El proceso de conformación de las empresas forestales comunales en Oaxaca
gabyacostaespinoEnsayo23 de Abril de 2022
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El proceso de conformación de las empresas forestales comunales en Oaxaca
Gabriela Acosta Espino
Las empresas comunales forestales
Durante la década de los setenta, algunos forestales, funcionarios de la reforma agraria y miembros de la Confederación Nacional Campesina (CNC), empezaron a argumentar que las comunidades y ejidos debían formar sus propias empresas forestales. Las modificaciones a la ley forestal de 1971 enfatizaron aspectos sociales y abrían un pequeño espacio a uniones de comunidades y ejidos, mientras que el Programa Nacional de Desarrollo Forestal de 1976 explícitamente argumentaba que la producción forestal, ligada con una distribución equitativa del beneficio económico era la base para su conservación[1].
Hasta antes de 1950 no se hablaba de la “comunidad forestal”. En ese mismo año llegaron a Oaxaca las primeras empresas madereras: Fábricas de Papel de Tuxtepec, (FAPATUX) y Compañía CIA), éstas trajeron consigo la forma comercial-industrial de explotación, totalmente distinta a la tradicional. Antes de que llegarán dichas fábricas, los comuneros solo cortaban un árbol para construcción de casas, como fuente de combustible hogareño, como territorio de recolección de especies comestibles y medicinales y para la cacería. Secundariamente servía para la producción de carbón, ocote y herramientas para los mercados regionales. La población no dejaba sentir presión alguna sobre el bosque. Antes de aplicar el hacha pedían perdón al espíritu del bosque, el chaneque, por lastimarlo, explicándole los motivos del daño causado. Pero con la llegada de las empresas todo el proceso se transformó, y con él, las comunidades mismas.
Actualmente hablar de “comunidades forestales” en Oaxaca, es normal. Los pueblos indígenas aprovechan hoy su bosque comunalmente; no es raro ver camiones, grúas, tractores, aserraderos, talleres y fábricas de propiedad comunal. Sin embargo, tras esta imagen se oculta la historia de la explotación de los bosques comunales a escala comercial, que apenas tiene un poco más de cincuenta años.
La organización de las empresas comunitarias, inicia por la construcción de consensos en torno del manejo territorial y con la producción de la materia prima forestal, la gestión empresarial, la industrialización, la comercialización y el empleo de las ganancias, ha sido un camino que han pasado las comunidades indígenas.
Es posible clasificar a las comunidades forestales oaxaqueñas en tres tipos: a) las que no tienen Programa de Manejo Forestal, b) las que rentan su bosque, y c) las que tienen empresas comunales. No todas las comunidades consideradas como poseedoras de predios con recursos forestales tienen un volumen de madera u otro producto que haga factible un aprovechamiento forestal. Muchas de ellas cuentan con superficies pequeñas de bosque comercial, superficies dispersas, o superficies de baja productividad.
Los factores, muy diversos entre sí, que influyen en la organización de una empresa comunal, en sus posibilidades de comercialización y en la aplicación de los beneficios derivados de ello son los siguientes: la población total de la comunidad, el tamaño y calidad del bosque, la dispersión de los núcleos de población dentro de la comunidad, su cercanía a la ciudad de Oaxaca u otros lugares de venta, la historia del aprovechamiento forestal en la comunidad, la historia de emigración en la comunidad, entre otros. Así existen comunidades con poblaciones bajas y volúmenes bajos y poblaciones altas. Las comunidades con una infraestructura de caminos tienen más posibilidades que una comunidad sin carretera, y para una comunidad a 150 kilómetros de Oaxaca, las utilidades de los aprovechamientos serán muchos mayores a las que tendrá una comunidad a 300 kilómetros, particularmente si la mayor proporción del camino es terracería.
A partir de la Ley de 1986 se inició un proceso de transferencia de la silvicultura por parte de los ingenieros forestales hacia las comunidades y dicho proceso no solo no se ha dado sino ha retrocedido la mayoría de los pocos técnicos comunitarios que se formaron entre (1986-1992). En algunas comunidades están trabajando fuera de ellas o son empleados con los programas de PROCYMAF y PRODEFOR. Actualmente hay dos ingenieros forestales comuneros que practican en sus comunidades de origen, y no es casualidad que ello ocurre en las dos comunidades con más experiencia en el aprovechamiento forestal comercial, San Pedro el Alto e Ixtlán de Juárez. Adicionalmente, existen varios técnicos forestales comuneros, la mayoría de los cuales practican en bufetes profesionales en donde se les ofrecen salarios mejores que los ofrecidos por sus propias comunidades. Otros comuneros, que se capacitaron en la UCEFO, actúan como técnicos comunitarios, a veces en sus propias comunidades y a veces en bufetes profesionales. Sin embargo, el nivel del conocimiento general sobre el manejo entre los comuneros es muy limitado.
El punto de inflexión de esta tensión entre las estructuras empresariales y las estructuras comunitarias reside en el destino de la ganancia y cómo se le administra. Una vez que se supera la visión tradicional del reparto en común, y se pasa mejor a reinvertir los recursos generados por la colectividad, el dilema de los comunes está superado por la vía de los beneficios más y más individuales dentro de una gestión colectiva de los recursos. Los empresarios indígenas dejan de ser solamente los administradores o caracterizados y empiezan a destacar en las estadísticas del ingreso como patrones diversificados. Rara vez se hace mención también de los beneficios finales de esta creciente desigualdad: la integración vertical a las empresas industriales de la celulosa y otros derivados del bosque, donde están convenientemente posicionados los capitales foráneos. (p. 28)
El apoyo al desarrollo forestal comunal en Oaxaca estuvo a cargo de dos instancias federal: la delegación estatal de la Secretaría de la Reforma Agraria y la Dirección Desarrollo forestal. La primera ejercía fuerte tutela con las comunidades, ya que en e Ley Agraria los promotores agrarios daban fe y legalidad a los acuerdos de las asamblea de Ejidos y Comunidades. La segunda era responsable del servicio forestal para las comunidades campesinas. La política era que cualquier comunidad que deseara encarar el aprovechamiento forestal estaba obliga a constituir un sector especializado denominado Económica Especializada de Aprovechamiento Forestal Comunal (UEEAFC). En presencia de un funcionario de la SRA se realizaba una .Asamblea General en Comuneros (AGC) en la cual la UEEAFC, se establecía su estatuto y se pasaba ante la fe de un notario público.
Después de constituida la Unidad Económica Especializada de Aprovechamiento Comunal, la Dirección General de Desarrollo Forestal los apoyaba para hacer el estudio y el plan de manejo, con los cuales la comunidad podía obtener la autorización de aprovechamiento forestal correspondiente, para después continuar con la capacitación al personal de la UEEAFC (coordinador forestal, un jefe de finanzas, un jefe de documentador). De esa manera la comunidad estaba en condiciones de aprovechamiento y comercialización de la madera.
La cancelación de las concesiones forestales fue el mayor incentivo para que las comunidades forestales se organizaran para el aprovechamiento forestal: empezaron vendiendo madera en pie, pero pronto adquirieron motogrúas para arrimar troncos y así vender madera en troza a pie de brecha. Algunas comunidades pronto adquirieron camiones de transporte para vender madera libre a bordo puesta en la planta industrial.
Los pasos que seguían las comunidades forestales fueron los siguientes: organización forestal comunal, servicios forestales, manejo del bosque, comercialización e industria forestal. A continuación se describen las características de cada una de éstos pasos.
La Organización forestal comunal, se constituía y registraba ante notario público la Unidad Económica Especializada de Aprovechamiento Forestal Comunal (UEEAFC). La unida estaba constituida por el comisariado de bienes comunales como representante legal de la comunidad, un coordinador forestal que operaba como director de la unidad, un jefe de finanzas que coadministraba los recursos económicos en conjunto con el comisariado comunal, un documentador forestal que tenía a su cargo el despacho y por un jefe de monte que dirigía la operación forestal de campo. Cada anualidad se nombraba a los nuevos encargados de la UEEAFC, con la excepción del Comisariado de Bienes Comunales, cuyo cargo tiene una duración de tres años.
En los Servicios forestales, la dirección técnica forestal estaba inserta en una organización regional forestal campesina. Las comunidades pagaban una cuota por metro cúbico aprovechado para financiar tanto su organización como el servicio forestal.
En el Manejo del bosque, se utilizaba el Método de Desarrollo Silvícola. Con él se pretendía pasar de bosques irregulares con baja productividad a bosques regulares de alta productividad.
En la comercalización, los contratos de compraventa eran firmados por el Comisariado y los integrantes de la unidad. Por lo general se vendía madera en rollo libre a camiones puesto en el patio de la fábrica de la empresa compradora. La contratación de la venta de madera requería de un anticipo por parte de la empresa compradora, mismo que se utilizaba como capital de trabajo.
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