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Ensayo sobre el alma, la mente y el cuerpo

jhonn02live.comEnsayo24 de Septiembre de 2014

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Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de Ciencias de la Salud

Historia crítica de la psicología

Ensayo sobre el alma, la mente y el cuerpo

Nombre: José Arturo Muñoz Arellano

Profesor: Francisco Fabián Mora Moreno

Bibliografía:

 Mueller, F. L. (2010) “Historia de la psicología”. Segunda edición. México, DF: Fondo de cultura económica. (pp.15-253)

Introducción

Las cosas no son sólo por que puedan ser. Algo que no puede ser es la comprensión del alma desde la mente humana, por lo que su conocimiento es imposible y su interpretación se limita a conjeturas. Bien señalaba Leonardo da Vinci que el estudio del alma era una pérdida de tiempo, puesto que, al igual que Filón, considero que conocer al alma es imposible. Sin embargo, desde la Grecia antigua, el hombre ha mostrado una gran curiosidad sobre lo desconocido, pero ¿Cómo conocer algo si solamente lo podemos conocer por medio de ese algo desconocido? No se puede, pero la curiosidad del hombre lo lleva a imaginar soluciones, unas sin fundamentos y otras con relaciones complejas con la materia, pero incapaces de explicarlo todo.

La curiosidad no crea solamente mitos y cuentos, sino que también lleva al conocimiento. Viene a mi mente las disecciones realizadas por Galeno, impulsado por el deseo de saber, pero al encontrarse con un cerebro blando y un cerebelo duro llegó a conclusiones movidas por la imaginación. Su relación fue lógica: la parte dura debe mover lo duro y la parte blanda lo intangible. Tenía razón al señalar que el cerebelo controlaba los músculos, pero no tenía fundamentos. La imaginación dio al clavo en sus muchos martillazos, después de ubicar la capacidad mental en varios órganos, como Plotino al relacionar el deseo con el hígado.

La curiosidad es inherente al ser humano, y yo no me excluyo. Existe en mi el deseo latente de saber qué es el alma y como se relaciona con la mente y el cuerpo. Pero las relaciones que hago de lo que observo no son ciertas más que para mí, pues en la percepción de lo que veo se distorsiona la realidad, además de que lo que alcanzo a vislumbrar de ésta es limitado. ¡Cuán poco capto de la realidad! Así pues, las relaciones que hago, movidas por la curiosidad y cimentadas por la creatividad y la lógica, son ciertas sólo para mí y en este momento.

De acuerdo a Augusto Comte, el desarrollo de las ideas se dio en tres estadios: el teológico (se explican los sucesos como obras de divinidades), el metafísico (las ideas son abstractas y se explican con esencias) y el positivo (existen explicaciones basadas en observaciones y raciocinios). Siguiendo ese orden explicaré mi idea sobre la naturaleza del alma, del cuerpo y de la mente.

Teoría pesista de la creación (explicación teológica)

En un principio no había nada, y en ese vacío estaba todo. El todo era un huevo, y el huevo eclosionó. Del huevo salieron dos peces divinos. Los peces eran sabios, pero en la nada no había espacio ni tiempo para que crecieran en tamaño y esencia. Así que los peces dijeron Ñam al unísono, uno creo el tiempo y el otro el espacio. Así, el espacio y el tiempo son dos cosas diferentes, pero fueron creadas en el mismo momento, por lo que siempre están juntas. Los peces crecieron en edad y en tamaño y se hicieron más sabios. En su sabiduría decidieron crear otros seres, así volvieron a evocar la palabra creadora y, en otro Ñam se creó la materia y la energía. Ambas cosas diferentes pero unidas entre sí, pues cada pez creó una al mismo tiempo que el otro creaba la otra. Y el espacio y el tiempo se llenaron de energía y materia, donde los seres que crearían podrían vivir. El tercer Ñam creó la vida y la muerte, y los peces copularon y esparcieron la hueva por el espacio y el tiempo, formándose cúmulos de hueva (galaxias), huevos fértiles (estrellas) y huevos infértiles (planetas), así como nutrientes (demás cuerpos celestes y polvos cósmicos).

Los peces divinos vieron con gusto como los huevos fértiles eclosionaban y creaban agujeros en el todo (agujeros negros) para irse a otra dimensión donde crecían y creaban otro universo. Pero al ver los huevos infértiles se llenaron de tristeza. Así pues, bañaron a estos de vida inferior, pequeños peces que tenían las 3 esencias divinas: el tiempo-espacio, la materia-energía y la vida-muerte. Los peces divinos no tenían la esencia de muerte y se creían superiores por esto, pero la muerte en los seres creados los hiso volver a nacer, cada vez mejores, evolucionando. Los peces dejaron que esto sucediera, pues sabían que los hijos deben ser superiores a los padres. Así nació el hombre. Sin embargo, el hombre no era perfecto, pues se alejo de su equilibrio y perdió su forma de pez.

El hombre mejoró en el tiempo, pero aun le falta mejorar. Tendrán de nuevo su forma de pez cuando logren un equilibrio entre su alma (vida-muerte), su mente (tiempo-espacio) y su cuerpo (materia-energía).

Así, la existencia de los hombres esta en continuo cambio de forma y de ideas, y tendrán que morir y renacer varias veces para que su esencia se equilibre, y su espíritu, que es la unión de las tres, pueda ser pleno. Pero la plenitud no se dará en todos por igual, mientras unos están al otro extremo, algunos la lograron varios siglos atrás. Al ser plenos pudieron ver las carencias de los demás, y en lugar de querer irse a habitar un huevo celeste, decidieron seguir en el mundo ayudando a los demás, movidos por el amor de su plenitud. Pero el mundo no es eterno, pues es un huevo, y tanto los fértiles como los infértiles, tiene fin. Cuando se acabe, los humanos no podrán seguir en sus ciclos de vida, los plenos dejaran de morir y los no plenos dejarán de vivir.

Análisis de la explicación teológica

Al igual que muchos mitos griegos, la teoría pesista tiene símbolos, divinidades, explicaciones burdas sobre el origen de las cosas y del mismo ser humano. Me hubiera gustado expandirla, pero lo que quiero señalar es la explicación que se da de las cosas.

Un aspecto muy importante a considerar para explicarme es el devenir. Considero que los sucesos están en constante transformación, no el cambio que plantea Heráclito, pues no creo que las cosas dejen de ser lo que son, sino que las cosas cambian de esencia. El mismo ser humano viene de otros animales, pero no fue un cambio brusco, sino una sutil transformación de sus antepasados que duró millones de años, desde la aparición de la primera alga verde-azul en el mar.

Con esta explicación teológica busco dar a conocer mi idea central: el ser humano se compone de tres elementos (cuerpo, mente y alma, que en su unión forman el espíritu), cuyos orígenes son diferentes y su comprensión tiene diferentes niveles de dificultad.

Es posible entender el cuerpo; la mente tiene posibilidades de ser comprendida, pero el hecho de que cambie con el tiempo y de que sea diferente en cada individuo implica la imposibilidad de un conocimiento final, pues siguen naciendo seres humanos únicos. Aun más complicado es conocer al alma, pues ni siquiera sabemos si de verdad existe.

Por medio de nuestra capacidad intelectual y de nuestra observación (facultades que radican en la mente) es posible descubrir las leyes que rigen al cuerpo. Las ciencias naturales hacen muy bien su trabajo, y como no sea que se den malformaciones, existe un conocimiento finito del cuerpo. Por otro lado, entender algo por medio de eso mismo, la mente por la mente, es complicado pero posible en cierta medida. Sin embargo, en algo que considero superior, el alma, la mente se queda corta y su explicación surge de mitos. Sin embargo, aunque no dude de su existencia, me aferro a esta idea sabiendo que hay pruebas de ello. El concepto de alma nació entre los hombres por definición y se alimento por la fantasía. Prueba de esto es que su concepción ha cambiado con el tiempo. Pero eso no me impide sacar mis conclusiones sobre este eterno debate.

Explicación metafísica: La antítesis de mi teoría

Existe una diferencia básica entre la explicación metafísica y la teológica. La segunda acepta un mito y la primera lo cuestiona. Se acercan los elementos que conforman las explicaciones al hombre, se dejan las divinidades y se habla solamente de esencias. Tal como surgió con los griegos de la época de Homero, que veían a los dioses como seres con características humanas, con sus limitaciones y defectos, así mostrare mi teoría pesista de la creación, deshilvanado las metáforas que en ella he plasmado:

“Se rumora que en el principio no existía nada, y que en la nada había todo. Blasfemia, la nada es ausencia de todo. Aunque podría alegarse que algo que exista no se puede concebir sin el concepto de nada. Pero eso sólo es una paradoja sin la lógica que se ve en la naturaleza. Hubo un principio, pero en el principio ya existían cosas, solo que no tenían su forma actual.

Existe, reconozco, una fuerza creadora, pero no eran dos dioses, sino la misma fuerza que existe en nosotros y nos hace dioses, que no hiso más que moverse del centro del universo hasta nuestro ser, moviendo materia en su camino. La misma fuerza acomodó la materia donde se encuentra y nos puso en este cumulo de masa que llamamos Tierra.

Lo que sí es cierto es que tenemos tres esencias: el alma (proveniente del centro del universo que nos da cualidades divinas y que

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