Parque inflable CAPÍTULO 3. Marco teórico
andrejosTesina15 de Noviembre de 2015
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CAPÍTULO 3. Marco teórico
3.1 Las organizaciones
Una organización, según autor es definición.
Existen dos maneras en las que una organización puede estar estructurada. Esto está directamente relacionado con el ambiente interno y externo que ésta tenga. Es así como una empresa o institución puede poseer una estructura organizativa mecanicista o burocrática, o una la estructura orgánica. Según Concepción García (2009) “una estructura organizativa mecanicista o burocrática era más apropiada para entornos más estables, mientras que una estructura orgánica, menos formalizada y muy descentralizada, era más eficaz cuando el entorno era cambiante”.
3.1.2 La naturaleza del trabajo directivo y el proceso administrativo
El trabajo que desarrollan los directivos es inmensamente complejo. Lo que caracteriza, y por lo tanto ayuda a definir en gran medida el trabajo de los directivos, es la capacidad de ejercer la autoridad sobre otras personas en el contexto organizacional en que se encuentra. El trabajo de los distintos puestos directivos son en esencia muy parecidos. El de los capataces, los presidentes, los gerentes o los supervisores consiste esencialmente en buscar el logro de objetivos de la organización a través de la coordinación de las personas a su cargo. (García, C. 2009).
3.2.3 Las funciones administrativas
En el enfoque clásico de la administración (que se explicará con más detalle en un apartado posterior) se presentan cinco funciones directivas primordiales: Planificación, organización, integración, dirección y control.
3.2.3.1 Planificación
Es pronosticar el futuro, fijar los objetivos, desarrollar estrategias que permitan conseguirlos, programar las acciones que permitan realizar las estrategias propuestas y presupuestar los medios necesarios.
3.2.3.2 Organizar
Consiste en establecer la estructura, delinear las relaciones entre las personas y describir los puestos de trabajo.
3.2.3.3 Integrar
Significa seleccionar a las personas más adecuadas, orientar y adiestrar para el puesto de trabajo.
3.2.3.4 Dirigir
Se refiere a delegar autoridad, motivar a las personas hacia un trabajo excelente, coordinar para superar las diferencias y administrar el cambio.
3.2.3.5 Controlar
Es fijar sistemas de información útiles, desarrollar estándares y medir resultados tomando medidas correctoras si es necesario y premiar el trabajo bien hecho.
3.3 Administración
3.3.1 Definición de administración
Según Eva Gallardo (2011), administración “se refiere al proceso de conseguir que se hagan las cosas, con eficiencia y eficacia, mediante otras personas y junto a ellas”. Esta definición incluye varios aspectos importantes, que se desglosarán a continuación:
- Conseguir que se hagas las cosas. En este proceso es donde entra la capacidad de liderazgo que el administrador posea. Se puede decir que esta es una base para una administración eficiente y eficaz.
- Lograr que se hagan con eficiencia y eficacia. Eficiencia se refiere a la buscar reducir los costos de los recursos al mínimo, y eficacia alcanzar las metas propuestas (Gallardo, 2011).
- Mediante las personas y junto a ellas. Es un proceso constante, que va unido directamente a la capacidad de trabajar en equipo. Se puede decir que los procesos son las actividades primordiales que se realizan (Robbins y Censo, 2009).
3.3.2 Antecedentes
La administración no es un término reciente. Desde que el ser humano comienza a trabajar en sociedad aparece la administración. El ser humano es social por naturaleza, y tiene la tendencia a organizarse y cooperar con sus semejantes. Su historia comienza desde las tribus nómadas que se organizaban para la caza y recolección de fruta, seguido del descubrimiento de la agricultura que dio paso a la creación de pequeñas comunidades. Más adelante se puede observar también la manera en la que se organizaban los gobiernos de naciones como China, Egipto, Roma y Grecia, que contaban con sistemas administrativos que han aportado mucho a lo que son hoy en día las teorías y principios de la administración.
En el caso de China, se dice que “A través de varios siglos, los chinos tuvieron un sistema administrativo de orden, con un servicio civil bien desarrollado y una apreciación bastante satisfactoria sobre muchos de los problemas modernos de administración pública”. (Antecedentes históricos de la administración, 2009).
Al hablar de Egipto, en dicha nación tenían un sistema administrativo que se puede considerar burocrático. Los servicios y bienes eran administrados de manera pública y colectiva a través del gran poder del gobierno central.
En lo que respecta a la organización de Roma, ésta aportó mucho a la administración. Después del año 509 a.J.C, los ciudadanos se reunían en asambleas en las que elegían magistrados encargados de gobernar el país: Cuestores (finanzas), ediles (administración), y pretones (justicia). Dos cónsules ostentaban el poder ejecutivo, dirigían al ejército y además eran jefes de estado. También existían los antiguos magistrados, que componían el senado, y controlaban la política interior y exterior. Este sistema les permitió expandirse con éxito y permanecer durante siglos. Es por esto que se dice que “el espíritu de orden administrativo que tuvo el Imperio Romano hizo que se lograra, a la par de las guerras y conquistas, la organización de las instituciones de manera satisfactoria”. El sistema administrativo romano tenía como mayores limitantes la dificultad de administrar tan extensos territorios, y haber reunido las labores ejecutivas con las judiciales.
El aporte que Grecia dio a la administración fue grande, gracias a sus filósofos, cuyas teorías y conceptos prevalecen hasta nuestros días:
Sócrates. Utiliza en la organización aspectos administrativos, separando el conocimiento técnico de la experiencia.
Platón. Menciona que las aptitudes naturales de los hombres dan origen a la especialización.
Aristóteles. Habla de lograr un estado perfecto.
Pericles. Explica los principios básicos de la administración que se refieren a la selección de personal.
Por otra parte, en toda la edad media, hasta inicios del siglo XX, la administración se desarrolló con una lentitud impresionante. Sólo a partir de la revolución industrial se provocaron los mayores cambios en el orden económico, político y social. Surgieron el capitalismo y las grandes empresas. Luego las compañías de socios solidarios, formas típicas de organización comercial, cuyo capital provenía de los lucros obtenidos (capitalismo industrial), y que tomaban parte activa en la dirección de los negocios, dieron lugar al llamado capitalismo financiero, que se caracterizaba por la dominación de la industria por las inversiones bancarias e instituciones de crédito, la formación de inmensas acumulaciones de capital provenientes de monopolios y fusiones de empresas, y la separación entre la propiedad particular y la dirección de las empresas.
En esta etapa además de consolidarse el capitalismo crece el volumen de una nueva clase social: el proletariado. Las transacciones se multiplican y aumenta notoriamente la demanda de mano de obra. Los propietarios tienen que enfrentar los nuevos problemas de gerencia, improvisando sus decisiones y sufriendo los errores administrativos de la tecnología naciente. Obviamente, esos errores, se subsanaban mediante un pago mínimo a los trabajadores.
Además, con los procesos de producción y de la construcción y funcionamiento de las máquinas, y con la creciente legislación que tiende a proteger y defender la salud y la integridad física del trabajador y, consecuentemente, de la colectividad, la administración y la gerencia de las empresas industriales pasan a ser preocupación permanente de sus propietarios. La práctica fue lentamente ayudando a seleccionar ideas y métodos empíricos. En vez de pequeños grupos de aprendices y artesanos dirigidos por maestros habilitados, el problema consiste ahora en dirigir batallones de obreros que integran la nueva clase proletaria. En lugar de instrumentos rudimentarios de trabajo manual, el problema consiste en operar con máquinas de complejidad creciente. No obstante, los empresarios se preocupaban más por producir cantidades mayores de productos de mejor calidad y a menor costo, que la gestión del personal y la coordinación del esfuerzo productivo. (Antecedentes históricos de la administración, 2009).
A comienzo del siglo XX la administración se volvió un tema importante para los investigadores. A partir de esta época comenzó el desarrollo del enfoque clásico de la administración, y la teoría del comportamiento, las cuales son las bases de los sistemas que las empresas utilizan hoy en día. Todo comenzó con el surgimiento del enfoque clásico. En este punto es importante mencionar las escuelas de administración que aparecieron, encabezadas por personajes tales como el estadounidense Frederick Winslow Taylor quien desarrolla la escuela de administración científica, y el europeo Henri Fayol quien desarrolla la teoría del proceso administrativo. (García, C. 2009). Más adelante surgió también el enfoque neoclásico de la administración. A continuación se explicará con más detalle el enfoque clásico, la teoría del comportamiento, el enfoque neoclásico, y además las nuevas teorías de la administración.
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