La disciplina rechazada
Flooky CrazyEnsayo20 de Noviembre de 2019
4.093 Palabras (17 Páginas)110 Visitas
La disciplina rechazada.
Por: Omar Joffred Barreto Sánchez.
Al momento de nacer ya estamos insertos en cierta cultura la cual nos dota de sus conocimientos, costumbres, creencias e ideologías por lo que nos sentimos parte de ella. Conforme vamos creciendo empezamos a crear nuestro propio conocimiento a partir de varios saberes pero no siempre es así debido a que nuestra forma de pensar ya está regida por cierta disciplina y resulta más cómodo adoptar aquellas maneras de entender las cosas más fácilmente y que se cierra al cuestionamiento que va más allá de las preguntas habituales. Aquí se encuentra la causa de que nos aferremos ciegamente a defender cierta ideología ya sea religiosa, política o científica y no le demos lugar para aquella disciplina que impone un esfuerzo doloroso para que sea entendida pero que nos regala la entrada al arduo camino de la maravillosa razón. Me refiero a la filosofía.
Desde que tenemos uso de razón somos curiosos. Tenemos inserto en nosotros ese impulso hacia lo desconocido para adentrarnos a saber por cuenta propia la realidad de las cosas. El principal medio con el que se cuenta para conocer es la pregunta. Al preguntar adquirimos cierto conocimiento del cual carecíamos, es llenado aquel hueco en nuestro saber y nos han curado la enfermedad de la ignorancia. En ciertas personas existe una especie de amor incontrolable hacía la sabiduría, a esta pasión se le llama filosofía.
La filosofía se encuentra a la vuelta de la esquina. Ha llegado para quedarse y curarnos a todos de esa enfermedad que habita en el alma, la ya mencionada ignorancia. A través de preguntas y respuestas más allá de las habituales, problematizaciones, inconformidad y dolores de cabeza la filosofía ha avanzado, dando mucho en que pensar durante más de veinte siglos. Por algo no ha desaparecido aunque en varias ocasiones no es bien aceptada por distintos motivos.
A lo largo de la historia han existido momentos cruciales en donde a la filosofía se le ha privado salir a la luz para hacer uso de ella o muchas veces ha sido remplazada por una “falsa filosofía” dogmatizada con el fin de ser usada en beneficio para quien desee controlar sobre, comúnmente, una sociedad. A lo largo de este ensayo se mostraran las razones por la cuales la filosofía ha sido rechazada por aceptar discursos cerradas al cuestionamiento y a su vez la ventaja que da seguir su complejo camino.
Siempre han existido supuestas “verdades absolutas”, las cuales si son cuestionadas por alguien a causa de la curiosidad, esa persona es juzgada por la demás sociedad, llamándola “rebelde” o “hereje” por no aceptar las cosas tal y como nos la muestran a partir de un mito.
Toda esta incertidumbre tiene principio en una sola cosa, en el mito. En aquella historia ficticia y fabulosa la cual nos dan para explicarnos el origen de lo que conocemos y de lo que desconocemos. El mito es aceptado por el hombre porque se le es transmitido e impuesto desde que es concebido por parte de sus progenitores. Cuando se nos es contado genera ciertas emociones en nosotros que nos atraen, es ahí cuando nos arraigamos a él y lo reconocemos como saber único, absoluto e incuestionable.
He aquí la primera pista de nuestro caso. El primer acusado y uno de los principales culpables es el mito y a sus derivadas maneras de utilizarlo en diferentes discursos para no discutir ante cuestiones que tengan que ver con preguntarnos por nuestra conducta. Aunque muchas veces nos cuestionamos sobre estas verdades que se nos imponen también es cierto que por culpa del miedo no llegamos a preguntarnos más allá. Nos quedamos con la idea, por usar un ejemplo, que el mundo fue creado a partir de la nada por un ser superior o con la funesta idea que si no estamos dentro de cierta religión no será posible nuestra salvación en el otro mundo.
Las costumbres religiosas que se nos son impuestas desde que nacemos y con las cuales debemos vivir para que rijan nuestra conducta moral deben ser respetadas y seguidas por todo hombre. Pero cuando alguna persona pretende “ser diferente” o tener ideas nuevas distintas inmediatamente es tachado como blasfemo.
La humanidad no ha estado interesada en este tipo de hombre, jamás lo ha deseado ni ha colaborado a fomentar un hombre de esta clase. Y cuando ha aparecido un hombre así, ha sido el más temido, el menos esperado, pues ha roto todo molde tradicional y la sociedad se ha sentido amenazada al tener ante sí a un tipo distinto, mejor y más apreciable. (Nietzsche 1895, pp. 14)
Muchas veces dejamos nuestra conducta y nuestros vienes a disposición de la religión. Dejamos que esta maneje nuestras vidas y regule nuestros actos a partir de seguir las recomendaciones del guía encargado. Un claro ejemplo es el rito de la misa, en él se asiste a escuchar la palabra de Dios la cual es transmitida por un hombre común y corriente al cual se le llama sacerdote. Este hombre a partir de parábolas da una manera de vivir para quienes lo escuchan y muchas la siguen al pie de la letra. Claramente no hay nada de malo en esto debido a que cada quien es libre de elegir la manera de comportarse el problema se encuentra cuando el hombre tiene la idea que el sacerdote es infalible por lo que hace oídos sordos a toda opinión o sugerencia que no venga por parte del celebrante. Es aquí en donde no puede haber ya autonomía por parte de esa persona, su vida está condicionada a seguir ciegamente cada decreto que se le imponga para tener contenta a la ley divina. Toda opinión que venga por parte del sacerdote es realizada y llevada a cabo por el hombre que lo escucha puesto a que lo ha considerado sabio y que al seguir esas recomendaciones su vida se tornara benéfica para él gracias a que su “sabio” lo dijo. Si estamos de acuerdo con algo no lo cuestionamos.
Pero no solo le atribuyamos toda la culpabilidad a la religión sino que al mal uso que le hemos dado al mito debido a que se encuentra casi en toda explicación. En otras disciplinas también existen los mitos y muchas veces ni cuenta nos damos debido a que no lo cuestionamos por aceptación a él y cuando estamos de acuerdo con algo no se cuestiona.
El conjunto de conocimientos aplicados y verificables sobre una materia se le llama ciencia. Ella puede catalogarse como lo más certero que podemos conocer gracias a que cada vez que afirma un dictamen este ya fue pasado por el método científico para cerciorar su veracidad. Pero inclusive dentro de la ciencia existen mitos los cuales han pasado desapercibidos y catalogados como verdades. Un ejemplo que se puede dar es la idea que tenemos acerca de que el cerebro humano solo usa el diez por ciento de su capacidad, lo cual es falso debido a que con ayuda de escáneres cerebrales se ha demostrado que el cerebro utiliza distintas partes que lo conforman por lo que no es posible afirmar que solo este ocupando una pequeña porción. Otro ejemplo más dentro de la ciencia es la idea de que una vez que se pierdan neuronas cerebrales, ya no es posible que se generen más de ellas, lo cual es falso puesto a que es posible regenerar neuronas cerebrales a través de la neurogénesis.[1]
En la ciencia de igual manera existen mitos los cuales creemos que son verdad simplemente por tener la certeza que son verificables pero cabe mencionar que esta no es estable debido a que un fenómeno puede cambiar y por ende modificar toda una teoría propuesta para él. De ahí es en donde viene el problema para nosotros dado que nos confiamos al escuchar que tal opinión fue dada por el científico “fulano” y damos por hecho que esa opinión es verdadera pero pasa que tiempo más tarde el científico “perengano” ha dicho que hay error en esa teoría por ende propone la suya para que ahora esa sea la verdad absoluta. Todo termina en confusión y en más investigación. Pero si a algún individuo no le convence la respuesta que da la ciencia ante cierta cuestión y no está de acuerdo con ella todas las demás personas la catalogaran como ignorante o loco por tratar de “desafiar” a la ciencia.
Por otro lado dentro de la sociedad también existen conductas las cuales llevamos a cabo sin preguntarnos por ellas y simplemente las aceptamos sin cuestión alguna. Existen diversos ejemplos claros acerca de esto. Existen personas que muchas veces han utilizado el discurso a su conveniencia para poder mandar. Un ejemplo clarísimo son los candidatos a gobernar sobre cierta sociedad debido a que embellecen las propuestas para las personas, prometiéndoles lo mejor mientras que de fondo es solo una táctica para alcanzar tan deseado poder, le importa un comino las necesidades del pueblo y solo le importa su bienestar propio. Otro ejemplo claro sobre supuestas verdades totales en la sociedad se encuentra en el simple hecho de tomar por bueno y supremo la opinión de algún hombre al cual consideramos intelectual debido a que esta persona aunque tenga varios conocimientos no significa que tenga sabiduría culminante ya que puede equivocarse en algún saber o puede desconocer otros saberes pero el error gira en pensar que la opinión de él es superior, es un caso parecido al del sacerdote.
Debemos de llevar a cabo todas las normas que impone la ley suprema dentro de una sociedad debido a que –según la sociedad- quien las siga será un buen ciudadano y aquel ciudadano ejemplar que obedece sin cuestionar es lo que quiere el estado. Pero si alguna persona cuestiona sobre ese cierto mandato es llamado traidor hacía el estado e inclusive han llegado al grado de desaparecer de este mundo al mentado “traidor solo por no aceptar una imposición.
Asumimos cualquiera de las tres disciplinas como nuestra ideología ya sea por miedo o debido a lo que nos propone ya que nos causa satisfacción sus explicaciones y nos acostumbramos a ellas por lo que nos adaptamos a su contexto y no problematizamos sus opiniones dadas aunque muchas de ellas no estén en lo correcto. Preferimos por mucho vivir ciegamente regidos por ellas para que controlen de cierta manera nuestra forma de pensar y de actuar. Pero a quien no aceptamos y constantemente rechazamos es la filosofía. La catalogamos como el patito feo entre todas las disciplinas simplemente por el hecho de que para estudiarla implica esfuerzo en el cual dejamos lágrimas, sudor y sin duda alguna dolores de cabeza. ¿Qué placer se puede encontrar en estudiarla?
...