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La construcción semiótica del objeto “pandemia” entre el miedo y los cambios culturales


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2021  •  Ensayos  •  5.570 Palabras (23 Páginas)  •  76 Visitas

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Semiología

     

Universidad Nacional de Buenos Aires

Ciclo Básico Común

La construcción semiótica del objeto “pandemia” entre el miedo y los cambios culturales

            Segundo Cuatrimestre 2021

                                                   

                                                  Sede: Avellaneda

                  Selección del material:  

                                                 Marcela Lonchuk 

           

       Programa correspondiente al Segundo Cuatrimestre del

           año 2021

           Contenido temático general:  

             La construcción semiótica del objeto “pandemia” entre el miedo y

             los cambios culturales.

La “pandemia” apareció como efecto de un coronavirus, que tal vez ha estado en este mundo desde hace mucho tiempo y del que no teníamos noticia, porque no había entrado en contacto con ningún humano. Pero en diciembre de 2019 las autoridades chinas notificaron de sus efectos en humanos y se desató la “pandemia”. Hacia el 20 de marzo gobiernos de distintos países reconocieron su existencia dictando medidas de prevención que alteraron nuestra cotidianeidad.

De la “pandemia” que se atribuyó a ese coronavirus que llamaron Covid 19, no sabíamos nada. Y no sabíamos nada porque hasta el 20 de marzo no existía y ni podíamos imaginar que pudiese existir.

Esa indefinición de ese algo desconocido nos produjo incertidumbre y angustia y muy pronto miedo. Un miedo que cristalizó en pánico a lo público, al otro. Y entonces cambiaron las coordenadas de nuestra vida social y cultural.

En esa intersección entre miedo y cambios culturales comenzaron a crearse y a comunicarse los argumentos que construyeron y siguen construyendo el objeto semiótico “pandemia”. Se trata de argumentos, de signos, que definen y hacen visible un objeto creado por la cultura. Al igual como ocurrió en el pasado con la gripe o el VIH o la peste, la “pandemia” es un objeto creado con signos de la cultura en la que vivimos. Si nos ponemos a pensar qué es la gripe o el VIH o la peste, advertimos que son el efecto de algo que enferma a nuestro cuerpo, síntomas a los que hemos catalogado como indicios de una enfermedad. Y luego buscaron los científicos los tratamientos y los fármacos para paliar esos síntomas. En algunos casos han encontrado vacunas y en otros, no. Por suerte, en el caso de la “pandemia” del año 2020, se han inventado muchas vacunas.

Desde el nombre del coronavirus que produce la “pandemia”, Covid 19, hasta los nombres de vacunas que han comenzado a aplicarse poco más de un año después de su aparición, SputniK V, Pfeizer, AstraZeneca, la” vacuna china” o la “india”, eran objetos que no existían a fines de 2019, pero hoy estamos convencidos de que existen, de que están ahí, como si hubiesen estado ahí de toda la vida. Pero no es así, fueron creados por la cultura, por los científicos, durante el año 2020.  Las vacunas son signos que han venido para quedarse con nosotros y hemos seguido y seguimos las alternativas de su creación, de su producción y de su comercialización. Como se ve, los signos se materializan en objetos.

Una vacuna puede definirse usando un conjunto de argumentos que explican de qué modo funciona y que permiten especular acerca de su efectividad. Es un objeto diseñado por la ciencia mediante argumentos, que se materializan en el contenido de una ampolla y sirve para detener el contagio de un virus.

Pero hasta que tuvimos las vacunas, el coronavirus era algo con lo que nadie sabía qué hacer. Y al objeto “pandemia” tenía que ser definido, había que asociarle atributos para poder manipularlo de algún modo. Y ahí empezamos a tener miedo del otro. Otro que fuera portador podía contagiarnos. Y entonces tuvimos que aislarnos y los políticos y las autoridades sanitarias inventaron la sigla ASPO (aislamiento social, preventivo y obligatorio), y luego tuvimos que mantener distancia social y se inventó una nueva sigla, DISPO, que significa mantener dos metros de distancia con el otro. ¿Quién sabía que era ASPO y DISPO en 2019? Nadie. Eran objetos inexistentes, pero hoy son objetos semióticos que constituyen la constelación de argumentos que definen la “pandemia”.  La distancia y el aislamiento respecto del otro encontró su síntesis en el tapabocas. El tapabocas es el signo visible de la “pandemia”.  No era que antes no existían los tapabocas, pero eran una cosa que usaban los orientales, y ahora son parte de nuestra indumentaria. Es más, se han investido del significado de cuidar del otro y de uno mismo.

Cambió nuestra vida social. El formato de nuestras interacciones dejó de ser cercano y colectivo para pasar a ser distante e individual, hasta higiénico, porque lo de antes parece que era ¿sucio?

Aparecieron un conjunto de metáforas bélicas para referir a disposiciones de prevención y limitaciones de movimientos, como “toque de queda”, “estado excepcional” o “cierre de fronteras”, o al trabajo del personal de salud, “primera línea”.

Lo cierto es que las fuerzas de seguridad pasaron a controlar fronteras físicas, horarios y hasta nuestros usos del espacio público.

El tiempo y el espacio no se libraron de distorsiones. Los espacios públicos y privados se vieron alterados de golpe. Los primeros quedaron desiertos y los segundos tuvieron que convertirse en el escenario de nuestra vida que pasó a ser absolutamente virtual. Y el tiempo pasó a ser algo imposible de manejar. No hubo agenda que pudiere con él. Se convirtió en una continuidad sin cambios que terminó por desdibujarse. Hemos pasado un año en blanco, con un tiempo blanco cual hoja sin escribir. Nos pasaron cosas, pero han quedado muy borrosas.

Y obvio, se hicieron más presentes las inequidades sociales, el hacinamiento, la falta de internet, de dispositivos para trabajar y comunicarse. No todos pueden cuidarse del modo en que corresponde y no todos pueden acceder a los diversos servicios que se prestan por internet.

Todos esos son signos y argumentos que han pasado a integrar la definición del objeto “pandemia”.

Signos que necesitábamos que fueran visibles, porque si estábamos encerrados, lo que queríamos era ver. Cantidad de imágenes visuales comenzaron a circular por diversos medios de comunicación y en distintos tipos de mensajes: fotografías, memes, videos, carteles, con información legítima o no tanto. Pero necesitábamos ver y mostrar.

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