Las Señoritas De Avigno

Con las Señoritas de Avignon, Picasso, pone en crisis toda la tradición figurativa que existía en la pintura hasta esa época. Deja de ser una pintura en la que el espectador mira la obra y la analiza, para pasar a ser “mirado” por las figuras del cuadro, aquí las señoritas; por eso el espectador en lugar de contemplar una habitación con mujeres desnudas, pase a ser observado por ellas, ellas son las que le interrogan, le observan y son quienes le solicitan un posicionamiento.

Éste es uno de los rasgos fundamentales del arte del siglo XX, el espectador nunca más contempla una obra por la mera contemplación de la misma, tendrá que tomar partido, para opinar sobre la imagen, para participar en la creación de la imagen que llegara a convertirse en la instalación de una realidad concreta. Voy a exponer, lo que creo que tuvo de innovador la citada obra. Comentaré los bocetos previos que realizó durante meses a la obra final, la obra en sí, la repercusión de ésta en la trayectoria pictórica de Picasso y en el arte de la época. Finalizaré con lo que me sugiere personalmente a mi.

Las señoritas de Aviñón(zona de Barcelona donde eran frecuentes las prostitutas y que con el tiempo se confundió con Avignon, por lo que el título varió a esa forma), es un cuadro realizado en 1907. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo y sus medidas son 243,9 x 233,7 cm. Se conserva en el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York. Este cuadro, que marcó el comienzo de su Periodo africano, es la referencia clave para hablar de cubismo, del cual Picasso es el máximo exponente.

Se supone que el origen de la idea de pintar este cuadro le surgió a Picasso, después de ver la obra de Matisse “La alegría de vivir”, quedó sumamente impresionado y decidió emular y superar esta obra, vanguardista, pero rompiendo al mismo tiempo con el estilo del colorismo impactante del cuadro, encuadrado dentro del estilo fauvista. Decidió crear una obra que pudiera ser comparada a la de Matisse, pero siguiendo su propio camino y se embarcó en la tarea de Las Señoritas.

Según su costumbre, Picasso hizo una serie de bocetos antes de trabajar de lleno en la obra final. En el caso de Las Señoritas de Aviñón realizó más de 800 estudios preparatorios, que incluían dibujos detallados de cada personaje, sus cabezas, cuerpos, etc.

En los primeros dibujos aparecen dos figuras masculinas, según algunos autores, representan a un marinero y un estudiante. Delante del marinero, se aprecia un bodegón, compuesto por tres rajas de sandía, en la parte central delantera, hay otro bodegón con un jarrón con flores.

Todo el trabajo previo junto con el terminado final de la obra le llevo casi un año, ya que a finales de 1906 dejó de pintar y se dedicó este cuadro. Después de los numerosos bocetos realizados, en la obra final, decidió suprimir las figuras masculinas y el bodegón que aparecía en el centro, modificando el que se encuentra en primer término, quitando el jarrón y colocando un motivo

floral y frutal.

En este cuadro, Picasso imprime un nuevo punto de partida, donde elimina el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino. Reduce toda la obra a un conjunto de planos angulares, sin fondo ni perspectiva espacial. Rompe con los cánones de profundidad espacial, sacude todo lo que hasta ese momento, se hacía o se había hecho en pintura. El espacio del cuadro esta prácticamente ocupado por la imágenes femeninas, generado por los cuerpos, separado por colgaduras azules y espacios blancos sin pintar que dan un límite entre dos colores, de forma que se ve el lienzo, pasando a convertirse el lienzo en elemento plástico en si mismo, esta herramienta le permite así introducir la sensación de profundidad.

Picasso decía que se debe representar aquello que se sabe de las figuras, no aquello que se ve. Lo que importa en esta nueva manera de pintar es el concepto, no la percepción. Por esto, las figuras están despersonalizadas, se deforman, y el espacio también. No hay perspectiva, el fondo es completamente plano y fragmentado. En las dos señoritas que están en el lado derecho del cuadro, sus rostros, los de aspecto más cubista de los cinco, se asemejan a máscaras, esto se debió a la influencia de la escultura negra, sobre todo de corte oceánico, cuyas manifestaciones culturales comenzaron a ser conocidas en Europa por aquellas fechas. El rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda a las pinturas egipcias, la cara de perfil pero el ojo tal y como se ve en una cara vista de frente.

Otro rasgo característico, que seguirá utilizando, es la de las posturas anatómicamente imposibles, en la figura en cuclillas el rostro, la mascara, mira de frente mientras que el cuerpo está de espaldas. Los planos geometrizados que utiliza dan un sentido ambiguo a las figuras pero no obstante tienen volumen en la superficie plana de la tela.

Picasso inauguró con esta obra una nueva manera de concebir la pintura. Las figuras en algunas ocasiones se representan de frente y de lado, como en varias dimensiones. Ésta será una características típica del cubismo, que por primera vez se ve aquí, podemos decir que la realización de esta nueva creatividad que resultó revolucionaria, por todas las transformaciones que tuvieron lugar, provocarían el nacimiento de una nueva estética de vanguardia: el Cubismo. Aun cuando en un principio fue objeto de duras críticas y hasta burlas, con el tiempo se acabó definiendo como la primera obra cumbre del siglo XX. Los críticos están de acuerdo en que la aparición del cubismo se debe a los experimentos pictóricos estrictamente nuevos, llevados a cabo por Picasso y Braque, entre 1907 y 1909. Es la invención de nuevas formas para transcribir el espacio y las imágenes, completamente distintas de la pintura fauvista, frente a las posibilidades del color como medio expresivo autónomo, ponen la exploración de las formas y en las primeras fases de experimentación (cubismo analítico), el color se reduce, son austeros con el uso de las tonalidades, se pasa a usar colores neutros: ocre, marrón y gris.

Se puede decir que el Cubismo es un arte mental, que está desligado completamente cualquier semejanza con la naturaleza, la obra tiene valor en si misma, como forma de expresión de ideas. Se descomponen las figuras en partes mínimas, en planos estudiados en si mismos. Un objeto puede ser visto desde diferentes puntos de vista, rompen con la perspectiva convencional. Las formas geométricas invaden las composiciones. Todo lo que existe en la naturaleza, se lleva al lienzo en formas simplificadas: cubos, cilindros, esferas. Los principales temas serán los retratos y las naturalezas muertas urbanas.

Para mi esta obra está cargada de una gran sensualidad, es un poco inquietante, ya que parece que las mujeres, representadas en el cuadro, miran directamente a quien se pone delante, el espectador pasa de esta manera a ser “observado”, sobre todo por las dos figuras del centro. Tienen un aire provocador, no porque estén desnudas, sino por la intensidad de la mirada. Están esperando, pero con una gran indiferencia hacia lo que es ajeno a ellas. En conjunto es una obra, que a parte de las consideraciones artísticas formales, revolucionó el modo de concebir la pintura, aunque en un primer momento no fuera entendido.

Picasso descubrió que la figura puede cortarse en planos, descomponerse, analizarse. La figura, gracias a la multiplicidad de planos, puede verse de frente, de perfil y de espaldas a un tiempo, como la mujer en cuclillas de la derecha, con lo que se rompe el sentido del volumen y la perspectiva tradicional. Un nuevo enfoque del problema de representar volúmenes tridimensionales sobre una superficie bidimensional en ello reside la suprema originalidad de esta pintura.

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