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Embarazo En La Adolescencia: Un Problema Biopsicosocial En México.

mbv10109 de Marzo de 2015

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Embarazo en la Adolescencia: Un problema biopsicosocial en México.

Planteamiento del Problema.

¿El embarazo en la adolescencia es un problema biopsicosocial en México?

Objetivos.

Objetivo General.

Explorar la problemática biopsicosocial que existe en las adolescentes de 15 a 19 años

Objetivo Específico.

• Identificar los principales problemas biológicos que se presentan durante el embarazo en la adolescencia

• Identificar factores psicológicos que predisponen el embarazo en la adolescencia.

• Identificar la problemática social que representa el embarazo en la adolescencia.

• Enumerar los factores biopsicosociales que favorecen el embarazo en la adolescencia.

Hipótesis.

• Existe una relación entre problemas emocionales y el embarazo en la adolescencia en México.

• El nivel socioeconómico si es un factor que interviene en el embarazo adolescente en México.

Justificación.

La adolescencia es el periodo del desarrollo humano que corresponde de los 12 a los 19 años. Es una etapa de desarrollo físico y se caracteriza principalmente por la preparación del cuerpo humano para la reproducción. En la adolescencia la persona está en busca de la identidad y se encuentra en diversos conflictos personales en el camino de la búsqueda del yo. Uno de los grandes conflictos biopsicosociales que está enfrentando México hoy en día son los embarazos en la adolescencia. El INEGI estima que en promedio, entre los años 2003 y 2012, ocurrieron al menos 2.59 millones de nacimientos anuales; el propio Instituto señala que ha habido al menos 5.76 millones de nacimientos de niñas y niños cuyas madres tenían menos de 19 años al momento del parto; es decir, se trata de una cifra que implica un promedio anual de 448 mil nacimientos anuales (17.29% anual), o bien, un promedio de mil 227 casos diarios en los que se registran partos entre mujeres adolescentes.

Los embarazos en la adolescencia pueden conducir a menores oportunidades para mejorar la calidad de vida de los adolescentes. Existen evidencias de que el embarazo en edades tempranas puede representar un riesgo biopsicosocial para la madre y el recién nacido, como una mayor mortalidad materno-infantil

Hoy en día el embarazo en la adolescencia y los problemas que conlleva está presentando un problema biopsicosocial muy importante a nivel nacional e internacional. González et al. (2010) retoman de Álvarez C. (2004) que más del 10% de los nacimientos que se registran anualmente en el mundo se producen en madres adolescentes. Cada año nacen 15 millones de niños de madres adolescentes; cada día 41 095; cada hora 1 712. En América Latina los países con mayor taza de maternidad en adolescentes se encuentran en las regiones de Nicaragua, Guatemala, Honduras, El Salvador y Venezuela representando entre un 15-25% de los adolescentes.

Alonso et al. (2005), retoma de Peláez J. (1999) que la problemática en salud reproductiva de la adolescente, en sentido general, se vincula a la tendencia de los jóvenes a practicar conductas sexuales riesgosas, así tenemos:

 El inicio cada vez más precoz de la vida sexual.

 El poco reconocimiento de los riesgos.

 Las relaciones sexuales imprevistas en lugares y situaciones impropias.

 Los continuos cambios de pareja (promiscuidad).

 El poco conocimiento sobre el uso de anticonceptivos.

 El insuficiente conocimiento sobre las enfermedades de transmisión sexual.

Por todo esto, las adolescentes son un sector de la población que tiene un riesgo reproductivo elevado, y si está asociado un embarazo, el riesgo es superior; pudiendo desarrollar enfermedad hipertensiva, anemia, bajo peso al nacer, parto pretérmino y nutrición insuficiente.

Datos estadísticos.

• Menkes & Suarez en 2003 retomaron del INEGI, 1997 que el 14% del total de nacimientos corresponde a las mujeres de 15 a 19 años en México.

• González, Rojas, Hernández & Olaiz en 2005, retomaron del CONAPO que en el año 2000 ocurrieron más de 500 mil embarazos en adolescentes menores de 19 años, y de éstos, alrededor de 366 000 llegaron a término, lo que representó 17% del total de nacimientos del país.

• González et al. (2010) retoman de Álvarez C. (2004) que más del 10% de los nacimientos que se registran anualmente en el mundo se producen en madres adolescentes. Cada año nacen 15 millones de niños de madres adolescentes; cada día 41 095; cada hora 1 712. En América Latina los países con mayor taza de maternidad en adolescentes se encuentran en las regiones de Nicaragua, Guatemala, Honduras, El Salvador y Venezuela representando entre un 15-25% de los adolescentes.

Autores

• Carlos Garita Arco (Psicólogo del Nivel Central de Programa Atención Integral de la Adolescencia, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica.)

El embarazo adolescente es promovido en nuestra cultura a través de procesos de socialización, de la hedonización y de la seducción del adulto.

La construcción de la masculinidad actual propone al hombre el ser procreador. Así, para el desarrollo de la paternidad, no se le brindan herramientas.

La información que se les brinda a los y las adolescentes acerca de su sexualidad, a través de los mecanismos del silencio, de la censura de los padres y madres y sectores educativos, así como la visión reproductiva, acrítica y poco dialogante, facilita el embarazo en la adolescencia.

La posibilidad de incidir en la disminución del embarazo en la adolescencia atraviesa por la construcción del género, en un diálogo abierto, crítico y franco con los y las adolescentes.

No todo embarazo en la adolescencia en sí mismo es negativo si no obstruye la construcción del proyecto de vida del y la adolescente.

• Giovanna Pavan (Master en Psicología del Desarrollo)

Perspectivas actuales en la psicología del desarrollo estimulan la ampliación del estudio evolutivo a periodos del ciclo de vida que van más allá de las etapas del desarrollo infantil. Entre ellas se encuentran los enfoques que contemplan el estudio del ciclo vital desde un modelo que otorga particular énfasis a la interacción de factores biológicos, individuales y socioculturales, para dar cuenta de los fenómenos humanos.

Durante los últimos años, el embarazo en l mujeres menores de 20 años se ha constituido en un fenómeno que ha ameritado atención y profunda reflexión. Su incidencia en las tasas de morbimortalidad materna e infantil es sin duda un problema de salud pública. La preocupación de entes aislados por este problema se ha extendido hacia las esferas institucionales públicas y privadas, nacionales e internacionales, a raíz de las dimensiones del fenómeno a nivel mundial.

Los enfoques acerca de la adolescencia, cuyas características en la cultura occidental parecen remitir a una particular sensibilidad hacia las demandas sociales. Estas se articulan de manera especial dependiendo del género, el nivel socioeconómico y los aspectos históricos y culturales. En este sentido, la adolescencia femenina en nuestro contexto responde a demandas específicas, siendo la maternidad uno de los atributos de la feminidad de mayor peso.

• Claudio Stern (Sociólogo, profesor investigador) A lo largo de su carrera ha coordinado y participado en diversos programas de investigación sobre salud reproductiva, de 1981 a1986 fue Secretario Ejecutivo del Programa de Investigaciones Sociales sobre Población en América Latina (PISPAL).

Ha sido miembro de diferentes organizaciones como la International Union for the Scientific Study of Population, (IUSSP) de 1981 a 2009, la Sociedad Mexicana de Demografía y la Fundación Mexicana para la Planificación Familiar (MEXFAM).

Las verdaderas razones por las cuales el embarazo adolescente ha venido a constituirse en un problema social no son, como frecuentemente se aduce, su supuesta colaboración en el crecimiento desmesurado, las malas condiciones de salud y la pobreza de la población, sino el aumento y la mayor visibilidad de la población adolescente; la persistencia de las condiciones de pobreza de la población y la falta de oportunidades para las mujeres –que tienden a conducir a la formación temprana de las familias y que se asocian con mayores riesgos para la salud de éstas–; los cambios sociales y culturales que han llevado a modificar el contexto normativo bajo el cual se sancionan los embarazos tempranos y, por último, las condiciones adversas a las que se enfrenta un número creciente de jóvenes que difícilmente pueden hacerse cargo de una familia, a pesar de que en muchas ocasiones estarían dispuestos y aun deseosos de hacerlo.

Como trasfondo del problema, ¿no será que muchos de los problemas que llevan al embarazo adolescente y a los que éste conduce –sin negar que sean problemas reales– se derivan de la manera como hemos valorado la sexualidad premarital y, particularmente, sancionado la sexualidad adolescente?

La valoración negativa del ejercicio de la sexualidad antes de la unión podía justificarse en el contexto de una sociedad en la que la sexualidad y la reproducción se encontraban casi indisolublemente unidas, como resultado del periodo relativamente breve entre la fecundabilidad y la unión y de la función prácticamente exclusiva de la mujer como esposa y madre, pero debiera justificarse cada vez menos, pues conforme dichas condiciones van cambiando, se amplían las opciones

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