologías y las permanentes creaciones en el campo de la organización empresarial y del control económico-financiero, fueron los aspectos más destacados de una totalmente nueva era en el desarrollo económico. El reajuste ha tenido como aspectos destacados la fusión de capitales entre organizaciones dirigentes a grado mundiales y la utilización del capital en creaciones tecnológicas, primordialmente en la electrónica, la biotecnología, la robótica, las comunicaciones y la informática, sectores que han definido la emergencia de un nuevo paradigma tecno-económico, que sirve de apoyo para promover la reconversión industrial y la nueva separación mundial del trabajo.

La modernización económica no representa sólo el movimiento de ocupaciones industriales, el desarrollo de alta tecnología o el crecimiento de la productividad y el desarrollo de sistemas de organización, contempla además el desempeño de varios aparatos de política económica que se orientan a la abertura o el proteccionismo comercial, la privatización de organizaciones, el impulso y fortalecimiento de ocupaciones sectoriales y la atracción de inversión extranjera. El cambio de paradigma tecno-económico ha profundizado en cierta forma la crisis en las economías en desarrollo, obligándolas no solo a implantar medidas de ajuste macro-económico para entrar al incremento, sino la introducción de cambios estructurales, basados en la utilización de novedosas tecnologías y sistemas de producción y organización, para tener posibilidad de competir en el mercado mundial.

El Estado, luego de la depresión de los años treinta, había pasado gradualmente a saciar los requerimientos de trabajo, ingreso y la estabilidad social de relevantes núcleos de población, quienes no alcanzaban a cubrirlos por medio de los mecanismos de mercado. Las novedosas labores asumidas por el Estado tenían como objetivo tanto prevenir los conflictos sociales y conservar la estabilidad como reforzar la legitimidad de los regímenes. La caída de la productividad y el incremento de las solicitudes sociales, aunado a la burocratización y la competencia clientelar entre los órganos del artefacto estatal, han venido a cuestionar las maneras en que el Estado otorgaba la ayuda social. La emergencia de nuevos equipos sociales no corporativos complementó este cuadro, reflejando la imposibilidad de las instituciones del Estado para contestar a las solicitudes dispersas.

Para regir y conservar el poder del Estado la burocracia política mexicana ha asumido distintas funcionalidades que le conceden legitimar su postura mediadora e interventora ante la sociedad. La función de participación de la burocracia con otros equipos sociales no involucra que exista homogeneidad de intereses y de criterios entre las múltiples fracciones para adoptar elecciones

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