Influencia De La Globalizacion
Zamaryam6 de Febrero de 2014
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“INTRODUCCION”
Los temas referentes a Medio Oriente, el Mundo Árabe y el Islam han tenido escasa presencia y difusión en México. Lo mismo ocurre con nuestro país en esa región. Si bien no se tiene una imagen negativa, ésta es imprecisa y refleja a veces un México que ya no existe. Se habla de la necesidad de diversificar, ampliar y fortalecer las relaciones diplomáticas, comerciales, económicas y de inversión con otros países y regiones del mundo, al mismo tiempo que se hace énfasis en que nuestra solidez competitiva y enorme riqueza cultural nos permiten estrechar relaciones fructíferas con otras regiones del globo. Podría decirse que la exigencia de diversificar la política exterior mexicana ha estado presente en la mayoría de los planes nacionales de desarrollo en donde “México mantendrá su postura a favor del diálogo y la solución pacífica de los conflictos con el apoyo de las instancias multilaterales, en especial la Organización de las Naciones Unidas. En el plano económico, México debe buscar mecanismos para la cooperación y la promoción de sus intereses en Medio Oriente”. Hoy, Medio Oriente figura como una región cuyos problemas invitan a participar en los debates y las iniciativas a favor de la paz y las seguridades internacionales, el desarrollo y la cooperación, no sólo en razón del interés nacional, sino también por el nivel de responsabilidad internacional que México busca asumir en el mundo. En este ensayo se tata de reconocen las enormes oportunidades que ofrece esta región para las empresas mexicanas con potencial para invertir y promover exportaciones; difundir la oferta turística y cultural del país, y atraer inversiones, particularmente de los países del Golfo Pérsico. Entre ellos se encuentran: promover una mayor presencia en Medio Oriente; apoyar la articulación de posiciones en los foros multilaterales en temas relevantes para México, y utilizar la red de representaciones con la que se cuenta para impulsar la promoción de exportaciones mexicanas y la atracción de inversión extranjera a nuestro país, en un contexto de fortalecimiento de la dimensión económica de la política exterior, a fin de transformarla en una herramienta eficaz del desarrollo nacional.
En seguida, se abordan los elementos que hacen de Medio Oriente una región de importancia estratégica para nuestro país. Asimismo, nuestras relaciones diplomáticas con los principales países de esa zona geográfica constituyen otro de los puntos que se analizan en este trabajo y que reflejan los distintos niveles de vinculación bilateral política, económica, comercial y cultural. Por último, se exponen los retos que la región plantea para México y la estrategia diseñada para atenderlos.
“DESARROLLO”
Desde la perspectiva histórica y geopolítica, la concepción de Medio Oriente que responde a la visión estratégica de la Europa decimonónica abarcaba los dos grandes imperios islámicos: el otomano y el persa, situados entre el imperio británico y el ruso. Hasta el siglo xix, el término Oriente comprendía los territorios bajo la dominación otomana. La presencia europea en China condujo a la aceptación de la noción Lejano Oriente, lo que generó, como reacción, la expresión Cercano Oriente. Entre el Cercano y el Lejano Oriente, los anglosajones introdujeron a principios del siglo xx la noción de Medio Oriente para clasificar a las regiones comprendidas entre el Mar Rojo y el imperio británico de las Indias. Después de la Primera Guerra Mundial y la caída del imperio otomano, el término Medio Oriente se extendió al conjunto de países árabes y se eliminó la acepción de Cercano Oriente.
Medio Oriente, además de ser una de las rutas más importantes del comercio marítimo y terrestre, concentra más del cincuenta y cinco por ciento de la producción mundial de petróleo y el 66% de las reservas energéticas mundiales, localizadas principalmente en Arabia Saudita (25%), Iraq (11%), Irán (8%),
Emiratos Árabes Unidos (9%) y Kuwait (9%). La región cuenta con 738 000 millones de barriles de petróleo de reservas comprobadas y 2.509 billones de pies cúbicos de gas. Los países del Golfo se han beneficiado de los elevados precios internacionales de materias primas, minerales y combustibles, sobre todo petróleo,
y cuentan con vastos recursos tanto para importar una diversidad de productos como para invertir en toda clase de proyectos. Con una extensión territorial de casi siete millones de kilómetros cuadrados y una población de un poco más de
Doscientos setenta millones de habitantes en Medio Oriente.
. La región ocupa, además, un lugar de primera importancia en nuestra política multilateral, así como en consideraciones que corresponden al ámbito de la seguridad, dada su enorme volatilidad y nuestra vecindad con Estados Unidos. Asimismo, la zona impacta a México en la economía por la vía de los precios mundiales de hidrocarburos. Históricamente, los perfiles de la relación bilateral de México con los países de Medio Oriente se han circunscrito a criterios de coyuntura, más que a una visión de largo plazo con objetivos y prioridades precisos.
Como un primer paso hacia un mayor acercamiento y presencia de México en Medio Oriente, el gobierno mexicano ha definido sus prioridades y concentrado sus esfuerzos en aquellos países que por su relevancia mundial o regional, su capacidad económica y dimensión cultural puedan ser partícipes de un diálogo político más sólido y una cooperación útil, fluida y constante. Con ese propósito, ha orientado sus acciones hacia los países que están representados en México a nivel de embajada o en los cuales nuestro país tiene el mismo nivel de representación diplomática. Se trata de naciones con las que nos unen
lazos políticos, económicos e históricos.
México estableció relaciones diplomáticas con Arabia Saudita el 12 de septiembre de 1952. Los vínculos bilaterales se han orientado principalmente al intercambio de información sobre el mercado energético internacional, en virtud de que ambos
países gozan de una gran riqueza petrolera. En el ámbito económico-comercial, se han detectado nichos de mercado atractivos para las empresas mexicanas. Desde 2005 se realiza un intercambio más o menos regular de visitas de personas de
negocios, especialmente vinculadas con el sector agrícola y la construcción de manufacturas para el sector de hidrocarburos. Si bien Arabia Saudita había sido nuestro segundo socio comercial en la región, “el comercio bilateral sumó 389.7 millones de dólares (mdd), lo que lo colocó como el primer socio comercial de México, desplazando a Israel. Los principales productos exportados fueron conductores de cobre, aluminio o sus aleaciones (9.6%) y miel natural (5.0%),
y se importó gasolina (78.6%) y gas propano (19.8%)”.10 Particularmente en los últimos años, Arabia Saudita se ha ubicado como un importante actor regional, con capacidad de mediación por su peso específico y, sobre todo, por los enormes recursos económicos con los que cuenta. Al reino saudita le preocupa el
avance de los grupos shi’ítas en la zona, principalmente de Irán, por lo que lleva a cabo una intensa ofensiva diplomática en la región, que lo ha obligado a dialogar con Teherán.
En 2008 se celebró el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y Egipto. Recientemente se ha dado un renovado impulso a los vínculos políticos, económicos y culturales, así como a la relación en el ámbito multilateral, en el que ambos países comparten posiciones en temas
como desarme, terrorismo, desarrollo sustentable e integración regional. Egipto es el tercer socio comercial de México en Medio Oriente. En el primer semestre de 2007, el comercio bilateral fue de 218.3 mdd. Los principales productos exportados fueron partes para la industria petrolera (26.7%), manufacturas de vidrio (24.1%) y ácidos nucleicos y sus sales (8.7%). El principal producto importado fue gasolina (79.7%).12 Egipto es un actor clave en África, en Medio Oriente. El Cairo es sede de la Liga de Estados Árabes y en el mundo musulmán. En todos estos espacios se distingue por su liderazgo y capacidad de mediación.
En este contexto, Egipto representa para México un socio importante como puente de acercamiento no sólo hacia Medio Oriente, los Estados árabes y el mundo musulmán en general, sino también hacia los países africanos. México e Israel
México ha sido históricamente receptor de la comunidad judía. Sus miembros han hecho destacadas aportaciones en los ámbitos económico, científico y cultural mexicanos. Las generaciones de mexicanos que profesan el judaísmo han preservado sus tradiciones, creando una síntesis entre las identidades mexicana
y judía. México e Israel establecieron relaciones diplomáticas el 1 de julio de 1952. A lo largo de los primeros años de la relación se sentaron las bases para el posterior desarrollo de la cooperación bilateral en materia cultural y técnica, dos de sus dimensiones más estables. Destaca en particular la colaboración en el ámbito
agrícola. Por otra parte, el diálogo político ha sido constante y muy provechoso. De 2000 a 2006, Israel fue nuestro primer socio comercial en Medio Oriente. Ese país ha aprovechado el Tratado de Libre Comercio bilateral firmado en el año 2000 y ha continuado ampliando sus exportaciones a México, lo que
se traduce en un déficit comercial creciente para nuestro país. Durante el primer semestre de 2007, el comercio bilateral sumó 280.6 mdd, lo que colocó a Israel en segundo lugar, precedido por
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