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La Vida Es Bella Trabajo Practico De Analisis De Mundo Contemporaneo

jael771Trabajo24 de Junio de 2019

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1)

Argumento de la película.

A pesar de la realidad que se vivió durante la segunda guerra mundial, la película “la vita é bella” representa una actitud tragicomedia que muestra como un padre (Guido) con una actitud alegre transmite a su hijo (Giosue) una mirada diferente pese a la situación que estaban viviendo. Esta película tiene un mensaje positivo a pesar de las atrocidades que se cometieron contra los judíos en el holocausto.

Película: "la vida es bella"

Título original:

La vita é bella.

Año:

1997

País:

Italia

Género:

Comedia dramática

Dirección:

Roberto Benigni

Producción:

Elda Ferri

Gianluigi Braschi

Guión:

Roberto Benigni

Vicenzo Cerami

Personajes:

Guido, interpretado por Roberto Benigni.

Dora, interpretada por Nicoletta Braschi.

Giosue, interpretado por Giorgio Cantarini.

Característica de los personajes principales:

Guido interpretado por Roberto Benigni. Este es el protagonista de la película. Es divertido, siempre está atento a sus seres queridos.

Dora (Nicoletta Braschi) Es la mujer de Guido; es una mujer luchadora y fuerte.

Giosue (Giorgio Cantarini ) Es el hijo de Guido y Dora, es un niño inocente.

2)

Primer problema: el juicio moral.

Esta parte habla del problema moral al intentar condenar el hecho y evitar que se repita, porque por un lado, condenar a cada una de las personas que participaron en el genocidio no sería posible y, por otro lado, la reprobación moral de la sociedad junto con la convicción del destierro de tales prácticas sociales.

La capacidad de juzgar.

El alcance de la justicia respecto a las violaciones de derechos humanos resulta limitado.

Por un lado, por lo que se conoce en derecho como el “principio de legalidad” donde los hechos desarrollados durante un proceso de exterminio sistemático estatal, son acciones derivadas de autoridades legitimadas en su época. Todas las medidas tomadas, desde la discriminación hasta el homicidio, se encontraban respaldadas por reglamentaciones.

Volviendo al “principio de legalidad”, las acciones no se hicieron a partir de la opinión subjetivo-moral, sino desde el carácter legítimo de la orden. Lo que hoy vemos en el genocidio como ilegal, en ese tiempo no lo era, lo que invalidaria la posibilidad de juzgar las acciones del nazismo, con excepción de aquellos casos donde se hubiesen excedido de las normas sancionadas.

Por otro lado, aparece como obstáculo la imputabilidad de los acusados, porque se toma a los genocidas como irracionales, dementes. Para poder sancionarlos, se debe demostrar que los acusados se encontraban en conocimiento de las normas violadas y eran conscientes de lo que hacían.

El positivismo tiene serios obstáculos para juzgar de forma coherente a los perpetradores del genocidio.

El iusnaturalismo quiebra la lógica de funcionamiento del derecho moderno y apele a “derechos naturales”. Pero los derechos considerados como “naturales” no han hecho más que favorecer a los sectores vencedores de determinados momentos de la historia. Por lo tanto, juzgar a los genocidas no se ampara en ninguna facultad intrínseca del derecho ni de la ley y eso solo le funcionó a los sectores sociales triunfadores.

Además de estos obstáculos a la hora de juzgar habría que agregar el carácter relativo de las condenas, ya que con el tiempo, se suelen producir reducciones en las penas.

Si nos concentramos en el argumento ético, se puede ver que la “condena moral” es una construcción subjetiva y ambigua.

La imposibilidad de comprender una acción tan compleja como el asesinato en masa de seres humanos ha sido un obstáculo para combatir su realización. Mientras se sigan atribuyendo estas prácticas sociales al ámbito de la locura, seguirá la posibilidad de un nuevo genocidio.

Resulta de vital importancia descubrir cómo se construye un genocidio y sus protagonistas.

La conceptualización.

Gran parte de los medios de comunicación hacen parecer a los genocidas locos y poderosos, a las víctimas como mansas y sin capacidad de defensa y a los espectadores como ignorantes y ajenos a todo el proceso. Aunque según las numerosas investigaciones, indican que esta conceptualización es errónea.

Cómo se construye un genocida.

Luego de la guerra se conceptualizó al genocida con una connotación demoníaca, pero Hannah Arendt sugirió que Heinrich Himmler o Adolf Eichmann poco tenían de locos y que eran padres ejemplares; esto contradijo el esquema explicativo reinante, pese a intentar demoler la supuesta “inimputabilidad” de los genocidas y sus colaboradores. Dejaba a la vista que el genocidio no fue perpetrado por locos, sino que cualquiera podía ser parte.

Stanley Millgram hizo un experimento que permitió dar un mayor fundamento acerca de los mecanismos del genocidio. Para exterminar en cámaras de gas a enormes masas de seres humanos hacía falta un número gigantesco de personas. No es posible imaginar a cientos de miles de individuos con demencia organizados con una eficacia escalofriante. Es más lógico suponer que sólo se necesita un grupo reducido de personas que tomen el poder para tener a su disposición a una masa de seres humanos dispuestos a arrestar a las víctimas, conducirlas a los campos de concentración e introducirlas en las cámaras de gas.

Los testimonios de los oficiales nazis que recoge el documental Shoah dan cuenta de la problemática de la obediencia y la optimización de la muerte. Se buscaba la optimización de sus recursos, la producción de la mayor cantidad de muertos con los menores costos y en el menor tiempo posible.

La sociedad de la normalización.

Esta “normalización” se separa en dos partes. Por un lado, normalización disciplinaria, construcción de un cuerpo productivo, idéntico a los otros, capaz de estructurarse como pieza móvil. Por otro lado, normalización estadística, construcción de un cuerpo sano, con una media de fuerzas que permita su existencia como cuerpo productivo.

El concepto de “mayoría” abandona así el carácter de “masa”. Entonces el concepto de “minoría”, por oposición, se lo relaciona como que escapa de la “normalización” propuesta, o sea, los discapacitados, enfermos, dementes, etc.

La “normalización estadística” tiene la “administración del derecho de muerte”, se encarga de regular las posibilidades de vida: técnicas de control de la natalidad y la mortalidad.

Pero ¿cómo justificar la necesidad de “provocar la muerte”? La categoría operativa de “normalidad” permite insertar la muerte como una necesidad para la preservación de la vida del conjunto, de la especie humana.

Se tenía, en ese momento, a la mezcla de la sangre alemana con la judía como una “degeneración”, lo que permitió construir la imagen del otro “no normalizado” como peligro para la población.

Esto comienza a ser una fase de hostigamiento, aislamiento y finalmente exterminio de la minoría. La “marca” distingue a lo “otro” de lo “sano”. El hostigamiento prepara y adiestra la fuerza exterminadora, el aislamiento recluye al otro y destruye sus lazos sociales y el exterminio permite su “desaparición” material y simbólica. Todo para “curar” al cuerpo social: la imagen biológica permite una explicación para lo inexplicable.

La conceptualización de las víctimas.

A los genocidas se los toma de “locos”. A las víctimas de estúpidas; eran simples “ovejas que marchaban al matadero”. Se muestra a las víctimas obedientes y se ocultan a quienes lucharon.

La construcción de las víctimas y las formas de resistencia.

Los testimonios cuentan que antes de entrar en las cámaras de gas, los individuos ya habían sido derrotados anteriormente; llegaban hambreados, heridos, golpeados. El proceso de discriminación había sido instalado hace años, así que las víctimas eran perseguidas y maltratadas “legalmente”; en la película se ve cuando pintaban mensajes antisemitas en el caballo del tío de Guido.

Habían sido echados de sus trabajos, sus bienes habían sido confiscados, tenían impuestos “extraordinarios”y una prohibición para realizar sus rituales. Ya no se consideraban “ciudadanos”. En una parte de la película esto se puede ver, cuando Guido le explica a su hijo, de modo alegre, como chiste, que no podían entrar a ciertos lugares por ser judíos.

Desde antes de la matanza, sus “condiciones de reproducción” (su comida, hogar y abrigo) se veían seriamente amenazadas.

Más adelante fueron recluidos en “campos de concentración” o “guetos” de los cuales se les impedía salir. En la película muestran cómo se llevan a Guido y a su hijo al campo de concentración, al cual su esposa Dora insiste para ir con ellos. Todo visto de modo amigable, como un juego para el pequeño Giosué.

Se les quitaban sus posesiones, se les obligaba a trabajar en fábricas por una remuneración insignificante o nula. En la película muestran a Guido haciendo trabajos forzados junto a los otros judíos y a su esposa juntando las posesiones de los judíos que habían muerto en las cámaras de gas.

Luego comenzaron las deportaciones y los asesinatos. Primero se mataba a los ancianos, como el tío de Guido, llamado Eliseo Orefice; en un momento se llevan a todos los ancianos y a los niños a “darse una ducha” cuando realmente iban a las cámaras de gas.

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