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Feminismo en Medio oriente

Karen Lizeth GutierrezEnsayo5 de Marzo de 2021

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Universidad Externado de Colombia                                               Fecha: 25-05-2020
Karen Lizeth Gutiérrez
Seminario - Medio Oriente Perspectivas Actuales
Profesor: Felipe Medina Gutiérrez

Trabajo escrito final (15%)

El feminismo ¿occidental u oriental?

Introducción

“Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar”, Malala Yousafzai.

Actualmente, el mundo árabe vive una crisis global, una serie de problemas estructurales que no tienen nada de pasado y circunstancial. Adicionalmente, existe un gran conflicto entre dos grandes civilizaciones, el Islam y Occidente, un conflicto histórico de por lo menos catorce siglos atrás. Inicialmente, este conflicto fue producto de la diferencia entre la concepción musulmana del islam como una forma de vida que une la religión con la política (Pérez Nasser, 2007). Sin embargo, como dice Huntington, los conflictos actuales radican en asuntos de poder y cultura (Huntington, 1997).

En relación con toda esta problemática, las consecuencias han sido importantes en diferentes ámbitos como el político, social, económico y cultural para las poblaciones árabes-musulmanas y esencialmente para las condiciones de las mujeres (Pérez Nasser, 2007). Estos efectos se pueden proyectar en dos sentidos: por un lado, las tasas mundiales más altas de analfabetismo, los bajos niveles de integración laboral y las altas tasas de población demográfica; y, por otro lado, la marginación de la participación productiva y reproductiva, como la discriminación que padecen las mujeres en los Estados islámicos.

Es así como en el actual texto se estructuraran tres apartados: 1) los antecedentes del movimiento feminista en Egipto, desplegado por su importancia en tres aspectos en los que reivindicaron su lucha: la educación, el trabajo y la política; 2) las diferentes conceptualizaciones de la modernidad de Occidente y su influencia en Oriente, y especialmente la perspectiva del feminismo occidental hacia el feminismo de las mujeres árabes-musulmanas; y finalmente, 3) conclusiones, propuestas y retos para la sociedad, y especialmente para el feminismo.

El nacimiento del feminismo árabe.

En mayo de 1928, se inauguro en El Cairo una escultura al que se le dio el nombre de El despertar de Egipto, representaba a una mujer de pie, con el brazo derecho colocado cobre la cabeza de una esfinge. Concentrando la atención en aquella figura, se ve que su mano izquierda una acción precisa: la de levantar un velo de su cabello. Egipto representado iconográficamente mediante la figura femenina y, era una mujer desvelándose (Paradela Alonso, 2014).

Este mensaje, que recibió la aceptación de la élite política de Egipto, resulto posible ya que desde mediados del siglo XIX había comenzado a producirse un movimiento en defensa de los derechos de las mujeres, donde sus protagonistas entendían que el atraso que se vivía en países árabes o musulmanes era debido en gran parte por la situación que vivían las mujeres (Paradela Alonso, 2014). Ese primer feminismo, desarrollado en Egipto y en Siria-Líbano, se reproducirían luego en el resto de los países árabes.

En 1892, Hind Nawfal, una joven libanesa fundo la primera revista dedicada exclusivamente la para las mujeres árabes, Al-Fatat, es decir, La muchacha. Allí acudían mujeres y hombres, para exponer sus opiniones sobre un tema que se convertiría en uno de los más notables del momento (Paradela Alonso, 2014). Siendo así, los hombres fueron cambiando, y algunos tomaron una posición abierta por la liberación de la mujer. Un ejemplo de ello fue el abogado Qasim Amin.

Así mismo, la egipcia Huda Shaarawi, fue una de las figuras más representativas de este primer feminismo. Trabajó en favor de la educación de las mujeres y de conseguir dotarlas en un marco organizativo y de una actuación pública. Si bien con el pasó del tiempo fue logrando que la educación mejorara y que se fuera dando la incorporación al trabajo, por otro lado, no se les otorgo derecho al sufragio y también, el derecho de familia era en conjunto discriminatorio con ellas. A pesar de esto, el movimiento crecía y se convirtió en un movimiento potente y combativo, que reclamaba cambios en las esferas publicas y privadas de las mujeres.

Sin embargo, a partir de 1970, tanto los Estados como las sociedades del mundo árabe iniciaron con un giro ideológico que alteró la situación. Si bien hay factores como la pervivencia de regímenes no democráticos, o la influencia de EE. UU., fue el enriquecimiento de los países del Golfo, con Arabia Saudí a la cabeza, lo que determino la vuelta al islam. Estas circunstancias explican el retroceso que sufrieron las mujeres en su lucha por la igualdad (Paradela Alonso, 2014).

Pero no todas las mujeres se plegaron, y aun en esas circunstancias complicadas, el discurso feminista y laico siguió existiendo. Probablemente la figura que mejor represento esto fue Nawal al-Saadawi, quien fundó la Asociación de Solidaridad con la Mujer Árabe en 1985. Sin embargo, con el discurso sobre el necesario Estado islámico, se configuraba un subdiscurso islamista sobre la mujer que en por la década de 1990 empezó a ser llamado como “feminismo islámico”, que critica de manera severa el feminismo árabe liberal, defiende que la verdadera liberación de la mujer musulmana no está en el abandono de su propia cultura, sino en la aplicación de la sharía, eso sí, depurada de todas las falsas interpretaciones que se han acumulado.

La reaparición del velo femenino en los países musulmanes llegó acompañado de un discurso justificado en proteger la moral personal, familiar y del grupo, pero cada vez más se nutria de conceptualizaciones de identidad. Las mujeres compartían esa visión de si mismas, pasaron de sentirse en primera instancia como ciudadanas para antes que cualquier cosa, ser musulmanas y el velo era su bandera.

Del feminismo occidental al feminismo de las mujeres árabes-musulmanas

Abu-Lughod define que: “ser moderno ha sido la imagen propia dominante de los europeos durante casi dos siglos”.

Para Al-Yabri la modernidad es: “Un momento de superación global de las concepciones y experiencias que han dejado de responder a las exigencias de la razón (...) es toda la actividad que consiste, en una época dada, en analizar y criticar los elementos teóricos y prácticos, todavía eficientes, de la concepción del mundo heredada, de tal manera que se llegue a dar nuevos fundamentos a los conceptos heredados o a crear nuevos conceptos basándose en los datos más actuales de la razón científica y la razón ética”.

De esta manera, se elabora una nueva visión del mundo, y se estima que el pensamiento árabe no connota el significado real de moderno, ya que su concepción es diferente a lo que implica la nueva visión del mundo. La modernidad europea se presenta como una modernidad “universal”, pero es ajena a la cultura árabe y a su historia, por lo cual no se ha podido entablar un dialogo con esta (Pérez Nasser, 2007).

Para los gobiernos islámicos posrevolucionarios, la modernidad es interpretada con sus metas de progreso, autonomía, libertad, educación y justicia, siempre el verdadero islam. Esta es una actitud corriente fundamentalista, de modo que revivifican el pasado cultural argumentado que “lo que tuvo lugar en el pasado se puede realizar en el futuro”

Es en este contexto, como lo señala Al-Yabri “no existe una modernidad absoluta, universal y a escala planetaria, sino múltiples modernidades, diferentes de una época a otra y de un lugar a otro”. Es un fenómeno que esta condicionado a las circunstancias y delimitado a los espacios temporales marcados por las civilizaciones.

Ahora bien, en Medio Oriente, se cree que la modernidad equivale a un progreso reflejado en la emancipación y asunción al poder de las mujeres, que la existencia de la relación en Europa las revalorizará en sus roles como esposas, administradoras del ámbito doméstico y como ciudadanas de la nación, así como su rol en la esfera pública con una educación igualitaria (Pérez Nasser, 2007).

Por otro lado, en la concepción occidental, la posición de las mujeres en la cultura del islam es una parte fundamental en la critica accidental al mundo musulmán. Se considera a las mujeres como el prototipo de marginación en una sociedad dominada por hombres, que viven ocultas tras su velo, invisibles, que carece de protagonismo y es víctima de una opresión sin límites. A partir de esta visión, son la imagen de la mujer y víctima, sometidas a los hombres, a las costumbres tribales y a las leyes intransigentes de la religión.

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