Sociedad Politica
Enviado por will12 • 23 de Marzo de 2013 • 5.304 Palabras (22 Páginas) • 362 Visitas
Democracia
MOVIMIENTOS
SOCIALES
PODER POLITICO*
Movimientos sociales y poder político
Y
Orlando Fals Borda **
El despertar contemporáneo de los
movimientos sociales y populares en el
Tercer Mundo tiene más de dos décadas.
Ya no son "nuevosy están adquiriendo
otras modalidades.
Para la América Latina, éste ha sido un
extraoráinario ciclo de acción y discusión,
intensificado hacia 1964 cuando cayó el
presidente Joáo Goulart en el Brasil.
Algunos de sus brotes se vieron desde
antes 93 , mientras que el fenó meno
europeo -también con antecedentes
notables- pasó a primer plano cuatro años
después por motivos y razones diferentes
de angustia y cultura. Nosotros
respondimos acá (como todavía lo
hacemos) al autoritarismo militar, a las
intervenciones externas, a la marginalidad
de las masas y a las desenfocadas
políticas
llamadas
de
"desarrollo
económico y social" impuestas por países
ricos y oligarquías consulares.
Estas políticas tecnocráticas, que más que
todo
produjeron
subdesarrollo
y
enriquecieron a los ricos -pues éstos no
dejaron "gotear" mucho los recursos hacia
las ciases productoras inferiores-,
agudizaron la explotación y la depen-
dencia que venían de atrás con el hambre,
la miseria y la ignorancia. Se trata de un
ciclo activo todavía en evolución porque
estos problemas básicos de los pueblos no
*
Este artículo, resultado del trabajo realizado en el Instituto
durante el presente año, fue con algunas revisiones y reduc-
ciones de texto, la Conferencia Inaugural del VII Congreso
Nacional de Sociología en Barranquilla, octubre 11-14 de
1989, por invitación de la Asociación Colombiana de
Sociología.
**
sociólogo. Investigador del Instituto de Estudios Políticos y
Relaciones Internacionales.
93
Cf. Gino Germani, Política y sociedad en una época de tran-
sición, Buenos Aires, Paidós, 1962.
se han resuelto a su favor. En respuesta,
millones de personas subordinadas y
olvidadas por los poderosos han logrado
articular expectativas propias y realizar
luchas independientes por soluciones
democráticas. Con ello se ha demostrado
una vez más la fuerza del impulso creador
del homb e y de la mujer y su capacidad
de resistencia ante las injusticias.
La mayoría de los observadores de estos
movimientos los ha visto con buenos ojos
y les ha deseado buena suerte. Estiman
que los movimientos ha n asumido la
necesaria función his tórica de articulación
para la protesta. Los movimientos todavía
alimentan la esperanza del progreso real
en las comunidades, ven la posibilidad de
construir un nuevo orden social más
equitativo y próspero con paz y justicia,
para
contribuir
a
resolver
las
contradicciones del capitalismo y
enmendar las inconsistencias éticas de la
democracia burguesa.
Por eso no sorprende encontrar
argumentos sobre todos estos aspectos en
la abundante literatura pertinente. No es
ésta el lugar para revisarla totalmente:
sólo destaco algunas de las que me han
sido más orientadoras, desde las primeras
dramáticas descripciones de 1979 del
Bhoomi Sena de la India, hasta el útil
hurgamiento de Tilman Evers sobre la
"identidad oculta" de los movimientos
(1980, los dinámicos análisis de D. L.
Sheth (1982), Rajni Kotha ri (1984) y Luis
Alberto Restrepo (1987, 1988), las
posibilidades tácticas que ofrecen
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