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La Etica Protestante

derekamila19 de Noviembre de 2012

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LA INFLUENCIA DEL PROTESTANTISMO EN EL CAPITALISMO

Max Weber dice que el capitalismo se identifica, ciertamente, con el deseo de la ganancia, que había de lograrse con el trabajo capitalista, continua y racional, ganancia siempre renovada, la rentabilidad”. Y así dentro de una ordenación capitalista de la economía, cualquier esfuerzo individual no encaminado al posible logro de una ganancia se estrellará sin remedio.

Antes que nada hemos de definir con una precisión algo mayor de lo que comúnmente suele hacerse, qué es un acto de “economía capitalista”. Esto significa,, un acto que se apoya en la expectativa de una ganancia producto del juego de recíprocas posibilidades de cambio, en clásicas probabilidades pacíficas lucrativas

Al desear racionalmente el lucro de índole capitalista, la correspondiente actividad se basa en un cálculo de capital, esto es: se integra en una serie planeada de verdaderas prestaciones provechosas o particulares, como medio adquisitivo, de modo que el valor de los bienes estimables monetarios (o el valor de apreciación calculado con periodicidad de la riqueza valorable en moneda, de una empresa estable), en el balance final deberá superar al “capital”, digamos al valor estimativo de los medios adquisitivos reales que fueron aplicados para la adquisición por cambio, que deberá, por consiguiente, aumentar sin interferir con la existencia de la empresa.

¿En qué medida la ética protestante influyó en el proceso del desarrollo del capitalismo moderno?

Max Weber pretende explicar como la religión protestante influyó en el desarrollo del sistema económico capitalista, la conexión que había entre el protestantismo y la transición de la racionalidad económica, ya que los protestantes participaron con el porcentaje más elevado en la posesión del capital, en la dirección y en los más altos puestos de trabajo especializado, y más aún entre el personal técnico y comercial mejor preparado de las empresas de la Europa moderna, al igual que algunos de los primeros centros de desarrollo capitalista a principios del siglo XVI eran protestantes.

Para Weber el capitalismo expresa la esencia de la racionalidad, ya que el empresario capitalista toma decisiones según un cálculo de costes y beneficios. Por el contrario, para Weber, el capitalismo es la antítesis de la racionalidad, pues ¿se puede decir que es racional un sistema económico que condena a la pobreza a la mayoría de la población? (John Macionis y Ken Plummer, 2003)

Weber nos explica que la actividad económica está desligada de la religión, porque las acciones que realiza el hombre en cuestión económica no están dirigidas al mundo “espiritual”, sino al mundo “material”.

Por eso los protestantes son más exitosos económicamente que el mundo católico gracias al influjo de la religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo, honradez, ahorro y les era permitido a las cosas materiales.

Los protestantes tenían buena posición económica por que estudiaban para profesiones de tipo industrial y mercantil más que los católicos, quienes prefieren en su mayoría los estudios humanistas.

Uno de los principales obstáculos que tuvo que afrontar el espíritu capitalista fue la conducta tradicional de trabajar para la suficiencia, “ganar lo necesario para seguir viviendo”.

El trabajo como un fin en sí, como “profesión”, como algo querido, es algo que el “capitalismo exige”, y que no se logra con salarios altos o bajos sino con educación, mediante moralización religiosa por ejemplo, asociándola con la economía.

La palabra “profesión” tiene un matiz religioso en todos los pueblos de mayoría protestante, mientras que carece de él en los católicos, y en las lenguas antiguas sólo el hebreo parece tener un matiz religioso para esa palabra.

El concepto de profesión mantuvo todavía en Lutero un carácter tradicionalista. Profesión es aquello que el hombre ha de aceptar porque la providencia se lo envía, algo ante lo que tiene que “allanarse”; y esta idea determina la consideración del trabajo profesional como misión, como la misión impuesta por Dios al hombre.

La ganancia de dinero cuando se verifica legalmente representa, dentro del orden económico moderno, el resultado y la expresión de la virtud en el trabajo, y esta virtud, fácil es reconocerlo, constituye el autentico alfa y omega de la oral de franklin.

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

coste

1. m. Gasto que se hace para la obtención de una cosa o servicio:

costes de producción.

- El orden económico capitalista actual es como un cosmos extraordinario en el que el individuo nace y al que, al menos en cuanto a individuo, le es dado como un caparazón (Geahause) prácticamente irreformable, en el que ha de vivir, y al que impone las normas de su comportamiento económico en cuanto que se halla implicado en la trama de la economía.

- El capitalismo actual, señor absoluto en la vida de la economía, educa y crea por la vía de la selección económica los sujetos(empresarios y trabajadores) que necesita.

- Para seleccionar aquel modo de conducción de vida (Lebensfuhrung) y de concebir la profesión mas adecuada a la esencia del capitalismo (es decir, para que este modo pudiera vencer a otros), debía nacer primeramente no en los individuos aislados, sino como una concepción de un grupo de hombres.

LA ÉTICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCÉTICO

I. Los fundamentos religiosos del ascetismo laico.

El Calvinismo, el Pietismo, el Metodismo y las sectas nacidas del movimiento bautizante, son los representantes históricos del protestantismo ascético, Su separación de las iglesias reformadas no ascéticas no fue rigurosa. El Metodismo pretendía renovar el espíritu ascético de la iglesia anglicana, separándose de ella después. El Pietismo nació del Calvinismo y pasó de la ortodoxia al luteranismo, para acabar en secta aparte, al igual que el Metodismo e igualmente sucedió con el Calvinismo y la iglesia anglicana.

El movimiento ascético o “puritanismo”, atacó los fundamentos del anglicanismo, en una lucha que secó sus raíces dogmáticas, aunque su huella perduró e influenció en morales posteriores.

En cuanto al calvinismo, origen de todas las luchas entorno a la religión; desde una visión capitalista, tenía en la predestinación su dogma primordial, cuya situación histórica nos interesa conocer y cómo se integró la doctrina esta teología. El arrepentimiento, como forma de purgar las iniquidades humanas, refuerza la fe en Dios en muchas religiones, fue un dogma que para Calvino fue cada vez más fundamental, al contrario que muchos de sus coetáneos que lo abandonaron. Sólo una pequeña parte elegidos, de predestinados se salvará; dando, como no, el resultado de una generación sumida en el más profundo aislamiento interior, de cuyas raíces pendieron el puritanismo auténtico e individualismo desilusionado, y cuyo espíritu llenaba el hueco allí donde el dogma se devaluó. El luteranismo no llegó a estas últimas consecuencias. El trabajo social se hará para honrar a Dios, al igual que la ética profesional al servicio de la colectividad.

Como primera manifestación, tenemos el cumplimiento de tareas profesionales, como propulsor de la gloria de Dios. Pero, qué sentido tiene la preocupación por lo material cuando estamos en una época de preocupación infinita por la otra vida, ¿seré yo el elegido o el condenado? Estando en la certeza de la gracia, y por ende de despreocupación, Calvino dio argumentos vanos. Esa incertidumbre religiosa, entre otros caminos, se podría sobrellevar recurriendo al trabajo profesional incesante, que olvide y ahuyente las dudas.

Toda religiosidad práctica puede adoptar dos formas: que el hombre asegure su estado de gracia sintiéndose “recipiente”, o instrumento del poder divino; cultivando así el misticismo o el ascetismo, respectivamente. Lutero se acerca al primer tipo y Calvino al segundo. El calvinismo afirma que Dios ayuda al que se ayuda a sí mismo, es decir cada uno crea su propia salvación. La fe es el camino de la certeza de la gracia, de modo que sólo los elegidos tienen fe, la idea de comprobar dicha fe en la vida profesional incesante y eficaz.

El calvinismo, el movimiento bautizante y las sectas baptistas surgidas de él han sido los grandes representantes del ascetismo protestante. Nota común a todos los grupos es la doctrina del “estado religioso de gracia”; estado en que el hombre se aleja del mundo y sólo llega a aquél mediante un cambio de vida, para ascetizar su comportamiento, racionalizando su existencia dentro del propio mundo, heredado del concepto de profesión del protestantismo ascético, que ahora se aleja de los claustros.

II. La relación entre la ascesis y el espíritu capitalista

Será el análisis de escritos inspirados en la práctica de la cura de almas, de diversos autores, para encontrar las conexiones entre las ideas religiosas del protestantismo ascético y el espíritu fundamental de la actividad económica; reparando en especial en Richard Baxter, que bebió de las fuentes del calvinismo, y máximo exponente del puritanismo inglés, por su consecuente idea de la profesión. La ociosidad es moralmente reprobable, placiéndole

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