La importancia de la Ley del Impuesto al Valor Agregado

La importancia de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, no solamente radica en que establece los requisitos para el manejo de este, sino que también explica y define cómo funciona. En este caso se analizaron las expresiones de “efectivamente cobradas las contraprestaciones” y “el interés del acreedor queda satisfecho”.

La primera expresión habla sobre el momento especifico en que el pago enajenación de bienes o prestación de algún servicio se considere realizado, así sea algún anticipo, un depósito, cheque, etc., pero solamente cuando realmente este haya llegado al acreedor, es decir, cuando se compruebe que la persona que realizó la o las contraprestaciones pueda comprobar que estas ya han sido cobradas, es entonces cuando estos ingresos quedan sujetos al gravamen, por lo cual deben declararse en el mes en que hayan sido recibidos, y pagar el impuesto correspondiente en este mismo plazo.

Esto se refiere específicamente a una retribución monetaria por cualquier medio, mientras que la segunda expresión: “cuando el interés del acreedor quede satisfecho”, nos aclara que, si este no se encuentra satisfecho o no considera aún que las contraprestaciones han sido totalmente liquidadas, este aún no tiene la obligación de dar por enterado el IVA, pues este aún no ha sido causado según el criterio y perspectiva del acreedor, pero es importante saber que este “interés” no puede ser satisfecho por medio de algún acuerdo o trato distinto a lo establecido en la ley; sino que la única manera que existe de hacerlo es por medio de la extinción de obligaciones, ya sea por novación, dación en pago, compensación o confusión. Cualquier otra acción distinta a estas no será reconocida ni aceptada legalmente.

Por ejemplo, siguiendo lo establecido en el primer supuesto, si yo prestara mis servicios Profesionales como Contadora Pública, cobrándole a mi cliente un total de $25,000 pesos mensuales, y este me liquidara el mes con un cheque, automáticamente mi ingreso queda sujeto al gravamen del 16%, por lo que en ese mes tendría que declarar y pagar la cantidad de $4,000 pesos de IVA.

Mientras que, siguiendo el segundo supuesto, si mi cliente me abona solo $15,000 pesos de los $25,000 totales, y yo no considero que mis servicios hayan sido liquidados, puede decirse que mi interés aún no está satisfecho, por lo que no estoy obligada a declarar aún el IVA, sino hasta el momento en el que se me liquide por completo mi servicio.

Pero, continuando con el supuesto anterior, si ese cliente fuera el dueño de la casa donde vivo, por la cual debo pagar una renta de $10,000, y decidimos que los $10,000 restantes que me debe se tomen como el pago de mi renta, entonces sucedería una compensación, por lo cual mi interés quedaría satisfecho y entonces sí tendría la obligación de declarar y pagar el IVA correspondiente a mi ingreso.

Si bien, algo ha quedado claro es que no basta con

...