MODELOS CONTRAPUESTOS

INTRODUCCIÓN

A lo largo de los años, los modelos de salud han ido modificándose en todo el mundo a medida que variaba el concepto de salud y enfermedad. La aparición de nuevas tecnologías y el cambio en la forma de pensar de las personas, permitieron el descubrimiento de nuevas enfermedades, así como de sus causantes. Todo esto llevó a que la manera de afrontarlas varíe.

Durante el Siglo XIX, dos modelos contrapuestos fueron implementados en Argentina. Primero, el modelo higienista, que hacía énfasis en el cuidado del ambiente, ya que se consideraba a la enfermedad como un fenómeno social que abarcaba todos los aspectos de la vida humana. Luego, a finales del siglo, el modelo higienista dio paso a un nuevo modelo: el sanitarista. Este último ponía su atención en el cuidado de la salud de las personas. Gracias a él, los hospitales comenzaron a ser centros de diagnóstico, y permitieron, a su vez, el tratamiento de las distintas enfermedades que surgían en la sociedad.

Sin embargo, ¿Es conveniente el nuevo modelo implementado? ¿La sociedad precisa sólo el tratamiento de sus enfermedades, o es mejor la prevención? ¿Debería la sociedad actual recurrir nuevamente a un pensamiento higienista para tratar la salud?

Abordando la película “Casas de Fuego” haremos una relación entre ambos modelos, mostrando las características y los problemas que presentaron frente a la enfermedad que azotaba a la clase baja de Argentina en los comienzos del Siglo XX, el Mal de Chagas, para comprender qué modalidad debería seguir la sociedad futura.

Lo ideal para la actualidad seria una combinación de ambos modelos de salud, ya que ambos pueden complementarse para mejorar la calidad de salud de las poblaciones. 

DESARROLLO

La película “Casas de Fuego” muestra una sociedad precaria, afectada por una enfermedad desconocida, a la que se denominaba “Mal de Chagas”. A través de los acontecimientos que le suceden a Salvador Mazza, el protagonista, en una Argentina a principios del Siglo XX, vamos a explicar cómo van contrastando el pensamiento sanitarista e higienista dentro de la película y qué importancia va teniendo cada uno. Además, lo compararemos con lo que sucede en la actualidad.

Salvador Mazza, médico argentino, atendía a las personas infectadas por esta enfermedad en el hospital que había construido con los fondos que la Facultad de Medicina le había otorgado. En esa instalación, intentaba utilizar un método sanitarista, en el que atendía a las personas que allí llegaban.

A través de estudios en cuerpos de personas que fallecieron por esta enfermedad, descubre que la vinchuca era la transmisora de este padecimiento. Pero, se percata de algo más importante. Se da cuenta que esta enfermedad coincide con la línea de pobreza de la Argentina, ya que el insecto transmisor habitaba en los techos de paja y en las grietas de las paredes de las viviendas precarias de la clase baja. Aquellos que eran los más necesitados, eran los más olvidados en esa época. Estaban excluidos, aunque la salud fuera un derecho para todos. Y esto se sigue observando en la sociedad actual argentina, a pesar de la gran modernización y los movimientos de inclusión que abundan en el mundo. Todavía el dinero sigue siendo el requisito para entrar en la sociedad y para satisfacer nuestras necesidades.

Mazza también descubrió que no existía una cura para aquel mal, lo que lo entristece ya que no podía salvar a esa gente.

Una enfermedad crónica, incurable. ¿Cómo sanar a las personas de un padecimiento sin cura?

Allí se denota que las soluciones que proponía el pensamiento sanitarista ya llegaban a sus límites. Por más que se paliaran los dolores de la población, el Mal de Chagas siempre existiría y la muerte por ella seguiría abundando en el país. No quedaba otra que arrancar el problema de raíz para erradicarla por completo. Una noción de prevención, un tanto incomprensible para esos tiempos, es la que Mazza planea. Su propuesta para evitar el avance de la enfermedad consiste en que se quemaran los ranchos y así eliminar al insecto transmisor.

La idea de quemarlos mostraba el pensamiento paralelo al sanitarista: el higienista. Un modelo de salud que está basado en la prevención para extinguir definitivamente las enfermedades desde sus causas, lo que provoca modificaciones en las vidas de los individuos, tanto enfermos como sanos, y que toma en cuenta factores exteriores (contexto, condiciones ambientales, entre otros). Éste fue utilizado en épocas anteriores a la que él se encontraba, ya que, en la sociedad argentina, el flujo inmigratorio producido a fines del S XIX provocó un cambio en la mente de las personas, dejando de lado el saneamiento del

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