Planeacion Estratégica
240302141110 de Septiembre de 2014
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Globalización vs. Educación
Escribe: Jesús Rivas Gutiérrez
El autor es Docente Investigador de la Facultad de Odontología, de la Maestría en Ciencias
de la Educación y del Doctorado en Farmacología, de la Universidad Autónoma
de Zacatecas, México.
Introducción
El presente trabajo es un intento por establecer el grado de "culpabilidad" o "inocencia" de un sistema económico-social llamado neoliberalismo y el hecho de regionalizanos en un proceso denominado como globalización o mundialización, en la crisis por la que atraviesa la educación en nuestro país.
Para tratar de "demostrar" la "figura jurídica" del neoliberalismo y la globalización, se inició este proceso abordando primeramente los efectos que ha tenido la implementación del neoliberalismo en México. Posteriormente se habla del proceso de globalización y se concluye aterrizando estas dos situaciones dentro del contexto de la crisis de la educación en nuestro país, tratando en todo el desarrollo del ensayo de clarificar la situación de este triunvirato: NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN VS. EDUCACIÓN.
Los cambios actuales que se suscitan día a día en la política mundial y nacional siempre tendrán que impactar de una forma u otra al campo de la educación, en particular, la educación superior es la que ve transformarse día a día y casi por completo su filosofía e ideología, los valores que de forma implícita y explicita trata de inculcar en los estudiantes, los apoyos ordinarios que la sustentan y las partidas extraordinarias que sirven de paliativo a la complicada gama de afecciones que adolece. La forma de pensar de este mundo moderno ha trasgiversado la lógica del desarrollo de un país o nación; es decir que normalmente, se pensaría que la educación debe de ocupar uno de los tres primeros lugar en importancia junto con la salud y la seguridad social y económica, dentro de cualquier plan de desarrollo nacional, global o mundial, supeditando las políticas económicas a las necesidades educativas. En este momento, la realidad es otra; en la actualidad la educación tal parece que ha pasado de un lugar privilegiado y ponderado a uno secundario y subsumido.
Esta situación, aparentemente tan sencilla pero, a la vez, tan compleja para explicar, me lleva a plantear el siguiente interrogante. Realmente, la forma económica neoliberal a la que ha estado sometido nuestro país desde hace aproximadamente tres sexenios presidenciables y las presiones para reconocer una necesidad de globalización (BM, FMI, OCDE, etc), ¿han promovido y favorecido el desarrollo de la educación en nuestro país, o por el contrario, a sido precisamente esta situación la que a originada la crisis sustancial y existencial por la que atraviesa la educación superior en México?
Indudablemente, para reconocer y explicar esta problemática tan compleja, se requiere ubicar las variables que se encuentran en interjuego dentro de un campo o contexto específico como lo es el social y el económico. Para ello, el primer problema al que nos enfrentaremos es el carecer en estos momentos de "algo" que nos pudiera explicar de forma clara y precisa qué es lo que esta pasando en el mundo, cómo en antaño lo fueron las ciencias sociales y el positivismo en la actualidad no puede ser así, pues como lo refiere Heinz Dieterich, en su trabajo La crisis en las ciencias sociales, "...nos encontramos ante una crisis profunda, pero transitoria, de las ciencias sociales...la incapacidad de las ciencias sociales de explicar y, por ende, prever la evolución de los procesos sociales." , trance crítico que nos priva de entrada de una perspectiva esencial y firme para explicar lo que esta pasando. A pesar de ello, es por lo pronto la única posibilidad y asidero que tenemos para intentar comprender qué es lo que esta pasando aquí y por qué.
Anteriormente, conceptos de antaño como el de "Soberanía e Identidad Nacional", el cual aludía a una cuestión irrenunciable para cualquier persona que se considerada como mexicano, en la actualidad es difícil poder precisar su significado y el grado de convicción al respecto por parte de las personas, debido a que, con los cambios mundiales tan acelerados que se suscitan a diario y que afectan nuestra cohesión como pueblo y nación, han hecho que ese sentimiento haya variado y cobrado una nueva connotación a la luz de las nuevas políticas mundiales como la globalidad o globalización, donde el derecho de los pueblos a regirse por sí mismos ha sido rebasado por el derecho de los individuos a determinar qué se desea; concepto donde la libertad y la lucha de clases ha pasado a mejor vida y nuevos conceptos como el de "integración" o el de "solidaridad empresarial" han pasado a ocupar su lugar, dando pie al surgimiento de nuevas hegemonías y nuevas categorías dominantes.
La globalización, como lo cita Pablo González Casanova, (1996) , a menudo obedece a hechos objetivos y se expresa en una creciente interdependencia de las economías nacionales y la emergencia de un sistema transnacional bancario-productivo-informático, que es dominante y cuyo ascenso coincide con un debilitamiento real de la soberanía de los Estados-Nación y de las corrientes nacionalistas. Con todo esto, podemos darnos cuenta de que el discurso oficial que maneja la globalización obedece más que nada a una transformación de la independencia por la dependencia; entre líneas del discurso se puede leer implícitamente lo viejo en lo nuevo, es decir, podemos darnos cuenta de que se habla de un nuevo tipo de colonialismo de la edad moderna, un "neocolonialismo global"; en efecto, se habla de una transformación mundial, que más bien consiste en una reconversión territorial, que -en gran medida- es un nuevo tipo de recolonización o, dicho en palabras de Noam Chomsky y Heinz Dieterich, la nueva aldea global.
Otro de los conceptos o categorías estelares que han tenido mucho que ver en la crisis económica, social, cultural, política y educativa actual, por la que atravesamos es el término "neoliberalismo". Desde hace más de un decenio se han estado alzando voces de alerta en todas partes del mundo donde existe este sistema económico-social, previendo y avisando sobre el desastre que se cernía sobre los países y naciones. Desgraciadamente, el tiempo les ha dado la razón a estas personas y, en la actualidad, el neoliberalismo ha impactado con efectos demasiado adversos en los países y en sus pobladores, sobre todo para el tercer mundo. En estos momentos, todavía existen políticos tercermundistas que aún le apuestan a este sistema económico social; la realidad en estos momentos es clara: el neoliberalismo es sólo un "medio" o "discurso" que utiliza el Banco Mundial (BM), El Fondo Monetario Internacional (FMI), La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para lograr infiltrar sus redes de control. Como lo cita Albert Hirshman, (1987) "...jamás los latinoamericanos han sido aleccionados y aconsejados tan insistentemente como en los últimos años sobre las virtudes del mercado libre, de la privatización y de las inversiones privadas extranjeras."
Con esta política, la liberación de la economía, la desregulación del sistema financiero, la privatización y la desnacionalización de riquezas naturales, de empresas bancarias, industriales, agrícolas y ganaderas y de servicios públicos como ferrocarriles, electricidad, teléfonos, correo, agua potable, escuelas, hospitales: todas estas medidas de descentralización, desnacionalización, integración, globalización y neoliberalismo coinciden en el punto de una nueva visión política, que consiste en la disminución del gasto publico para equilibrar el presupuesto y para dedicar al pago de la deuda lo que antes se destinaba a la salud, la educación y el desarrollo. Con todas estas medidas y acciones se redujeron considerablemente los ingresos directos e indirectos de la población, sobre todo, los asalariados. Esta política de reduccionismo salarial se implemento a la par de una nueva política de desindicalización de los trabajadores, descentralización de los grandes sindicatos, de la eliminación de facto de los derechos que durante años y enormes luchas sindicales se habían alcanzado; la inflación y la hiperinflación acentuada con las devaluaciones y con un desempleo creciente debido a las quiebras y ceses masivos. Esta nueva política provoco la necesidad de un nuevo reajuste estructural de Estado-Nación, afectando con ello a la carga fiscal, el incremento de los interese bancarios, el acortamiento de los plazos de pago y el incremento de bienes y servicios, originado con ello que los ricos se hicieran más ricos y los pobres más pobres.
Ambos conceptos, globalización y neoliberalismo, conjuntamente con el BM, el FMI y la OCDE, llevaron a México bajo presión a la situación de tener que firmar lo que se conoce como el TLC (Tratado de Libre Comercio) entre Canadá, los Estados Unidos de Norteamérica y nuestro país, formando con ello la mayor zona económico-comercial del Continente Americano, imponiendo una nueva filosofía de cambio entre un bloque nacionalista por un bloque económico-comercial, imponiendo para ello como modelo comercial entre los tres países el imperante en los Estados Unidos, debido a que, como lo cita Andrea Revueltas en el trabajo La globalización y sus impacto en la reforma universitaria mexicana, a "...un mayor desarrollo tecnológico en la informática, la robótica, la electrónica, las telecomunicaciones,
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