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Políticas Culturales y Sociedad


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  Ensayos  •  2.950 Palabras (12 Páginas)  •  207 Visitas

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Políticas Culturales y Sociedad

Para que una sociedad marche bien es preciso que funcionen en forma adecuada los sistemas de producción (economía), los mecanismos para distribuir la autoridad y los papeles y funciones (vida política y social), los mecanismos mediante los cuales la sociedad busca conocer e interpretar la realidad (ciencia), los hábitos y maneras de recreación y empleo del ocio (recreación, turismo, deporte) y las formas para dar sentido a sus acciones y a la vida de sus miembros. Estos últimos -lo que tiene que ver con la recreación y la búsqueda de significados -conforman lo que normalmente entendemos por cultura, que es el espacio de la producción de sentido, de la formulación de creencias, de la definición de valores sociales, de la creación artística, religiosa, filosófica, lingüística y literaria. La educación, por su parte, se encarga de trasmitir, de generación en generación, el saber, las creencias, los valores sociales.

Por ello, en sentido amplio, la cultura va mucho más allá del libro o de la obra de arte: tiene que ver con las formas como se comunican los miembros de una sociedad, como trasmiten y crean sentidos comunes que les permiten reconocerse, tolerar y disfrutar sus hábitos, costumbres y formas de actuar. Esta creación de sentido incluye el reconocimiento de los rasgos propios de cada uno: que significa ser colombiano, o ser miembro de una región, o participar en una cultura indígena o mestiza.

La relación entre la cultura y la vida social puede por ello verse en una doble dirección: el desarrollo cultural contribuye a consolidar las formas de conducta y de convivencia social basadas en el intercambio simbólico, de palabras e imágenes, en vez de las formas de confrontación violenta. Por otra parte, la existencia de una sociedad que puede resolver sus conflictos en forma no violenta promueve la creación y el desarrollo cultural, que enriquecerá la vida de todos los miembros de esa sociedad.

Por supuesto, aún en sociedades con un alto avance cultural es posible que las tensiones sociales o políticas rompan los límites de civilización que establece la cultura, y aún en sociedades muy violentas sobrevive la capacidad del hombre de hacer cultura. Pero lo conveniente y deseable es reforzar el lazo entre cultura y convivencia, para que la cultura apoye la convivencia, y en el caso de nuestro país, la reconstrucción de la paz y la paz impulse un renacimiento de la creatividad cultural. Dadas las condiciones de Colombia hoy, la recuperación de la paz es al mismo tiempo un objetivo mediato de cualquier política cultural y un instrumento para impulsar la cultura nacional.

En efecto, la cultura es el conjunto de creencias valores y formas de existencia que impulsan la sociedad hacia formas de convivencia y hacia la participación colectiva en las creaciones de la sociedad. Cuando las tensiones y conflictos sociales comienzan a romper el tejido mismo de la sociedad, cuando los ciudadanos no se reconocen como miembros de un mismo grupo, sino como enemigos, se reduce y debilita el campo común de reconocimiento y valoración en el cual es posible compartir las experiencias culturales. Una cultura viva es una cultura en la cual es posible, manteniendo las diferencias y la diversidad, mantener un diálogo entre todos los ciudadanos.

2. Cultura e Identidad.

En la sociedad colombiana actual, es urgente reconstruir la capacidad del individuo de dar sentido a su vida y a su situación social. Esto quiere decir fundamentalmente que pueda superar una situación en la que se ve a la deriva, en medio de acontecimientos caóticos que lo arrastran y desplazan, que pueda ver que existe una relación viva entre su pasado, su presente y su futuro, que tenga una conciencia vivida de que lo que somos hoy proviene de un pasado que podemos conocer, y es en parte explicable por este, y que el futuro que vivamos no será el resultado de un azar sino de lo que logremos hacer en el presente.

Reconocer el patrimonio cultural que ha contribuido a hacer de los colombianos lo que somos es un aspecto central de la afirmación de la capacidad para construir una sociedad con la participación de todos, y para salir de una perspectiva de no futuro que arrastra a muchos colombianos. Cuando el futuro se percibe como un caos sin esperanza, no existen razones para actuar coherentemente en el presente, y se justifica jugárselo todo al azar o la aventura.

El patrimonio cultural se experimenta diariamente en el reconocimiento de los lugares significativos del entorno urbano –sitios de encuentro, monumentos, espacio público-, en iglesias, bibliotecas y museos, en el texto literario y la imagen del cine o la televisión, en la artesanía y la obra de arte, en la alimentación y la decoración de la vivienda o la persona. Ese patrimonio es tanto nacional como local: es la memoria y la percepción del pasado del país, y la vivencia de los valores de la ciudad, el pueblo, la vereda o el barrio. El conocimiento de la historia local y nacional, de la tradición literaria y artística, de la diversidad cultural y étnica del país, de las tradiciones culinarias o musicales, es la forma por excelencia para la definición de la identidad de los individuos y el reconocimiento de su valor: todas esas tradiciones y formas de vida conforman la cultura de una sociedad.

Esa herencia cultural, revivible ante todo por el libro y el objeto artístico, es, como decía Malraux, la parte del pasado que nos permite vivir. Al reconocer esa herencia, el individuo adquiere el sentido de pertenencia y el orgullo por su origen que le permite vivir en paz, renunciar a la agresión y reconocer a los demás como participes en un proyecto común. Por ello, la actividad cultural entendida como el rescate, conservación, análisis, mantenimiento y uso colectivo de los elementos que constituyen el patrimonio cultural es un elemento central para configurar la cohesión social.

Todas las acciones diarias de alguna manera nos ponen en contacto con diversos elementos de la cultura del país: las formas de resolver los pequeños conflictos cotidianos, los hábitos religiosos, la visita a un restaurante típico o internacional, ponen en juego las formas de relación de cada uno con la cultura del país. Esta relación se vuelve más explícita cuando se convierte en tema de reflexión y de una experiencia más elaborada. En la escuela, donde se estudia la historia del país y de su cultura y se familiariza el estudiante con la literatura o la música del país, en los museos y bibliotecas, en los centros culturales donde se presenta la música o el folclore, en los teatros, se realiza un proceso de conocimiento, discusión y disfrute del patrimonio cultural del país y del patrimonio cultural universal.

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