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Empleo, Subempleo Y Desempleo


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2011  •  2.915 Palabras (12 Páginas)  •  1.411 Visitas

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EL EMPLEO

1. COYUNTURA DE LAS ÚLTIMAS DÉCADAS

El inicio de la década de los noventa coincidió con la que fue, probablemente,

la peor crisis económica en la historia reciente del Perú. Como consecuencia

del caos generado por políticas macroeconómicas erradas la producción había

caído en 30% acumulado durante los últimos tres años de la década de los

ochenta, el producto bruto había retrocedido al nivel observado en 1978 y el

producto per cápita se situaba en el nivel observado en 1961.

En 1990 la variación promedio del índice de precios al consumidor llegó a

7,484%. En agosto de ese mismo año un nuevo gobierno implementó un

drástico programa de estabilización e inició una serie de reformas estructurales

orientadas a lograr que el mercado sea el principal mecanismo de asignación

de recursos y a que se reduzca el papel del Estado en la economía. El proceso

de apertura comercial se inició en 1991, y redujo rápidamente el nivel medio del

arancel de 66% a 17% y eliminó todas las restricciones cuantitativas al

comercio exterior. Esto, junto con la privatización de las empresas públicas y el

proceso de flexibilización del mercado de trabajo que se implementó de manera

paulatina entre 1991 y 1995, fueron algunos de los componentes más

importantes del paquete de reformas estructurales en el Perú. El posible

impacto negativo sobre el empleo fue un elemento central de las críticas que

recibieron la reforma comercial, la privatización, la reducción del aparato estatal

y la flexibilización del mercado de trabajo. Luego de un estancamiento inicial la

economía peruana ha crecido ininterrumpidamente, aunque con fluctuaciones,

desde 1993.

Siete años después del inicio del proceso de reformas estructurales los

problemas en el mercado de trabajo parecen ser, en efecto, bastante graves, y

son el desempleo y la "falta de empleo" los males más serios que aquejan a la

población peruana. Se ha planteado que el modelo económico vigente en el

Perú, orientado a que la asignación de recursos esté determinada

principalmente por el mercado, es un modelo de crecimiento sin empleo.

Este trabajo analiza los mecanismos de ajuste del mercado de trabajo durante los años posteriores a las reformas estructurales, evaluando si efectivamente los costos en cuanto a empleo han sido muy elevados.

Una manera de enfocar esta problemática es preguntándose si en el Perú

existen muchos empleos, pero de mala calidad. La respuesta es que sí,

efectivamente muchos empleos son malos empleos. Pero la pregunta siguiente

es si la apertura económica y la flexibilización del mercado de trabajo han

empeorado la situación. ¿Ha crecido el empleo? Y si lo hubiera hecho, ¿sólo se

han generado malos empleos? ¿Ha crecido principalmente el sector informal?

¿Son los empleos informales "malos empleos"? El análisis de la evolución del

mercado laboral durante los años anteriores y posteriores al inicio de las

reformas muestra que el empleo ha crecido claramente.

Luego de un grave estancamiento entre 1989 y 1992, creció de manera

acelerada, permitiendo absorber a un crecientestock de mano de obra cuya

evolución estuvo impulsada por tendencias demográficas y por aumentos en la

participación en la fuerza de trabajo.

Entre 1985 y 1989, el empleo aumentó debido a la absorción de empleo del

sector público y del empleo independiente. Las empresas, ya sean formales o

informales no aumentaron su demanda de empleo.

Este último patrón se mantuvo hasta 1992, y en esos años, dada la contracción

del empleo público, la única fuente de generación de empleo fue el

autoempleo. Esto llevó a que en esos años, al menos en Lima Metropolitana el

empleo en términos absolutos se mantuviera básicamente estancado. La

evidencia disponible para Lima Metropolitana, así como a nivel nacional,

muestra que la proporción de ocupados como proporción de la población en

edad de trabajar cayó dramáticamente hasta 1992. Esta situación no se vio

reflejada en aumentos en la tasa de desempleo debido a la reducción en la

tasa de participación. Recién a partir de 1993, el empleo se empieza a expandir

debido tanto al empleo independiente como al aumento en la demanda de

empleo de las empresas.

A pesar de la reducción del empleo público, tanto en términos absolutos como

relativos, el crecimiento del empleo privado fue lo suficiente como para

aumentar la proporción de ocupados en relación a la población en edad de

trabajar. Así, la dinámica del empleo en el periodo posterior al inicio de las

reformas fue íntegramente liderada por el sector privado, y permitió compensar

la

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