ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Impuestos


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2014  •  4.261 Palabras (18 Páginas)  •  228 Visitas

Página 1 de 18

INTRODUCCIÓN

La investigación planteada a continuación trata sobre la Historia de los Impuestos este tema es muy significativo para conocer la importancia del pago de tributos. Veremos cómo ha sido su evolución a lo largo del tiempo, desde el antiguo Egipto hasta la actualidad, incluyendo la historia de estos en Estados Unidos y por supuesto la de nuestro país.

Los impuestos sin duda alguna, son indispensables para el mejor desarrollo de cualquier país, ya que estos deben de ser destinados para satisfacer determinadas necesidades de la población en general, y es por ello que cobran aun mayor importancia; para poder comprender los impuestos debemos de conocer su historia. No siempre su recaudación ha sido correcta, es por esto que debemos conocer su historia para evitar caer en los mismos errores, el Estado tener un buen manejo de estos fondos para que el pueblo pueda aprovechar estos ingresos de manera correcta.

Esperamos la información detallada más adelante sea de su interés y pueda aportarle a sus conocimientos.

HISTORIA DE LOS IMPUESTOS

EGIPTO

Egipto fue el primer Estado centralizado del mundo, lo que significa que los egipcios fueron también los primeros en pagar impuestos. Desde el IV milenio a.C., antes de la unificación del país, se recaudaban impuestos a pequeña escala, dentro de los límites geográficos de los reinos predinásticos del Alto Egipto como Abydos, Nagada e Hieracómpolis. Con la aparición de un Estado unificado en todo Egipto, en torno a 3100 a.C., los faraones crearon un sistema recaudatorio que cubría el conjunto del país, y que se apoyaba en una burocracia especializada y eficiente.

El «recuento del ganado»

Aprovechando la presencia del rey, quien en un principio se encargada de la recaudación o, por lo menos estar presente, los encargados de llenar las arcas del Tesoro –integrados en un departamento que existía al menos desde la dinastía I– organizaban en cada localidad ceremonias de recaudación, denominadas «el recuento del ganado». Su relevancia era tal que se llevaba una contabilidad detallada de esta y servían de referencia cronológica.

Durante los varios reinos de los faraones egipcios, los recaudadores de impuestos eran conocidos como escribas. En un período los escribas impusieron un impuesto en el aceite de cocina. Para asegurarse de que los ciudadanos no estaban burlando el impuesto, los escribas auditaban las cantidades apropiadas de aceite de cocina que eran consumidas, y que los ciudadanos no estaban usando residuos generados por otros procesos de cocina como sustitutos para el aceite gravado.

La inundación de las tierras del valle entre julio y septiembre era la clave de la extraordinaria riqueza agrícola del país, motivo de envidia de todos los pueblos del Mediterráneo antiguo. Pero el nivel de la crecida variaba mucho de año en año, y eso tenía graves consecuencias: una crecida insuficiente significaba que quedaban tierras sin irrigar, mientras que una inundación excesiva causaba la destrucción de poblados y cultivos. El nivel de la inundación determinaba, pues, el resultado de la cosecha, y con ello la recaudación fiscal, pues los impuestos se calculaban siempre como una parte de la recolección. Como se conocía la productividad aproximada de los campos –unos 10 granos por cada grano plantado más o menos, dependiendo del cultivo–, los diligentes escribas del faraón sabían qué cantidad podían exigir a los campesinos.

Amenazas y torturas

La recaudación de los impuestos iba siempre acompañada de la coerción y la violencia, o al menos de la amenaza de ésta. Los relieves de las mastabas del Imperio Antiguo son muy explícitos. En ellos vemos a los escribas tomando nota de las declaraciones que realizan los campesinos, quienes aparecen arrodillados mientras los sujetan con fuerza unos ariscos funcionarios armados de varas y prestos a golpearlos. En muchos casos, al fondo de la escena podemos ver incluso a un campesino más tozudo o mentiroso que el resto, atado a un poste, mientras recibe una ración de palos, bien por haber mentido, bien para sonsacarle la verdad sobre su cosecha.

A pesar de lo que se suele creer, los egipcios del común siempre estaban al borde de la inanición, de modo que para ellos lograr escamotear a los recaudadores un simple saco de grano podía suponer la diferencia entre morirse de hambre o sobrevivir. No es de extrañar, así, que lo intentaran por todos los medios a su alcance, sin importarles recibir a cambio algunos palos de los entusiastas matones que acompañaban.

ANTIGUA GRECIA

El sometimiento del ciudadano a las cargas fiscales era concebido como un auxilio al estado en la prosecución del bien público. Para los griegos, los impuestos personales directos iban en contra de la dignidad y de la libertad de los ciudadanos y los únicos impuestos que aceptaron fueron algunos directos, como aduanales, de mercado y hasta algunas tasas judiciales; posteriormente surgen los impuestos personales, pero no como una necesidad del bien común, sino más bien como resultado de los conflictos bélicos.

Por lo regular, los gastos corrientes del Estado se iban cubriendo con los productos del patrimonio real y sólo en ocasiones extraordinarias se acudía a las contribuciones, pero poco a poco, los ciudadanos griegos sintieron que las rentas de los bienes de la Corona no bastaban para atender a todos los gastos colectivos. Así se hizo necesario acudir a los impuestos indirectos, esto es, a los que gravan los gastos y consumos familiares, ya que ellos querían para sus actos de culto religioso el máximo esplendor, para las fiestas la mejor música, para sus plazas o ágoras limpieza y embellecimiento.

Al emperador Pericles le corresponde el mérito de realizar reformas ejemplares y de rodearse de eficaces colaboradores. Este trasladó el Tesoro (era una cuota anual para construir navíos y equipar soldados) de Delos a Atenas, y además decidió que no sólo debía emplearse para fines militares, sino también para la construcción de edificios públicos. Gracias a estas decisiones, este incremento su poder militar y naval, y logró así como un gran desarrollo comercial, artesanal y financiero, favoreciendo la paz durante más de 20 años. Dicho período que se conoce como Edad de Oro de Atenas o silo de Pericles.

En algunas ocasiones establecer impuestos directos (para gravar la renta o el patrimonio de los ciudadanos) debido a que el sentido comunitario de los atenienses hizo que el Tesoro Público fuese una especie de bolsa

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (26.7 Kb)  
Leer 17 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com