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INFORME DE LA FRAGMENTACION Y AUTOFRAGMNETACION DE AMERICA LATINA, RETOS Y DESAFIOS QUE AFRONTA EL PERU


Enviado por   •  19 de Julio de 2021  •  Monografías  •  6.326 Palabras (26 Páginas)  •  122 Visitas

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“”AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN

PROGRAMA DE ESTUDIOS DE ADMINISTRACION

FILIAL MAJES -  PEDREGAL

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CURSO: ESTADO DE GERENCIA

INFORME DE LA FRAGMENTACION Y AUTOFRAGMNETACION DE AMERICA LATINA, RETOS Y DESAFIOS QUE AFRONTA EL PERU

PEDREGAL- 2021

AUTOR:

ASESOR:

Majes – 2021

Cuando y cuáles fueron las condiciones de la fragmentación y autofragmentacion en Americ Alatina?

Desde las mismas guerras de independencia latinoamericanas, se comenzaron a debatir diferentes alternativas de unidad o integración de los países del sur del continente. A lo largo de la historia, y producto de las presiones de Estados Unidos y las potencias europeas, y del carácter de la mayor parte de las clases dominantes de los países del continente, la fragmentación siempre se impuso a los proyectos latinoamericanistas. En la década de 1990, los principales debates sobre la “integración” americana giraron en torno a la propuesta estadounidense del ALCA, quedando en principio relegados otros proyectos, como el Mercosur, la Comunidad Sudamericana de Naciones o el ALBA. A principios del siglo XXI, tras el parcial cambio en la correlación de fuerzas en América latina, la estrategia estadounidense de establecer un área de libre comercio continental fue encontrando cada vez más obstáculos: primero en la crisis del la reunión de la OMC en Cancún (2003) y luego en la IV Cumbre de las Américas (Mar del Plata, 2005), momento en el que el ALCA quedó finalmente descartado. A partir de ese entonces, el Mercosur pareció revitalizarse –se sumó Venezuela-, y hasta se creó una nueva organización más amplia, la UNASUR. Más allá de estos cambios, es necesario profundizar el debate para lograr superar los históricos obstáculos para una unidad latinoamericana que exprese el posicionamiento autónomo y antiimperialista que reclaman diversas organizaciones populares en el continente. De estos temas trata la presente conferencia.

El proceso de integración regional El tema de la integración de nuestros países no es nuevo, comenzó casi simultáneamente al de Europa. En la década del cincuenta se empezó ha blar del tema y en 1961 se creó la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), que hoy es la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), con sede en Montevideo. Ya entonces se empezó a trabajar para tener libre comercio en América Latina. Y después fueron surgiendo otros entes: el Pacto Andino en la década de los sesenta, con los países andinos de sur a norte: Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela; luego se retira Chile en 1975 y Venezuela recientemente. Después se planteó la integración política con mucha fuerza cuando vino la oleada de recuperación democrática en la década de los ochenta. Y a instancias de Brasil y la Argentina con 5 democracias entonces recientemente recuperadas, se planteó la necesidad de resolver nosotros los problemas que teníamos en Centroamérica, comenzando con lo que ocurría en Panamá. Se constituyó primero el Grupo Contadora, el cual – junto con el llamado Grupo de Apoyo de Contadora - dio paso al Grupo de Río.

Configurado como un “mecanismo de coordinación política”, el Grupo de Río generó un escenario donde tratar los problemas políticos de América Latina a nivel de los jefes de estado, en una lógica de diálogo frecuente. Luego surge el Mercosur, básicamente como una unión aduanera: su meta es aumentar el comercio interno y, a la vez, como grupo de países negociar con el resto. Es una buena aproximación, pero que no estableció al comenzar diferencias entre países más grandes y más pequeños. Los cuatro países signatarios: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, establecieron que el criterio para integrarse era que todos tuvieran un arancel externo común. Ello no dejó de ser un problema para quienes consideraron sumarse como miembros plenos. Si el arancel externo común era de 14 por ciento y un país, como Chile, tenía un arancel del 10, 8 o 6 por ciento, era imposible ser socios plenos porque tendríamos que haber subido nuestros aranceles.¿Es lógico establecer entonces como criterio de una América Latina que se integra el arancel externo común? Tienen que ser países muy similares para poder hacerlo, o de lo contrario los desniveles tarde o temprano hacen difícil la tarea. Bien sabemos que del resto del mundo, especialmente de Europa, siempre se ha visto al Mercosur como un proyecto con mucho mayor potencia de la otorgada por una unión aduanera. Entre tanto, también cabe registrar los esfuerzos hechos en la Secretaría de Integración Económica para Centroamérica. Y por otra parte, por desgracia siempre un poco alejados de nuestro análisis, los países del Caribe han hecho su propio camino con una institucionalidad fuerte y que funciona adecuadamente: regímenes parlamentarios, la leal oposición al gobierno, etcétera. Y que sin hablar mucho de integración, están integrados. Como antes el Poder Judicial tenía su instancia última en la High Court de Londres, resolvieron un día no ir más a Londres y crear una Corte Suprema común a los países del Caribe. ¿Se puede alguien imaginar a los países de América Latina todos con 6 una Corte Suprema Común? Son experiencias que, cercanas, no siempre miramos con el significado de avance que hay en ellas.

 El tema del comercio nos ha complicado enormemente y, sin embargo, el comercio es eso, comercio; el comercio no son acuerdos políticos. Y al colocar las lógicas de un campo en el otro, hemos generado más obstáculos y congelamientos que avances. Es importante entender que en materia de comercio, los países defienden sus intereses, lo cual es normal. Si un país pequeño va a negociar con un país grande, su mercado interno no es una herramienta fundamental para negociar, pero un país grande va a defender su mercado interno para negociar con mayor fuerza. En el caso de Chile, con 16 millones de habitantes, la forma de aproximarse a un acuerdo de libre comercio es buscando mercados a donde poder llegar, y para eso aceptamos discutir servicios; y cuando dicen: “¿Y va a discutir compras de gobierno?”, sí claro, porque las compras del gobierno de Chile son pocas, en cambio las compras de otros gobiernos son grandes. ¿Esto por qué? Porque somos un país en el que el 80 por ciento del producto son exportaciones e importaciones. En Brasil, ese inmenso país continente, es un poco más del 30 por ciento, es decir, para Brasil lo importante es su mercado interno. Por tanto, la inserción en la economía global tiene distinta urgencia y diversas modalidades en nuestros países. Las estructuras de nuestros países son distintas. ¿Cómo no lo van a ser en un Haití con 400 dólares de producto por habitante en términos anuales, via-à-vis un país que tiene 6, 8 o 10 mil dólares por habitante? ¿Cómo no va a ser distinta la estructura social y económica de un país que tiene una economía muy completa, en el sentido de que es capaz de tener una producción agrícola, industrial, manufacturera y de servicios de primer mundo, de un país que prácticamente vive de actividades turísticas o algo más? Es un viejo tema el que tenemos países con una estructura económica muy diversa.

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