Literatura Rusa antes del siglo XX
kellyzithaTesis25 de Septiembre de 2012
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Literatura Rusa antes del siglo XX:
La literatura rusa escrita empezó a desarrollarse después de que el país adoptara el cristianismo y el alfabeto cirílico. Los libros fueron un medio de propagar la fe y servir en los oficios religiosos. Los primeros libros que aparecieron en Rusia fueron traducciones del griego.
Siglos X-XI
El honor de ser considerado el primer libro en eslavo eclesiástico lo ostenta el llamado Código de Nóvgorod, hecho de madera de tilo. Fue descubierto en el año 2000, tiene cuatro páginas y data de finales del siglo X. Es una selección de salmos.
A finales del siglo X apareció también una breve crónica sobre los hechos de san Vladímiro el Grande, gran príncipe de Kiev. El Estado ruso antiguo, dividido en varios principados, cada uno con su propio gobernante, se llamaba la Rus de Kiev y estaba dirigido por el príncipe de la ciudad de Kiev, capital de la actual Ucrania, la más poderosa e influyente de aquel entonces, entre 980 y 1015. San Vladímiro recibió el bautismo en el año 988 e inició la transición del país al cristianismo. Entre finales del siglo X e inicios del siglo XI fue registrado por escrito un ciclo de poemas heroicos folclóricos sobre el santo, ya no en eslavo antiguo, sino en ruso antiguo.
Otra etapa de la literatura popular la marcaron las obras en corteza de abedul fechadas entre los siglos XI y XV: encantamientos, chistes, enigmas, selecciones de recetas y muchas otras.
En la literatura rusa existía una distinción muy clara: los textos religiosos estaban escritos en eslavo eclesiástico, mientras que los laicos se escribían en ruso antiguo, la lengua de comunicación en la vida cotidiana. Uno de los textos eclesiásticos más famosos de este período es El cantar de la ley y de la gracia de Dios del primer metropolitano de toda Rusia, Hilarión, fechado entre 1037 y 1050. La obra está dedicada al tema de la igualdad de los pueblos ante Dios y la Iglesia universal.
Siglo XII
A finales del siglo XII apareció la obra más famosa de la literatura rusa antigua: El cantar de las huestes de Ígor. El argumento de ese poema anónimo en eslavo antiguo está dedicado a una campaña perdida en 1185 por los príncipes rusos contra las tribus de cumanos que amenazaban la región con constantes incursiones. La obra representa una sorprendente mezcla del cristianismo con el todavía existente paganismo: en el fragmento más famoso del poema, “El llanto de Yaroslavna”, la mujer del príncipe llora la batalla de su marido con el enemigo desde la muralla de su castillo, invocando a los elementos: al sol, al viento, al río Dniéper... Los versos están llenos de simbolismo poético, de metáforas insólitas y llamamientos políticos bastante drásticos a los príncipes gobernantes para que unan sus esfuerzos contra un enemigo común. La notable diferencia de esta epopeya frente a otros textos de la época hizo que los especialistas llegaran a considerar que se trataba de una falsificación posterior, del siglo XVIII. Sin embargo, hoy domina la opinión de que es auténtica. Muchos expertos coinciden en que la obra forma parte de una tradición épica de la Rusia antigua totalmente perdida en la actualidad.
Siglo XIII
En el siglo XIII aparecieron las primeras obras de género epistolar. Uno de los ejemplos más destacados es La plegaria de Daniil el Prisionero, una petición del autor a Yaroslav II, el príncipe de Pereslavl en aquel entonces, que más tarde, en 1236, se convertiría en el gran príncipe de Kiev y desde 1236 también en el gran príncipe de Vladímir. El texto está fechado entre 1213 y 1236. Combina citas de la Biblia y crónicas de la época con elementos de la lengua oral y sátiras contra los nobles y las autoridades eclesiásticas. No se dispone de datos biográficos acerca del autor pero una de las versiones populares afirma que Daniil fue un exiliado o un recluso que se dirigía al príncipe en busca de ayuda.
Siglo XV
Mientras el siglo XIV se caracterizó por un fuerte desarrollo del género de “peregrinajes” (descripciones muy solemnes en eslavo antiguo de viajes a lugares santos), fue en el siglo XV cuando apareció la primera obra laica de este tipo: El peregrinaje a través de tres mares del comerciante de la ciudad de Tver Afanasi Nikitin. Afanasi fue un mercader que entre 1466 y 1474 emprendió un viaje a la India. Sin embargo, su expedición no le trajo ningún éxito comercial, con lo cual no tuvo recursos para regresar a casa. Finalmente, eligió un camino de vuelta a través de Persia, Somalia, Omán y Turquía. Sin embargo, jamás consiguió volver a ver su hogar: murió en el camino, en la ciudad de Smolensk, que en aquel entonces pertenecía al Gran Ducado de Lituania. Todas las aventuras que vivió y los países que visitó los describió en un diario que llevaba consigo. Su obra llegó a manos de un funcionario de Moscú y su texto se registró en las crónicas.
Siglo XVI
En los siglos XV y XVI en la literatura rusa siguió desarrollándose el género epistolar, de hecho, el siglo XVI está marcado por una obra maestra de este tipo: Cartas entre el zar Iván el Terrible y el príncipe Andréi Kurbski, un exiliado que obtuvo la fama de ser el primer “disidente” ruso, al escapar de las represalias del zar a Lituania, parte del Imperio polaco de aquel entonces. Hoy en día se conocen cinco cartas: dos de Iván IV y tres de Kurbski. Los temas principales son cuestiones sobre el poder eclesiástico en el país y el carácter de la monarquía; el príncipe argumentaba a favor de limitar la monarquía y de aumentar el papel de los nobles en la dirección del Estado, mientas que el zar declaraba el poder absoluto como única opción. Aparte, los mensajes de Iván el Terrible estaban llenos de drásticas acusaciones, maldiciones y groserías contra el traidor: “perro” y “consejos que hieden más que excrementos” fueron de las más suaves.
Otra obra maestra del siglo fue Domostrói (“Estructura del hogar”), una selección de reglas, instrucciones y consejos acerca de cómo debe administrarse la casa y la vida dentro de una familia: incluía recetas, prescripciones de qué vestir en diferentes ocasiones, de cómo y cuándo rezar y muchos otros detalles. A pesar de estar escrita en eslavo antiguo y no en ruso antiguo, contenía muchos proverbios y refranes. Reflejaba la ideología patriarcal de la época y entre las frases más famosas del libro está: “una esposa buena, trabajadora y silenciosa es una corona para su marido”, “no lamentes golpear a un joven: si lo castigas con una varilla, no morirá sino que se hará más fuerte”.
Después de 1547 apareció El relato de Piotr y Fevronia de Múrom. La peculiaridad de esta obra es que estaba basada en leyendas orales y cuentos folclóricos y reflejaba motivos mitológicos: una lucha contra una serpiente y una muchacha que resolvía enigmas.
Siglo XVII
El siglo XVII siguió modificando el género hagiográfico y vio el primer experimento laico de estilo. El innovador texto de Vida del arcipreste Avvakum, escrito por el mismo religioso entre 1672 y 1673, fue una pura autobiografía. El autor, el arcipreste Avvakum, fue un sacerdote que se opuso a la reforma religiosa que quería acercar la liturgia de la Iglesia ortodoxa rusa a la griega y encabezó masas de creyentes ordinarios que no querían traicionar la fe y las tradiciones de sus padres. Los llamados “viejos creyentes” perdieron y Avvakum fue perseguido, torturado y desterrado. Pasó quince años en el exilio y murió en la hoguera acusado de injurias al zar. La Vida fue escrita precisamente durante el período de destierro. En el texto, Avvakum abarca tanto debates religiosos e ideológicos como recuerdos personales, aventuras y sus pecados más íntimos. Las innovaciones penetraron en el estilo propio de las descripciones también: el lenguaje de la obra es una mezcla de elementos solemnes y habla popular.
Siglo XVIII
En el siglo XVIII empezó a desarrollarse muy rápidamente la lengua literaria propiamente rusa, mientras que los ámbitos de uso del eslavo eclesiástico se fueron reduciendo.
En el siglo XVIII Rusia se occidentalizó y secularizó bajo el cetro de hierro de Pedro I de Rusia. Puede decirse que la literatura profana o laica comienza verdaderamente en Rusia con este siglo. Pedro I en persona revisó y reformó el alfabeto ruso eliminando letras en desuso y simplificó el sistema ortográfico haciendo la lectura más accesible.
Al igual que en las demás literaturas occidentales de este siglo, la Ilustración entró en la cultura rusa, que tuvo en este siglo su periodo clásico. Este Clasicismo tuvo sus pilares en el dominio de la razón y la experiencia, por lo que el período se conoce también como "Siglo de las Luces" o "Siglo de la razón".
El primer escritor notable del siglo XVIII es Antioj Kantemir (1708-1744), hijo de Dmitri Kantemir. Fue importante poeta satírico y su obra maestra es la sátira en verso A mi parecer: sobre aquellos que culpan a la educación (Na julyáschij uchenie - 1729), contra aquellos que querían aniquilar el legado cultural de Pedro I y otras nueve sátiras.
La principal polémica literaria de este siglo fue sobre la poesía, y enfrentó a Lomonósov y a Vasili Trediakovski. Vasili Trediakovski (1703-1769), un poeta y traductor, publicó en 1735 su obra teórica Nuevo y conciso método de composición de poesías rusas (Novi i kratki spósob k slozhéniyu stijov rosíyskij). Opuesto al pie silábico tradicional, introdujo las nociones de pie métrico y de ritmo trocaico (_U) y yámbico (U_). Lomonósov en su Ensayo sobre la métrica de las poesías rusas (Pismó o právilaj rossíyskogo stijotvórstva) (1739) introdujo tres tipos
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